El martes 25 de julio, el periodista venezolano Orlando Avendaño, subdirector del medio digital Americano Media, publicó un tuit sobre la crisis en desarrollo en Israel con motivo de la reforma del sistema judicial. Jana Beris (Ana Jerozolimski), internacionalista y directora del Semanario Hebreo de Montevideo y su versión web, semanariohebreojai.com, comenta: “No pudimos dejar de responder. No lo hicimos en Twitter mismo, por el formato que sentíamos lo complicaba. Le enviamos a Orlando el texto, él agradeció con gran corrección y profesionalismo que nos hayamos molestado en escribir esas líneas, y quedamos en que cada uno puede seguir planteando sus ideas e intercambiando posiciones cuando lo considere necesario. Le comentamos que lo haríamos público, y la mejor forma de hacerlo para nosotros es precisamente en nuestro portal”.
La larga respuesta de Jana Beris, además de magistral, constituye una muy lúcida explicación de la situación actual de Israel, por lo que consideramos valioso reproducirla en Nuevo Mundo Israelita
(Fotos: PanAm Post y Twitter)
A continuación el texto de Avendaño, cuya cuenta es @orlvndoA:
Miles de personas se toman las calles de grandes ciudades como Tel Aviv o Haifa. Multitudes exigen la salida del primer ministro Benjamin Netanyahu.
Lo explico:
– Antes de 1995, Israel se manejaba sobre un modélico sistema democrático, muy similar al británico, en el que los tribunales no podían, a la ligera, revocar leyes del Parlamento (la Knesset) o el Gobierno.
– Pero, luego del asesinato del entonces primer ministro Isaac Rabin, en noviembre de 1995, el Tribunal Supremo publicó una sentencia en la que prácticamente le anunciaba al país, como consecuencia de una discusión a puertas cerradas entre los jueces, que los fallos de la justicia tenían rango constitucional, muy por encima de las legislaciones de la Knesset o cualquier acción del Gobierno —este caso fue conocido como Mizrahi Bank v. Migdal Cooperative Village.
– De esa manera, y decidido de forma unilateral, el Tribunal adquirió una supra-autoridad, que la puso por encima del resto de los poderes del Estado. Entonces, el grupo de jueces, destruyó el balance.
– De ahí en adelante las cortes empezaron a desarrollar una dinámica que las volvía impenetrable. Por ejemplo, son los mismos jueces del Tribunal Supremo, cuyos cargos son vitalicios, quienes eligen a sus sucesores, sin que el Congreso o el primer ministro tengan voz o voto. Un cartel judicial que no rinde cuentas ni a la voluntad popular ni a la tradición democrática.
– Esa realidad sectaria e impenetrable volvió al Tribunal un juzgado ideologizado, listo para ejecutar persecuciones a conveniencia de los jueces. Y Benjamin Netanyahu, quien ha sido víctima de esta realidad, regresó al poder en diciembre de 2022 con la disposición de devolver las instituciones a su cause [sic] natural.
– Esta semana la Knesset aprobó una de las reformas: ya el Tribunal Supremo no tiene la autoridad para, por placer, revocar las leyes que surjan de los parlamentarios o el Gobierno. En cambio, ahora debe apelarlas y arrancar un proceso.
– La reforma, como queda claro, no solo no es anti-democrática, sino que es profundamente liberal. Lo único que busca es llevar a Israel a su realidad antes de 1995.
– Por supuesto, los medios, casi todos de izquierda, que siempre han odiado a Netanyahu, lo acusan de querer imponer un Estado autoritario en el país con la única democracia de Medio Oriente (democracia de la cual Netanyahu ha sido una pieza fundamental, siendo, sin duda, el político más influyente de la Israel contemporánea).
– Hoy miles de israelíes se han tomado las calles, para protestar contra Netanyahu, como se lo permite la democracia de Israel. No obstante, es claro que Netanyahu es muy popular y que las reformas que hoy lleva a cabo son parte de lo que quiso la mayoría cuando lo eligió en las elecciones de noviembre del año pasado.
Respuesta de Jana Beris
Es cierto que la Suprema Corte se tomó una atribución que la ley no le había dado explícitamente —aunque hay juristas que sostienen que lo hicieron al interpretar la ley, algo que deben hacer los jueces en todos lados—, pero interviniendo únicamente en casos considerados ejemplos de “irrazonabilidad extrema”. No se trata de meros caprichos para ser quienes dominan. Y el mejor ejemplo es que este recurso fue utilizado, aunque no exageradamente, contra gobiernos de distintas líneas, tanto contra el laborista Rabin, como contra el así llamado gobierno de cambio que antecedió al actual gobierno de Netanyahu y contra él mismo.
No está bien presentada la forma en que describes la elección de los jueces. Sin olvidar que hay aspectos que corregir, si bien es cierto que hay jueces en la comisión que los elige, ellos son solo un elemento. El sistema no lo inventó la Suprema Corte, el término “cartel” no es apropiado en absoluto y menos que menos acompañado de las frases “que no rinde cuentas ni a la voluntad popular ni a la tradición democrática”. Es más que legítimo considerar y hasta exigir regular ciertas prácticas de la Suprema Corte, y devolver sí un equilibrio que muchos consideran alterado, pero dar la impresión de que aquí hay una dictadura antidemocrática es distorsionar totalmente la naturaleza de los Jueces Supremos de Israel. Lo que hacen es proteger a la democracia al ejercer control sobre el Ejecutivo, en un país en el que no hay Constitución, ni suficientes pesos y contrapesos, ya que no hay dos cámaras en el Parlamento, por ejemplo. Además, el problema principal cuando de desequilibrio se trata entre los poderes, es que como en Israel el gobierno de coalición entra en funciones al lograr mayoría parlamentaria, eso de hecho desdibuja las fronteras entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo. Ver qué corregir, sí. Pero presentar a los Jueces Supremos como unos poderes oscuros que dominan todo violando la democracia, es absolutamente erróneo.
¿Qué quiere decir realidad “sectaria”? Por más que la coalición se refiera siempre a los jueces como elitistas que no representan a la población —bueno, élite en cuanto a su preparación y nivel, claro que sí, como deben ser los jueces en todas partes—, en la Suprema Corte hay jueces de origen ashkenazí, sefaradí, laicos, religiosos y hasta residentes en asentamientos, hubo jueces árabes cristianos y ahora hay un árabe musulmán. Seguro que no necesariamente en proporción directa con el rol de cada comunidad en la población, pero es producto también de años de estudios y de procesos sociológicos que seguramente también en Israel irán evolucionando.
¿“Ejecutar persecuciones a conveniencia de los jueces”? ¿De qué estás hablando, Orlando? ¿A quién persiguen? Estás distorsionando totalmente, discúlpame. ¿Qué conveniencia tienen? No persiguen a nadie. Si te refieres a expedientes penales abiertos contra figuras públicas —lo cual ha sucedido en las distintas direcciones—, pues las decisiones al respecto las toma la Fiscalía del Estado, no los jueces. Y claro que ha habido diversos casos en los que se abrió expediente y terminaron en la nada. Quizás errores de criterio de la Fiscalía. Los Jueces no tienen nada que ver.
Jueces Supremos que osan mandar a prisión a un expresidente del Estado por violación —como pasó con Moshe Katsav— y a un ex primer ministro (Ehud Olmert), por corrupción, son un ejemplo de democracia, no otra cosa, aunque sea falibles, como todos.
Netanyahu no ha sido víctima de ninguna persecución de los jueces. Quien decidió imputarlo por sospecha de corrupción fue el Fiscal del Estado/asesor legal del gobierno que él mismo había nombrado, el Dr. Avihai Mandelblit. Cuando termine el juicio sabremos si Mandelblit estaba en lo cierto o evaluó equivocadamente el material de la investigación policial al decidir imputarlo. De todos modos, los jueces no tienen absolutamente nada que ver. Y cuando Netanyahu regresó al poder en diciembre del 2022, lo hizo tras una campaña en la que había hablado en términos generales de corregir problemas que realmente existen en el Poder Judicial, pero ni de lejos de lo que luego su ministro de Justicia presentó, una reforma judicial avasallante que sacó a multitudes a las calles a protestar. Recuerdo claramente la primera sesión de su gobierno, en la que mencionó los cuatro temas centrales a los que se abocaría su gobierno. La reforma judicial no aparecía siquiera. Cabe recordar que en una de las elecciones de los últimos años, cuando Netanyahu ya se sabía que tenía mayoría, hubo apelaciones a la Suprema Corte de Justicia contra la posibilidad que el presidente del Estado le encomiende a él la tarea de tratar de formar coalición de gobierno, dado que ya había sido inculpado ante tribunales. La Suprema Corte, aunque dando a entender que no es que eso le entusiasmara desde un punto de legitimidad moral, dijo que no hay impedimento legal para que lo haga, ya que la ley no lo determina explícitamente. Así que de perseguido, nada.
Me extraña la ligereza de tu juicio. ¿”Por placer”? ¿Qué placer tiene la Suprema Corte para revocar las leyes? Intervino en casos contados, contra distintos tipos de gobiernos, para frenar decisiones que consideraba extremadamente irrazonables y por ende con potencial nocivo para la población. Por ahora no se ha aprobado toda la reforma presentada en enero de 2023. El propio ministro de Justicia, Levin, reconoció meses atrás que si eso se aprobaba, no era democracia. Por las fuertes presiones de la protesta, tuvieron que detenerse. Y por ahora se aprobó solamente una enmienda de ley, la que quita a los jueces la posibilidad de cancelar una ley o decisión del gobierno por “extrema irrazonabilidad”. Eso aún no es, por cierto, el fin de la democracia como alegan líderes de la protesta, pero no es una buena señal. Y ni que hablar de que si se avanza hacia otros eslabones del plan, como algunos miembros de la coalición pretenden, se estaría convirtiendo a Israel en un régimen mucho más conservador, no la democracia liberal que siempre fue. Limitar el poder del control judicial a distintos niveles no tiene nada de “profundamente liberal”. No concuerdo con quienes ya ven esto como vaticinio de dictadura y fin de la democracia, pero entre eso y “profundamente liberal” hay años luz de distancia.
¿Tú también con la mantra de que casi todos los medios son de izquierda? Es muy cierto que nunca ha habido gran simpatía mediática por Netanyahu, pero la exposición que se la ha dado ha sido siempre enorme; jamás le faltó tribuna para exponer sus planteamientos, en general decidiendo él cuándo y adónde va a dar entrevistas. Es bastante increíble que alguien que lleva en el poder tantos años, habiendo superado ya los del fundador del Estado David Ben Gurión, se presente continuamente como la víctima perseguida por los medios.
Y sobre tu último párrafo, no es cierto en absoluto. Lo que quiso la mayoría cuando lo eligió era seguridad, menor carestía de vida, bajar el costo de la vivienda y gobernabilidad. También ciertos cambios en el sistema judicial, no esto. La reforma que planteó el gobierno no es en absoluto lo que se mencionó en la campaña.
No hay manifestación en la que no participe gente que votó a Netanyahu y hoy se siente traicionada. Claro está que muchos siguen apoyándolo, pero las encuestas dejan en claro que si fueran hoy las elecciones, pasa a la oposición. Yo misma he entrevistado gente que creció toda su vida en la derecha y hoy sale a manifestar contra Netanyahu.
gracias JANA/ ORLANDO POR ESTE TREMENDO DEBATE
Intuitivamente estaba contigo, Jana .Pero viviendo en Israel desde hace 9 anos, me pierdo mucho de los debates en television que escucho en hebreo cada dia. Con sus comentarios. comprendo que comprendia sin poder traducir en palabras lo que esta pasando. 40 anos en Venezuela, plus mi intuicion profesional me llevaron a entender por fin algo sobre politica: cuando el lider solo ve su interes personal, estamos mal…
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gracias JANA/ ORLANDO POR ESTE TREMENDO DEBATE
Intuitivamente estaba contigo, Jana .Pero viviendo en Israel desde hace 9 anos, me pierdo mucho de los debates en television que escucho en hebreo cada dia. Con sus comentarios. comprendo que comprendia sin poder traducir en palabras lo que esta pasando. 40 anos en Venezuela, plus mi intuicion profesional me llevaron a entender por fin algo sobre politica: cuando el lider solo ve su interes personal, estamos mal…