Ver más resultados...
C onocí personalmente a Hillo Ostfeld en los últimos años de su vida. Impresionaban su agilidad física y mental y lo que ahora se llama “asertividad”, a pesar de su edad avanzada. Siempre parecía estar en control de la situación.
Era un caso ejemplar de “hombre hecho a sí mismo”, con el apoyo de su inseparable esposa Klara. Padeció una adolescencia trágica, habiendo sido deportado por los nazi-fascistas de su Rumania natal a Transnistria (entre las actuales Moldavia y Ucrania), donde perdió a sus padres, sobrevivió a duras penas y más tarde, empezando desde cero, logró construir una nueva vida en tierras venezolanas.
Aquí se convirtió en un exitoso empresario y en uno de los líderes fundamentales de la comunidad judía; en ese papel se codeó con las principales autoridades de nuestro país y del Estado de Israel, con las cuales desarrolló incluso una amistad personal.
Preocupado por el olvido y el negacionismo, Ostfeld dedicó su última etapa vital a ofrecer testimonios sobre la Shoá ante las nuevas generaciones. En un giro casi cinematográfico, se dio el gusto de decirles a las altas autoridades de su país de origen, muchas décadas después de la Shoá: “Ustedes me enviaron a la muerte, y ahora me reciben como a un dignatario”.
Estuve en varias de sus presentaciones; una de las más impresionantes fue la ofrecida, hace exactamente un año, en la Universidad de Los Andes, donde se inauguró una Cátedra de Estudios sobre el Holocausto que lleva su nombre. En el camino desde el aeropuerto hacia la ciudad de Mérida, Ostfeld estuvo conversando animadamente y hasta contando chistes; era el mismo Hillo que muy recientemente había perdido al segundo de sus hijos varones pero, a pesar de la tragedia, mantenía su buen ánimo y amor por la vida. Sin embargo, un rato después, ante un auditorio en absoluto silencio, narró la trágica experiencia de su juventud y se le quebró la voz varias veces.
También resultó inolvidable su discurso ante la Asamblea Nacional, en ocasión del Día Internacional de Conmemoración del Holocausto de 2016, donde igualmente logró mantener en respetuoso silencio a todos los legisladores sin distingo de ideologías.
Hillo Ostfeld se caracterizó por su generosidad y genuina preocupación por el bienestar de nuestra comunidad, donde deja una marca indeleble que permite calificarlo como uno de sus patriarcas. Contar con su afecto fue un privilegio.
Sami Rozenbaum DirectorUna vida intensa
Después de sobrevivir al Holocausto y reencontrarse con dos hermanas, Hillo Ostfeld contrajo matrimonio con Klara Pesate en 1948 y emigró a Israel en 1950. Tras tres años de duro trabajo decidieron probar su oportunidad en Venezuela, adonde arribaron en 1953. Ambos lograron levantar, prácticamente de la nada, una importante empresa textil, y luego Hillo incursionó en otros campos.
Ostfeld se incorporó desde un principio al trabajo comunitario. A partir de 1960 ocupó diversos cargos en la Unión Israelita de Caracas, la cual presidió en tres oportunidades (1975-77, 1977-79 y 1989-92). Posteriormente fue también presidente de la CAIV (1992-94).
Entre los numerosos reconocimientos que recibió pueden mencionarse: Orden Mérito en el Trabajo en su primera clase; Orden Diego de Losada en su primera clase; Orden Francisco de Miranda en su primera clase; y Premio al Mérito Comunitario de la Asociación Israelita de Venezuela, en 2013. En 2017, la Universidad de Los Andes creó la Cátedra de Estudios sobre el Holocausto Hillo Ostfeld.
- "Hillo, mi mentor comunitario", por Raúl Cohén
- "Hasta siempre, Hillo", por Paulina Gamus
- "Hillo, un mentsch", por Martín Goldberg
- "Hillo Ostfeld, Z’L", por Rabino Pynchas Brener
- "Un gran hombre", por Rabino Isaac Cohén
- "Tu legado queda entre nosotros", por Thalma Cohén de Gruszka
- "Uno de los patriarcas de la kehilá", por Sami Rozenbaum
- "Carta de Janán Olamy, ex embajador de Israel en Venezuela", por Janán Olamy
- "Sin tregua", por Rebeca Perli
- "Hillo Ostfeld, el diplomático", por Milos Alcalay
- "Las horas postreras", por Trudy Ostfeld de Bendayán
- "Carta de la Cátedra de Estudios sobre el Holocausto Hillo Ostfeld (ULA)"
Conocí personalmente a Hillo Ostfeld en los últimos años de su vida. Impresionaban su agilidad física y mental y lo que ahora se llama “asertividad”, a pesar de su edad avanzada. Siempre parecía estar en control de la situación.