Funcionarios de los gobiernos de Polonia e Israel condenaron un incidente antisemita ocurrido la semana pasada, en el que ultranacionalistas polacos corearon “Muerte a los judíos” durante el día de la independencia de Polonia.
Los participantes de la marcha también incendiaron una copia de un documento medieval que ofrecía protección a los judíos, y derechos sobre tierras polacas. La expresión pública de odio ocurrió el jueves en Kalisz, en el centro de Polonia, durante la celebración nacional.
Los líderes del evento también se refirieron a las personas LGBT como “sionistas” y “enemigos de Polonia” que deben ser expulsados.
El ministro del Interior polaco, Mariusz Kaminski, dijo el sábado que esperaba que “las personas que organizaron la asamblea vergonzosa y escandalosa en Kalisz el 11 de noviembre sufran consecuencias legales”.
Momento en que los líderes de la manifestación ultranacionalista de Kalisz incendian una copia del documento del siglo XIII que otorgó derechos a los judíos en Polonia
(Foto: Twitter)
El ministro de Relaciones Exteriores israelí, Yair Lapid, elogió la “condena inequívoca” de las autoridades de Polonia, y señaló que la población judía “espera que el gobierno polaco actúe con contundencia contra quienes participaron en esta exhibición impactante de odio”. “El incidente antisemita terrible en Polonia recuerda a todos los judíos la fuerza del odio que existe en el mundo”, manifestó Lapid.
La influyente Iglesia católica de Polonia también condenó enfáticamente la exhibición de odio. El obispo Rafal Markowski, presidente del Comité para el Diálogo con el Judaísmo de la Conferencia de Obispos polaca, señaló que “tales actitudes no tienen nada que ver con el patriotismo. Socavan la dignidad de nuestros hermanos y destruyen el orden social y la paz. Son una contradicción directa al Evangelio y la doctrina de la Iglesia”, afirmó Markowski.
En años recientes, las celebraciones del Día de la Independencia de Polonia han sido opacadas por eventos dirigidos por grupos de ultraderecha. El más grande del jueves fue en Varsovia. El alcalde intentó prohibirlo, argumentando que la capital polaca no era lugar para “eslóganes fascistas”. Contó con apoyo judicial para la prohibición, pero el gobierno polaco de ultraderecha otorgó a la marcha el estatus de ceremonia estatal. Se trató del ejemplo más reciente de los gobernantes nacionalistas intentando ganarse el favor de grupos extremistas.
La comunidad judía de Polonia era una de las más grandes en Europa a principios del siglo XX, con unos 3,3 millones de integrantes justo antes de la Segunda Guerra Mundial. La mayoría fueron asesinados por la Alemania nazi durante el Holocausto. Actualmente la comunidad es muy pequeña compuesta por unas pocas miles de personas.
Fuente: AP e Ynet.
Versión NMI.