Cada vez que el Estado judío gana tácticamente sobre el terreno, Occidente parece volverse más hostil hacia él
Richard Kemp*
Los enfrentamientos en Cisjordania ilustran crudamente los desafíos que enfrenta hoy Israel en el escenario mundial. Incluso antes del 7 de octubre, el nivel de violencia estaba aumentando allí. Desde la invasión asesina de Hamás a lo largo de la frontera de Gaza, la agresión terrorista en Cisjordania ha aumentado aún más. Gran parte de esto se debe a los terroristas de Hamás y Fatah, que están siendo impulsados por los fondos y armas iraníes, así como estimulados por la Autoridad Palestina. Hasta ahora, las FDI llevaron a cabo incursiones limitadas para contenerlo, pero hace unos días lanzaron una operación del tamaño de una división.
La BBC, que ha mostrado una hostilidad reiterada hacia Israel, está cuestionando si era necesario que Jerusalén se defendiera contra el terrorismo en Cisjordania, en lugar de preguntarse por qué tenían que hacerlo. Como era previsible, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, ha pedido un «cese inmediato» de las operaciones israelíes. En un tuit recitó el gastado solecismo tan querido por los diplomáticos internacionales que no tienen respuestas: “Solo el fin de la ocupación y el retorno a un proceso político significativo que establezca una solución de dos Estados pondrá fin a la violencia”.
Tanque israelí Merkavá
(Foto: FDI)
Guterres vive en un universo alternativo. Después de que Israel retiró sus fuerzas y expulsó a todos sus ciudadanos de Gaza en 2005, la Franja se convirtió en un enclave de guerra. La fortaleza de Hamás podía ser contenida sin operaciones militares a gran escala hasta el 7 de octubre, pero eso no se aplica a Cisjordania por su proximidad a importantes centros de población israelíes, así como por su larga frontera con Jordania. Un ejército terrorista sin control no solo amenazaría a Israel, sino también a Jordania.
Irán ya ha estado tratando de desestabilizar a Ammán para desarrollar una base de ataque contra Israel desde el país. Así que no, señor Guterres, la visión utópica de una solución de dos Estados, que las encuestas muestran que la mayoría de los árabes palestinos no quieren en ningún caso, no es posible, especialmente no ahora.
Vemos el mismo panorama en Gaza, Líbano e Irán. Israel ha sido atacado en todos los frentes y ha respondido en cada caso, tanto defensiva como ofensivamente, con brillantez táctica. Sin embargo, también ha sido condenado repetidamente por hacerlo en los medios de comunicación, en organismos internacionales y en las capitales occidentales. La respuesta tradicional entre los líderes políticos y diplomáticos siempre comienza con “Israel tiene derecho a defenderse, pero…”, antes de los previsibles llamamientos a la moderación y al cese de fuego, rematados con los obligatorios murmullos sobre una “solución de dos Estados”.
Israel está ganando su guerra en múltiples frentes, pero no está nada claro que sus supuestos aliados de Occidente quieran que lo haga. Gaza es ahora relativamente estable, a pesar de la necesidad de hacer frente a una duradera campaña de guerrilla. Eso podría haberse logrado más rápidamente, y probablemente con menos derramamiento de sangre, si la administración Biden no hubiera hecho todo lo posible por frenar las cosas
Este tipo de moderación que se le exige a Israel nunca se le ha pedido a ningún otro país que esté bajo ataque. Un ejemplo del doble rasero aplicado a Israel se puede ver en dos tuits del canciller británico David Lammy hace unos días. En respuesta a los ataques de Rusia a Ucrania, dijo: “El Reino Unido condena rotundamente los cobardes ataques de hoy con misiles y aviones no tripulados de Rusia contra la infraestructura civil en toda Ucrania. Estos ataques violan flagrantemente el derecho internacional, y los responsables deben ser llevados ante la justicia”. El día anterior, en respuesta a los ataques con misiles y aviones no tripulados de Hezbolá contra Israel, escribió: “Hay que evitar a toda costa una mayor escalada en Oriente Medio. En mi llamada con [un] ministro israelí reiteré el apoyo del Reino Unido a la seguridad de Israel, la importancia de la moderación, la necesidad de un alto el fuego inmediato en Gaza y la liberación de todos los rehenes”. Feliz de condenar a Rusia, ni siquiera se atrevió a nombrar al agente terrorista de Irán que había atacado a Israel, y estaba mucho más ansioso por instar a la moderación de Jerusalén.
Israel está ganando su guerra en múltiples frentes, pero no está nada claro que sus supuestos aliados de Occidente quieran que lo haga. Gaza es ahora relativamente estable, a pesar de la necesidad de hacer frente a una duradera campaña de guerrilla. Eso podría haberse logrado más rápidamente, y probablemente con menos derramamiento de sangre, si la administración Biden no hubiera hecho todo lo posible por frenar las cosas. En el norte, Israel debe atacar decisivamente a Hezbolá para poner fin a los ataques diarios y permitir que decenas de miles de ciudadanos israelíes regresen a sus casas. Pero, una vez más, Joe Biden quiere impedirlo, al menos hasta después de las elecciones estadounidenses, a pesar de no tener ninguna alternativa viable.
¿Por qué Occidente actúa de esta manera? La campaña de guerra política a largo plazo para deslegitimar a Israel mediante acciones espurias en los tribunales internacionales, movilizar protestas generalizadas y generar una cobertura mediática hostil, ha tenido tanto éxito que muchos líderes tienen miedo de oponerse a ella. Y eso a pesar de saber que los enemigos de Israel también son nuestros enemigos.
*El coronel Richard Kemp es un ex comandante de las Fuerzas Armadas del Reino Unido.
Fuente: The Telegraph.
Traducción Sami Rozenbaum / Nuevo Mundo Israelita.