Redacción NMI
Puede ser un país pequeño, pero Israel es un gigante que está ganando fuerza gracias a éxitos como Fiverr, Wix y StoreDot. Un informe de la publicación Expert Market clasifica al Silicon Wadi de Tel Aviv entre los principales centros tecnológicos mundiales
Si bien la palabra startup es un concepto ligado a los negocios en la era digital, también se trata de una medida de tiempo. Así la define Eduardo Morelos, director de Startupbootcamp Fintech México, quien ayuda a definirlo: “Una startup es una gran empresa en su etapa temprana; a diferencia de una pyme (pequeña y mediana empresa), una startup se basa en un negocio que será escalable más rápida y fácilmente, haciendo uso de tecnologías digitales”.
Como su nombre lo indica, el término solamente corresponde al proyecto cuando está en la fase de arranque. Una vez que haya escalado dejará de llamarse startup. Los principales gigantes tecnológicos, como Facebook, Google, Airbnb o Uber, se iniciaron como startups.
La escalabilidad, que tiene que ver con el crecimiento potencial, es el segundo aspecto fundamental de una startup. “Para lograr esta característica, se debe integrar tecnología que permita distribuir el producto de manera exponencial”, explica Morelos.
De ahí viene la tercera cualidad de una startup: el crecimiento acelerado. “Este tipo de negocios debe tener la capacidad de adquirir usuarios de manera exponencial, con medios de distribución que le permitan llegar a un número mayor de usuarios y de clientes, así como una venta que no sea lineal. Los ingresos crecen mucho más rápido que los gastos de la compañía y esto, normalmente, se logra a través de la tecnología”, señala el experto.
Temporalidad, escalabilidad y crecimiento exponencial definen entonces, a grandes rasgos, este tipo de emprendimientos, los cuales ocupan hoy el mayor interés de los inversionistas.
¿Conoce usted esa función de Google que predice las consultas de búsqueda en tiempo real? Fue idea de ingenieros de Google Israel. ¿Ha oído sobre el chip de memoria reprogramable de Intel que hace que funcione su PC? Se le ocurrió a Dov Frohman, cofundador del centro de investigación y desarrollo de Intel en Israel.
Israel es el tercer país –detrás de Estados Unidos y China– con más compañías en la bolsa de valores tecnológicos Nasdaq, y tiene el mercado de valores más seguro a largo plazo: el Tel Aviv TA–25 Index ha tenido mejor comportamiento durante la última década que el Hang Seng de Hong Kong, que se suponía era el índice con mejores resultados.
En el fondo, la verdadera diferencia del modelo de innovación israelí no se encuentra en los anteriores párrafos de datos abrumadores. La diferencia está en que 52% de la inversión en alta tecnología israelí proviene de empresas de origen extranjero, y en que las exportaciones de tecnología de Israel superan los 10.000 millones de dólares anuales desde 2011.
Los expertos hablan de innovación arriesgada, de pymes con una visión internacional desde el primer día –ya que su mercado local es muy pequeño, aunque como cualquier pyme de vecino, primero venden localmente–, de un apoyo institucional que ofrece dinero pero también ventajas fiscales y de un mayor acceso a la inversión privada –por encima de los 1.000 millones de dólares al año– en las fases iniciales de una startup, que es cuando resulta más difícil conseguir dinero.
En Israel, cuando un emprendedor piensa en un nuevo producto o servicio lo hace en clave internacional, no en el mercado local israelí. Esa es una gran diferencia con otros países: son multinacionales desde el momento en que nacen, desde el “día-menos-uno”, desde que se concibe el producto. Esto les da una ventaja competitiva: cuando diseñan productos o servicios ya tienen puesto el foco en los mercados estadounidense, europeo y asiático. Además, poseen una red de contactos que les permiten acceder con mayor facilidad a ellos.
Esta actitud también les lleva a salir de la zona de confort en la que innovan las grandes multinacionales. Las startups israelíes crean en áreas más “disruptivas”, en las que no participan muchas empresas grandes que no pueden permitirse investigar sin resultados a corto plazo. A los grandes les resulta más fácil que otros arriesguen por ellos, y si descubren algo, los compran.
Los modelos de innovación estadounidense y europeo son muy caros. El israelí es más barato, más austero. Los fundadores no cobran, tienen propiedad sobre lo que crean; esto atrae a los inversionistas: con menos inversión, llegan más lejos.
Este ecosistema que fomenta la creación de empresas también se explica por el carácter israelí. “Lo que queremos es montar una startup, no queremos trabajar para una multinacional”, dicen. Es un “chip” muy diferente al europeo, donde la mayoría de los profesionales quieren ser funcionarios, como afirma un responsable de la Cámara Israel-España.
La forma de ver el fracaso empresarial también tiene que ver con otra manera de entender el emprendimiento. En Israel, si se recibe dinero del Estado –a través de la oficina del Científico Jefe– y la compañía fracasa, la startup no se endeuda para toda la vida: es dinero a fondo perdido. Eso sí, si tiene éxito debe devolverlo. Si un emprendedor recibe 700.000 dólares, ya es suficiente con que invierta su trabajo y su know-how. Se trata de tecnologías experimentales, y obviamente no todo sale siempre bien.
«En Israel, durante las entrevistas de trabajo siempre te preguntan en qué unidad estuviste en el ejército”, asegura Gil Kerbs, ex alumno de una unidad de inteligencia, en el célebre libro Startup Nation, de Saul Singer y Dan Senor. Hay ofertas de trabajo en las que se especifica “Solo para ex alumnos de la 8200 (grupo de élite que se ocupa de la defensa cibernética)”. No se puede entender el ecosistema emprendedor israelí sin referirse al servicio militar obligatorio –tres años para los hombres y dos para las mujeres–. Pues la formación no es solo militar, sino también tecnológica. Allí una empresa puede surgir alrededor de una fogata en una noche de guardia.
Esta es una palabra hebrea que describe bien a los israelíes. Jutzpá puede traducirse como osadía, descaro, incluso insolencia. Es un ingrediente crucial de la vida cotidiana de este país lleno de contrastes y contradicciones; una de las tantas razones por las cuales ha logrado superar barreras geográficas, desafíos de seguridad, crisis económicas y la falta de recursos naturales, para convertirse en una potencia tecnológica mundial.
En los siguientes recuadros se describen algunos de los desarrollos más recientes producidos por startups israelíes.
Decenas de startups israelíes causaron sensación en el Mobile World Congress (MWC) 2018 en Barcelona, España, demostrando el liderazgo global del país en comunicaciones móviles. Según la Oficina Nacional de Estadística de Israel, el sector de las tecnologías de información y comunicación (TIC) representa el 90% de la inversión en investigación y desarrollo de las empresas multinacionales en el país.
El pabellón de Israel en MWC 2018 proporcionó un lugar de alto perfil para 65 innovadores líderes en comunicaciones móviles en una amplia gama de sectores:
Mediante el uso de algoritmos de inteligencia artificial, Anagog proporciona a los desarrolladores de aplicaciones formas de analizar los datos de tráfico en tiempo real, lo que permite a las empresas conocer mejor a sus audiencias y su desempeño general.
Aplicando inteligencia artificial y machine learning, Glassbox captura, graba, reproduce y analiza sesiones de aplicaciones web y móviles en tiempo real (cada deslizamiento, clic y movimiento de mouse), permitiendo el análisis en profundidad del comportamiento de la audiencia.
Vayyar desarrolla sensores integrables que crean imágenes de sus entornos en 3D y en tiempo real, sin necesidad de cámaras, una solución que se puede aplicar en áreas tales como el cuidado de adultos mayores, seguridad del hogar y automatización de negocios.
Después de Estados Unidos, Israel es el país que posee la mayor concentración de “defensores cibernéticos” en el mundo. La ya mencionada Unidad 8200 de Tzáhal es la gran incubadora de startups en esa área.
La mayor parte de los ejecutivos de compañías clave del sector de la seguridad, como Checkpoint, Imperva, Nice, Gilat, Waze, Trusteer, Wix o Fortscale tuvieron sus orígenes en esa unidad de las Fuerzas de Defensa de Israel.
Avishai Abrahami, cofundador de Wix, una de las plataformas líderes de desarrollo web basadas en la “nube”, relata que “solo de mi generación, hay más de 100 chicos de la unidad que conozco en persona que han desarrollado startups, y además las han vendido por una gran cantidad de dinero. En un despacho concreto de la unidad había un equipo de diez personas –yo lo llamo la sala mágica–, de los cuales todos crearon empresas con un valor medio de 500 millones de dólares”. De dicha venta, la exit strategy tan característica del emprendedor israelí, Abrahami puede considerarse abanderado: la capitalización bursátil de Wix es de unos 1.000 millones de dólares.
Cymulate, empresa fundada en 2016 por ex oficiales de inteligencia de Tzáhal e investigadores de seguridad con amplia experiencia en soluciones de seguridad, ha creado una “plataforma de simulación de ciberataques” que acaba de abrir su filial en Madrid, desde la que se controlará el mercado de España y Portugal.
Otra startup israelí de ciberseguridad es BioCatch, cuyo producto analiza parámetros fisiológicos y de comportamiento para detectar y prevenir el fraude. Ironscales elabora software especializado para impedir el phishing (robo de identidad). Por su parte, D-ID ha desarrollado una tecnología que ayuda a las empresas a proteger los rostros de los usuarios de un uso no autorizado de la tecnología de reconocimiento facial. Minerva Labs crea productos diseñados para defenderse de malware (virus y troyanos) avanzados, mientras que Cylus ayuda a las compañías ferroviarias a detectar ciberataques en sus sistemas, incluyendo la señalización y los trenes.
Al observar las innovaciones de las startups médicas israelíes, se concluye que la palabra clave es “portátil”.
La nueva compañía PulseNMore está en las últimas fases de desarrollo de un dispositivo de ultrasonido que permitirá a las mujeres embarazadas monitorear ellas mismas la salud de su bebé antes de nacer, usando el teléfono celular. Las imágenes aparecerán en la pantalla del smartphone y podrán ser enviadas al médico para su estudio. Su uso permitirá, además, ahorrar mucho dinero al no requerirse pruebas de ultrasonido en los centros de salud. PulseNMore informa que el dispositivo ha sido probado exitosamente en Estados Unidos; actualmente está esperando aprobación por parte del Ministerio de Salud de Israel.
En enero de este año tuvo lugar en Tel Aviv el evento Digital Health IL (Salud Digital Israel), que reunió startups de biotecnología, empresarios, inversionistas y grandes compañías del campo de la salud. Algunas de las novedades expuestas:
Tytocare, nueva firma que se especializa en telemedicina, desarrolla dispositivos para “visitas médicas remotas”. Su director ejecutivo, Ofer Tzadik, mostró un estetoscopio electrónico que utiliza el mismo paciente, para luego enviar la data a un médico u hospital a través de un servicio seguro en la “nube”. También puede hacerse un análisis completo vía video, en tiempo real. Según Tzadik, algunos médicos han reportado, tras probar el sistema, que las lecturas así tomadas tienen mayor calidad que las de los equipos convencionales que usan en sus consultorios.
EfA (siglas en inglés de “Ingeniería para todos”) es una startup que busca hacer los servicios de salud más accesibles a las personas que viven en zonas alejadas de las ciudades. Su dispositivo portátil RevDx puede realizar análisis sanguíneos automáticos, diagnósticos de enfermedades y otros estudios en el sitio. Es una especie de clínica portátil. El director de EfA, Yoel Ezra, espera llevar este aparato a las áreas menos desarrolladas de África, Asia y Latinoamérica.
El emprendimiento tecnológico israelí no se limita al planeta Tierra. Numerosas de esas empresas tienen sus miras en el espacio, y algunas ya han llegado a él.
En enero se llevó a cabo la Semana Israelí del Espacio en la sede de Tel Aviv del Museo Israel, donde varias de estas nuevas firmas expusieron sus logros y proyectos. Esta es una síntesis:
La startup israelí EffectiveSpace, fundada en 2013 por Arie Halsband (quien antes trabajó en la prestigiosa Israel Aerospace Industries, IAI), firmó en enero de este año un contrato de 100 millones de dólares con el gigante International Launch Services (ILS), con sede en Estados Unidos, para colocar en órbita geoestacionaria dos “drones espaciales” en 2020. Se trata de vehículos de 400 kilogramos, dotados de un sistema de acoplamiento que les permitirá unirse a un satélite “envejecido” con el fin de recargar el combustible que necesite para maniobrar —lo que todo satélite requiere hacer con cierta frecuencia—, o para modificar su trayectoria; en ambos casos se busca prolongar la vida útil del satélite, con lo que se ahorrarán cientos de millones de dólares.
Estos “drones” podrán trabajar con varios satélites en forma consecutiva, e incluso remolcar objetos de la llamada “basura espacial” de trayectorias en que representen un peligro.
StemRad exhibió en la Semana Israelí del Espacio un traje desarrollado para contrarrestar la radiación del espacio, que diseñó conjuntamente con la Agencia Espacial Israelí y el Centro Aeroespacial de Alemania, en preparación para un eventual viaje a Marte.
StemRad es una startup fundada por Oren Milstein, a raíz del desastre nuclear producido por el terremoto de Fukushima, Japón, en 2011. Su primer producto fue un cinturón destinado al personal que debe trabajar en zonas donde hay radiación peligrosa; el cinturón protege la zona pélvica, donde se encuentra la mitad de la médula ósea del organismo, y ya se utiliza ampliamente. Además es resistente al fuego.
SpacePharma, startup con sede en Herzlia, desarrolla satélites que fungen como “laboratorios a control remoto” para los investigadores farmacéuticos. Estos satélites están diseñados para llevar a cabo investigaciones en Biología, Química y Física en un ambiente de microgravedad, que resulta idóneo para muchos de esos experimentos.
Debido a la larga lista de espera existente en todo el mundo para el lanzamiento de satélites, SpacePharma aprovecha el pequeño tamaño y peso de sus artefactos para lanzarlos “pidiendo cola” cuando se colocan en órbita grandes satélites internacionales. Recientemente, la empresa formó parte de un acuerdo firmado entre Israel e Italia para crear un laboratorio conjunto de microgravedad.
FUENTES
www.emprendedores.es
www.forbes.com
www.entrepreneur.com
www.nocamels.com
www.enlacejudio.com
www.infobae.com
www.latamisrael.com
www.lanacion.com.ar
www.timesofisrael.com