La córnea sintética fue desarrollada y producida por la startup EyeYon, que ya recibió la aprobación del Ministerio de Salud israelí para el uso del implante y solicitó una aprobación similar ante la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU
Los pacientes ciegos o cuya visión está gravemente deteriorada esperan muchos meses para obtener una córnea biológica extraída de un cadáver, comprada en Estados Unidos o Canadá, o proporcionada por los patólogos del Centro Nacional de Medicina Forense de Abu Kabir.
Pero ahora, los oftalmólogos del Centro Médico Shaare Zedek de Jerusalén han logrado un gran avance con el primer implante de la córnea 3D más delgada, hecha de material acrílico sintético y que se adhiere al interior de la córnea.
El afortunado paciente, que se sometió a la exitosa cirugía seis semanas después de un largo período de visión gravemente deteriorada y fuerte dolor, es un árabe musulmán de 71 años de Jerusalén. Hace unos dos años se le había implantado la córnea de un cadáver, pero su cuerpo la rechazó. Su otro ojo funcionaba con normalidad, pero ahora la visión a través de sus dos ojos es muy buena, y ya no sufre las considerables molestias causadas por el edema (hinchazón por fluidos).
La córnea sintética fue desarrollada y producida por EyeYon, una empresa emergente que ya recibió la aprobación del Ministerio de Salud israelí para el uso del implante y solicitó una aprobación similar a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos. Ha suministrado su innovador producto a algunos hospitales de Holanda, India y China, pero esta es la primera operación de su tipo en Israel con la córnea artificial más delgada del mundo.
Aproximadamente la mitad de los trasplantes de córnea podrán utilizar la versión sintética producida por EyeYon
EyeYon, que realizó investigaciones de laboratorio en conejos, eligió el Shaare Zedek como primer hospital israelí para utilizar la córnea artificial. La empresa proporcionó la córnea artificial de forma gratuita, pero en el futuro habrá que añadirla a los costos de los servicios sanitarios de Israel.
La cirugía se realiza con un enfoque único que acelera la recuperación —el paciente estuvo en el hospital solo un día—, y logra resultados muy precisos que evitan el rechazo del implante. “Este es un paso más hacia un futuro en el que se reducirá la dependencia de la disponibilidad de tejido humano para realizar trasplantes de córnea”, declaró el doctor Liron Berkovich, especialista en enfermedades y cirugía de la córnea, quien realizó el implante junto con el presidente del Departamento de Oftalmología del Shaare Zedek, David Zadok, quien especialista en enfermedades y cirugía de la córnea. “En lugar de utilizar la córnea de una persona fallecida, se utiliza una córnea hecha a medida con plena disponibilidad”, agregó.
Ante el temor de que un implante humano volviera a ser rechazado, el equipo decidió implantar el EndoArt, un implante corneal sintético de 50 micras de grosor impreso por EyeYon. La cirugía se realiza a través de una incisión de unos dos milímetros en la pared del ojo, utilizando sistemas avanzados de imágenes que permiten fijar el implante al tejido endotelial del paciente.
Alrededor de la mitad de los pacientes que necesitan córneas para recuperar la visión podrían beneficiarse de la córnea sintética, explica Zadok. Como EyeYon es una empresa israelí, puede proporcionar un suministro continuo del producto, de modo que los pacientes ya no tendrán que esperar meses para los trasplantes debido a la falta de disponibilidad de córneas humanas.
El departamento de Zadok realiza anualmente entre 60 y 70 implantes de córneas procedentes de cadáveres; ahora se espera que la aproximadamente mitad de los pacientes, que tienen tejido endotelial en el interior de la córnea, puedan emplear las sintéticas.
Algunas empresas de Carolina del Norte (Estados Unidos) y Corea del Sur producen córneas biológicas con impresión 3D, pero estas presentan el riesgo de rechazo. La córnea acrílica no es rechazada por el cuerpo y durará toda la vida, según Zadok y Berkovich.
Fuente y foto: AJN.
Versión NMI.