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Un tesoro de sellos de arcilla indica que, tras la destrucción del reino de Israel por los asirios, muchos refugiados huyeron al reino de Judea, donde ascendieron en la administración del gobierno
H ace milenios, Jerusalén abrió sus puertas a miles de refugiados del norte. Un conjunto de bullae (sellos), recién descubiertos durante una excavación de la Ciudad de David, muestra una mezcla de nombres de los reinos de Israel y Judea, empleados en correspondencia burocrática que data de la caída de Israel a manos de los asirios en el año 722 a.e.c.
Estas piezas se utilizaban en cartas y documentos, que se amarraban con cordeles y luego se sellaban con arcilla húmeda, en la cual se imprimía el nombre o símbolo del remitente.
El impresionante hallazgo proviene de excavaciones recientes, en las que se sacaron a la luz tres edificios de la Edad del Hierro tardía, congelados en el tiempo desde la destrucción causada por el asedio babilónico del año 586 a.e.c. El descubrimiento estuvo a cargo de un equipo de arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) dirigido por Joe Uziel y Ortal Jalaf. Entre las bullae se encuentra un sello intacto que lleva el nombre de “Ahiav ben Menajem” (Ahiav hijo de Menajem), dos reyes de Israel; pero la pieza se encontraba en Jerusalén, capital del reino de Judea. Debe recordarse que, tras la muerte del rey Salomón, su reino se dividió en dos, que en ocasiones eran rivales.
Uziel ha trabajado durante los últimos seis años en las excavaciones de la Ciudad de David y en los túneles del Kótel. Los bullae, según explica, se descubrieron en los últimos meses en las colinas orientales de la Ciudad de David, justo fuera de la entrada al llamado Pozo de Warren, mientras se exploraban los tres edificios “que probablemente fueron construidos en el siglo VIII a.e.c. y luego destruidos por los babilonios”. Durante los últimos 40 años se han encontrado gran cantidad de bullae en el sitio. Estos objetos son “otra evidencia de un sistema administrativo bien desarrollado en el Reino de Judea, al final del período del Primer Templo”, agrega el arqueólogo.
Los sellos más antiguos se caracterizaban por tener imágenes en lugar de palabras. Pero en etapas posteriores, desde los tiempos del rey Ezequías (alrededor de 700 a.e.c.) hasta la destrucción de Jerusalén en el –586, los sellos llevaban nombres en escritura hebrea arcaica.
Los arqueólogos están descubriendo más nombres en los bullae, que ofrecen información sobre quiénes eran los funcionarios que sellaban las cartas. “Hemos encontrado una lista de nombres de personas importantes que vivían en Jerusalén en la época del Primer Templo”, dice Uziel, entre ellos Pinjas, nombre que sigue utilizándose actualmente.
Usualmente los sellos se rompían cuando los documentos eran abiertos. El sello que se encontró intacto, con el nombre de “Ahiav ben Menajem”, podría hacer referencia al famoso rey Ahav, cuya esposa Jezabel presuntamente lo inclinó hacia la idolatría. El nombre de Ahav aparece también en un sello hallado en el poblado judío de Lajish; se le ha encontrado en idioma asirio, así como en documentos escritos en arameo elefantino, como “Ahiav”. En los textos griegos de Flavio Josefo aparece asimismo como Ahiav, y también en la Septuaginta (traducción helenística de la Torá).
De acuerdo con Ortal Jalaf, co-director de la investigación, los nombres israelitas apuntan a la posibilidad de que, tras la destrucción de Israel, refugiados de ese reino escaparon a Judea y se establecieron en Jerusalén. La utilización de sus nombres en la correspondencia oficial muestra que esos israelitas llegaron a ocupar roles importantes en la administración de Judea, según Uziel.
Fuente: The Times of Israel. Traducción NMI.