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David Bittan Obadía*
L a reciente crisis en la Unesco se veía venir: quienes la dirigieron fueron los que la provocaron, por su falta de moralidad y de valores.
La Unesco nace con el objetivo de contribuir a la paz y a la seguridad en el mundo mediante la educación, la ciencia, la cultura y las comunicaciones. Poco tiempo duró ese leitmotiv, pues lo que han hecho es sumar a los conflictos; toman el dinero de todos para usarlo en contra de unos pocos, apoyando causas fútiles e innobles. Se han convertido en el hijo malcriado de la ONU.
Se saltan a la torera, con sus resoluciones, desde la Declaración de los Derechos Humanos en adelante; ni hablar de lo que han hecho con Israel, o de su omisión ante la crueldad y el sufrimiento de los cristianos en el Medio Oriente, en la “primavera eterna”.
Hay dudas sobre las motivaciones de ese club, quienes lo dirigen viajan en primera clase y se alojan en los mejores hoteles con un buen champagne francés. Mr. Trump, acertadamente, dice good-bye, Netanyahu se despide con un cordial Shalom, y así se unirán todos los serios que saben que están invirtiendo dinero en un niño tonto.
Quizá podrían seguir operando con los aportes de Corea del Norte, Irán y algunos países de África. ¡Lástima!
Reforma estructural
Paradójicamente, ahora entra a representar a la Unesco Audrey Azoulay, mujer judía proveniente de la élite francesa, quien llega como una figura de consenso que podría mejorar las relaciones y aliviar las tensiones, tratando de recoger y contener las aguas. Pero su única posibilidad de éxito es una reforma estructural, con borrón y cuenta nueva que acerque a la institución a los motivos originales de su creación, que no se sume a ninguna causa ni tome posiciones, y evite que el azar esté al servicio de las ideas para favorecer al mejor postor, o a quien sepa cortejar.
Con la actual posición de Israel ante la Unesco y el gran daño que se le ha causado al cuestionar inclusive la historia bíblica —de la que nadie duda—, la presidencia de esa institución en manos de una persona de fe judía demuestra que los intereses de Israel no son comunes siempre a todos los judíos, independientemente de que Israel sea un vínculo ancestral, ideológico, familiar y religioso.
*Abogado, ex presidente de la CAIV.
Fuente: El Universal (Caracas)
Los terroristas de Hamás, mercenarios pagados por Catar e Irán, se debaten ficticiamente entre la autoinmolación y la muerte por las ‘negociaciones’ con el otro brazo terrorista palestino del Fatah de Mahmud Abbas. ¿Se puede esperar algo de estas negociaciones internas entre grupos terroristas?”.
Léalo en Aurora: http://bit.ly/2y3Nm8m
"Si la FIFA realmente desea promover los derechos humanos, debería empezar por poner fin a su propios enfoques racistas y discriminatorios”.
Léalo en The Jerusalem Post: http://bit.ly/2h58jKg
La reciente crisis en la Unesco se veía venir: quienes la dirigieron fueron los que la provocaron, por su falta de moralidad y de valores.