Ver más resultados...
L os judíos de Zimbabwe tienen la esperanza de un cambio positivo, tras lo que muchos llaman el “golpe suave” que tuvo lugar en ese país africano el martes 14 de noviembre.
Los militares llevaron a cabo lo que calificaron como un “proyecto nacional democrático” para derrocar al dictador Robert Mugabe, de 93 años de edad. Al tomar control de la radio oficial, el mayor-general Sibusiso Moyo insistió en que no se trata de un golpe militar.
El ciudadano judío de Zimbabwe Brian Brom, quien vive en Johannesburgo, Sudáfrica, pero viaje semanalmente a Harare por motivos de trabajo, declaró a The Jerusalem Post que no estaba sorprendido. “Había tensión desde que Emmerson Mnangagwa (el vicepresidente) fue destituido la semana pasada. Vi muchos militares en las calles. Pero en general el ambiente es relajado y normal. Los restaurantes y tiendas están activos y la vida en los suburbios continúa normalmente, aunque la gente no está yendo a trabajar en el centro de la capital”.
Al preguntársele si le preocupa el futuro, Brom respondió: “No, porque las cosas ya no pueden empeorar y todos quieren un cambio, sea cual sea. Hay preocupación sobre que el resultado sea más de lo mismo, pero la mayoría de la gente, incluyendo a la comunidad judía, es cautamente optimista”.
El rabino Moshe Silberhaft, del Congreso Judío Africano, dijo que se espera que la situación para la kehilá zimbabwense vuelva a la normalidad el viernes. “Los servicios de Shabat se desarrollarán como siempre”, indicó. “La escuela estuvo cerrada el miércoles, pero abrió hoy jueves”.
Silberhaft añadió que si algún miembro de la comunidad judía se siente inseguro en Zimbabwe, puede viajar a la vecina Sudáfrica, donde recibirá asistencia de ser necesario.
Con información de The Jerusalem Post