A unque todavía es común ver viejas máquinas de fax y refrigeradoras a un lado del camino, los esfuerzos para reciclar los desechos electrónicos están en su máximo nivel en Israel, e incluso han superado sus metas.
Como parte de la Ley de Desechos Electrónicos, el objetivo para 2015 era que un 20% del peso total de los equipos electrónicos vendidos anualmente por los fabricantes e importadores fuera reciclado. Según el reporte anual de Ecommunity, esa firma dedicada al reciclaje electrónico procesó 24,3% de las 41.000 toneladas producidas por las compañías que la han contratado. La cantidad reciclada fue de 10.000 toneladas, incluyendo 2223 toneladas de componentes de computadoras, 11.000 artefactos grandes como lavadoras, secadoras y hornos, así como 7200 refrigeradoras y aparatos de aire acondicionado, que requieren un tratamiento especial debido a que contienen componentes químicos dañinos.
La Ley de Desechos Electrónicos, que entró en vigencia en marzo de 2014, establece la meta de reciclar 35% de la “basura electrónica” en 2018, y llegar al 50% en 2021. Esta legislación contempla que los establecimientos comerciales que venden artefactos electrónicos deben aceptar los aparatos viejos para su disposición final sin pago adicional, cuando el consumidor adquiera un nuevo dispositivo de la misma clase. Las tiendas que venden baterías deben disponer de un receptáculo para recibir las baterías usadas. Además, los fabricantes e importadores deben financiar los mecanismos para tratar los desechos electrónicos.
Ecommunity logró superar también su meta de reciclaje de baterías de 50 toneladas en 2015, al procesar 52 toneladas, que equivalen al 13% de las 400 toneladas de pilas alcalinas, de litio y de níquel-cadmio que entraron al mercado el año pasado. La ley prevé que los fabricantes e importadores de baterías reciclen al menos 30% de sus productos, por peso, para 2019.
El objetivo de Ecommunity para 2016 es reciclar el equivalente a 25% de las 45.000 toneladas de dispositivos electrónicos que serán vendidos este año.
Fuente: The Jerusalem Post. Traducción y versión NMI.