El 29 de noviembre se cumplieron 75 años de la Resolución 181 de la Asamblea General de la ONU, que aprobó la partición del área geográfica conocida como Palestina en dos Estados independientes, uno el único Estado judío, Israel, y el otro, un Estado árabe más.
En ese entonces no se hablaba de pueblo palestino, pues los árabes de la zona se consideraban eso: árabes, pues aún no habían desarrollado su identidad. De hecho, en las décadas previas a 1948, a los judíos que vivían en lo que sería Israel se les llamaba palestinos, y así se puede ver en los documentos de la época; el periódico The Palestine Post luego se trasformó en The Jerusalem Post. Otro de los tantos ejemplos lo vemos en el equipo de fútbol de los años 30 que representó a Palestina, donde todos los jugadores eran judíos. Irónicamente, en las redes sociales, varias cuentas que pretenden mostrar el arraigo del pueblo palestino, colocan fotos de una selección palestina cuyos jugadores vestían una camiseta azul y blanca con la Estrella de David, inconfundible símbolo del pueblo judío. De igual forma, la filarmónica, la universidad y el hospital palestinos de los primeros años del siglo XX tenían nombres en hebreo y sus emblemas eran judíos.
El nombre de Palestina le fue dado a Judea tras la derrota de la rebelión de Bar Kojba en el año 135 e.c., cuando el emperador Adriano pretendió erradicar todo vestigio de judaísmo en la rebelde provincia, pues percibió con razón que dicha práctica religiosa era la causa de las revueltas. De esa forma, bajo el dominio del Imperio Romano, Judea pasó a ser colonia y a llamarse Palestina, como reminiscencia del (ya inexistente para el segundo siglo de nuestra era) pueblo filisteo, antiguo enemigo del pueblo judío, lo que, a la vez, constituyó un castigo por sus sublevaciones. Judea no volvió a ser un centro de vida política judía hasta la era moderna, aunque los judíos continuaron poblándola y allí hubo importantes desarrollos culturales.
La Asamblea General de la ONU de 1947
(Foto: Wikimedia Commons)
Tras la derrota del Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial y su desmembramiento, la región palestina paso a ser administrada por los británicos, mandato encomendado por la Sociedad de Naciones. En 1922, Gran Bretaña creó el Emirato de Transjordania en la parte oriental del río Jordán, entregándolo a la dinastía hachemita (la cual había perdido su poder frente a la casa de Saud), ocupando casi el 80% del territorio de la zona palestina. En 1946 este se convirtió en el Reino Hachemita de Transjordania, y para 1950 se le renombró como el Reino Hachemita de Jordania, pues se reconoció que administraba territorios en la costa occidental del Jordán, tras la guerra de 1948, cuando cinco países árabes, entre ellos Transjordania, atacaron al naciente Israel y le arrebataron esa región.
El plan de partición previsto en la Resolución 181 fue rechazado por el liderazgo árabe, mientras que los judíos lo aceptaron, pese a que más de 20 años antes les habían cercenado la mayoría del territorio. Así, el 14 de mayo de 1948, un día antes de la retirada británica, se proclamó el renacimiento del Estado judío.
Lamentablemente, el mundo árabe rechazó esa “salomónica” decisión, y desde ese entonces la dirigencia palestina ha venido rechazando cualquier propuesta que los conduzca a la creación de su Estado. En la memoria tenemos “los tres ‘no’ de Jartum”, cuando en 1967 la Liga Árabe declaró: “No a la paz con Israel. No al reconocimiento de Israel. No a las negociaciones con Israel”.
También recordamos que Arafat solía tener alocuciones relativamente serenas en inglés, pero cuando hablaba en árabe, frente a una audiencia musulmana, arengaba con un léxico de lucha y violencia; vimos que, al poco tiempo de firmar los Acuerdos de Oslo, en un discurso ofrecido en mayo de 1994 en una mezquita de Johannesburgo, Arafat llamó con furia a una yijad para “liberar Jerusalén”, y señaló que su acuerdo de paz con Israel era solo un paso táctico.Todo indica que para la dirigencia palestina la única alternativa aceptable es todo o nada, o sea que no aceptan un Estado que conviva al lado del Estado judío, sino la creación de Palestina sobre todo el territorio de Israel.