Por: Max Sihman
E minentes conferencistas, analistas políticos, profesores y ensayistas explican de manera objetiva y a través de charlas el conflicto palestino-israelí. Con ello contribuyen al esclarecimiento de los hechos contemporáneos que conjugan el estado de hostilidad que en ello se encuentra envuelto.
No obstante, la cuestión sustantiva o de fondo es, a mi parecer, el fundamento y lo crucial para un propósito didáctico que en definitiva es lo que se requiere en toda conferencia. La descripción de las fechas, nombres y lugares tiene su localización en los textos de historia y los ensayos de eruditos, que son perfectamente accesibles por los medios de búsqueda en internet. En tal sentido, corresponde centrar razones de conciencia y honestidad con el contenido en favor de la justicia, que ha sido la verdadera razón de la existencia del pueblo de Israel desde los comienzos hasta el presente.
El coloniaje británico, francés y portugués en Latinoamérica perduró hasta la independencia de sus colonias. De igual manera, las fragmentaciones territoriales en Europa continuaron durante ambas guerras mundiales hasta el presente, con las pretensiones de potencias sobre países vecinos. Solo un pueblo de cuya historia conocemos ha perdurado, mantenido y profesado su lenguaje, costumbres y creencias, pero se le ha negado históricamente el derecho a su hogar, a vivir en paz y orar ante las reminiscencias del templo de Jerusalén. Hoy ese pueblo ha regresado; sin embargo, su lucha continúa con lamentables pérdidas de vidas civiles inocentes. En ello centramos la atención en nuestro mensaje, en el derecho bíblico-histórico a la Tierra Prometida y en la contemporaneidad al derecho de fronteras seguras, a la incuestionable defensa del país, y sin la menor duda consolidar la misión de Josué para conducir a su pueblo, lo que es hoy el invencible Medinat Israel.