Doce mujeres israelíes siguen cautivas en Gaza, y el sistema médico se está preparando para la posibilidad de que se produzcan embarazos como resultado de violaciones
Itay Gal*
La horrible posibilidad del embarazo de mujeres israelíes en cautiverio ha resurgido, cuando se cumplen pasado nueve meses desde que 12 de ellas permanecen como rehenes de Hamás.
Un nuevo artículo que revisa la literatura médica destaca los problemas fisiológicos, sicológicos y sociales que podrían surgir si una de las rehenes violadas queda embarazada. Publicado en el último número del Harefuah Journal de la Asociación Médica de Israel, el artículo fue escrito por la doctora Lea Shelef de la Escuela de Trabajo Social del Sapir College y el siquiatra Gil Salzman del Hospital Geha.
Los autores señalan que en varias guerras en todo el mundo, la violación se ha utilizado sistemáticamente como método para aniquilar poblaciones. Algunos ejemplos son los ataques de ISIS a partir de 2014 durante la guerra en Iraq y Siria, y las violaciones masivas de mujeres en las guerras en la ex Yugoslavia y Ruanda.
Varios estudios que examinaron las consecuencias sicológicas de la violación de mujeres que sobrevivieron a esas guerras revelan que padecen una variedad de afectaciones mentales que incluyen ansiedad, depresión, trastornos disociativos, disfunción sexual, abuso de alcohol y drogas e intentos de suicidio.
Manifestantes protestan por los crímenes y la violencia sexual contra las mujeres durante la masacre del 7 de octubre, frente a la sede de la ONU en Nueva York el pasado 4 de diciembre
(Foto: Flash90)
El riesgo de desarrollar trastorno de estrés postraumático (PTS) después de una violación es 6,2 veces mayor, y cuando las mujeres están expuestas a otros eventos violentos como agresión, tortura, asesinato o la violación de otras personas, el PTS es acompañado por problemas siquiátricos graves a largo plazo. Una revisión de la literatura indica que la probabilidad de embarazo resultante de una violación en cautiverio puede alcanzar hasta el 20%.
Irónicamente, la “ley sobre violaciones” de ISIS prohíbe violar a mujeres embarazadas. Por ello, esa organización terrorista impide que las mujeres tomadas cautivas y convertidas en esclavas sexuales queden encintas. Sin embargo, según la ideología de ese grupo asesino emulado por Hamás, embarazar a una mujer esencialmente la convierte a ella y a sus hijos al Islam, por lo que ella debería estar agradecida durante el resto de su vida.
Un folleto oficial de ISIS sobre cautivos afirma que un combatiente puede violar a una mujer a la que haya esclavizado casi bajo cualquier condición, incluso si es una niña, pero debe asegurarse de que antes no esté embarazada. Algunas sobrevivientes informaron haber recibido píldoras anticonceptivas o del “día después” mientras estaban en cautiverio.
A pesar de la dificultad de soportar la idea de embarazos resultantes de violaciones en cautiverio, los investigadores subrayan la necesidad de prepararse para todos los escenarios. Esto implica utilizar todos los métodos conocidos de tratamiento del trauma para aliviar el sufrimiento, y herramientas que recreen una sensación de seguridad.
Según la ideología de ISIS, grupo asesino emulado por Hamás, embarazar a una mujer esencialmente la convierte a ella y a sus hijos al Islam, por lo que ella debería estar agradecida durante el resto de su vida
El método para interrumpir un embarazo depende de la edad del feto y del momento de la decisión. En las primeras semanas el embarazo se puede interrumpir mediante métodos relativamente sencillos, ya sean médicos o quirúrgicos. En el caso de un embarazo que supera el umbral de viabilidad de 24 semanas, la interrupción se realiza mediante la muerte del feto en el útero y el vaciado del útero en caso de muerte fetal, un evento traumático que requiere un estrecho apoyo de salud mental.
En conclusión, los expertos recomiendan preparar a los equipos tratantes para cada posibilidad, incluidas las situaciones en las que una mujer decide continuar con el embarazo por motivos religiosos. «Es fundamental respetar la decisión de la víctima sin prejuicios por parte del equipo médico», indican los autores. “Sin embargo, la transición de una falta total de autonomía en cautiverio a la libertad puede resultar confusa, y el equipo debe brindar asesoramiento si la víctima tiene dificultades para decidir. Incluso en los casos más graves registrados en la literatura, un tratamiento adecuado y sensible produjo una mejora en el estado emocional de una proporción significativa de las víctimas”.
*Corresponsal médico de los diarios Maariv y Yedioth Aharonoth y del portal Ynet.
Fuente: The Jerusalem Post.
Traducción Sami Rozenbaum / Nuevo Mundo Israelita.