Ver más resultados...
E l 2 de noviembre de 1972 nos conocimos, y desde ese día hasta tu partida no nos separamos jamás. Fueron 45 años de compartir alegrías, tristezas, risas, llantos, amigos, familia; un mundo de acontecimientos que sirvieron para hacernos mucho más fuertes. Éramos uno para todos.
Fuiste un excelente hijo, yerno, esposo, cuñado, hermano, padre, abuelo, y amigo. Supiste trasmitir a tus hijos, Edmond y Karen, y a tus nietas, Aimee y Camile, la alegría que te caracterizaba, los principios de nuestra religión y tradiciones; inculcaste valores de rectitud y honestidad en tus hijos.
Aquel niño que nació en Rabat, Marruecos, el 14 de febrero de 1942 y llegó a Venezuela junto a sus padres, Edmond y Alegría, cuando tenía tan solo 13 años, dejó en sus compañeros del Colegio Moral y Luces “Herzl-Bialik” el recuerdo de su alegría y don de gentes, al igual que travesuras compartidas. Cada uno de los que te conocieron atesora incontables anécdotas de momentos que vivieron contigo.
Contador de profesión, creaste tu propia empresa, la cual forjaste activamente durante toda su vida, ofreciendo a tus clientes un servicio profesional y cordial en todo momento. Esta empresa será cuidada y llevada por tu cuñada y familia, manteniendo tus enseñanzas y valores. Pasaste tu vida trabajando, y así levantaste esta familia que con tu ejemplo seguirá trasmitiendo todo lo que de ti aprendió.
Jacqui, siempre fuiste un hombre amoroso, responsable, de grandes principios. Toda tu vida se basaba en cuidar, formar y fortalecer a tu familia; juntos edificamos un gran rascacielos, el cual tus hijos continuarán.
Siempre tenías una sonrisa en la boca. Te gustaba disfrutar de la vida lo cual hacías con las cosas más sencillas, a toda situación le veías el lado bueno.
En nuestra memoria quedarán por siempre las festividades, las mesas de Shabat en las cual hacías la bendición del pan junto con Aimee, y los sábados y fiestas en que íbamos a la sinagoga todos juntos.
Perteneciste al grupo de la Edad de Oro, donde pasaste momentos únicos, con tus "34 novias", como bromeaba yo contigo, ya que eras la espina entre las rosas. Fuiste consentido y consentidor, siempre alegre, el rey entre las reinas, te divertías mucho.
Para mí fuiste el primero y único amor. Compartimos mucho mi rey, mi “Puchungo” como te llamábamos mi mami y yo; fui tu “Cuchi”. Como ya escribí, éramos el uno para el otro: éramos uno.
Jacqui, tu familia y amigos siempre te recordaremos por tus valores, tus sentimientos, tus grandes enseñanzas, los maravillosos momentos vividos en familia plenos de amor y felicidad. Nos haces mucha falta, y solo nos consuela la seguridad de que, desde donde estás, estás siempre con nosotros, guiándonos, acompañándonos, cuidándonos. Con tu bondad te ganaste un sitio junto a Dios, desde donde oras por nosotros.
Te amamos, mi rey, estarás siempre en nuestros corazones y en nuestra memoria.
Tu “Cuchi”, tus hijos, nietos, familia y amigos
Monique de Azoulay
Monique de Azoulay
El 2 de noviembre de 1972 nos conocimos, y desde ese día hasta tu partida no nos separamos jamás.