Una estructura compuesta por 550 ventanas y tragaluces de todos los tipos imaginables narra, a su manera, la historia y diversidad de la capital de Israel.
Las ventanas fueron recogidas y preservadas durante décadas por el artista plástico Yoram Amir, quien falleció en marzo pasado y ha sido descrito por sus colegas como “un artista, activista, fotógrafo, Don Quijote, profeta y, más que nada, un amante de la gente y Jerusalén”.
Amir rescató las ventanas de edificios abandonados o destinados a la demolición. Justo antes de su muerte unió fuerzas con Itamar Paloge y Lior Peleg, integrantes de la agrupación cultural Mekudeshet, y el Municipio de Jerusalén, para construir esta majestuosa exposición inaugurada en julio.
La mágica instalación puede ser recorrida por los visitantes
La estructura sorprende por donde se la mire: hay una ventana inglesa de madera junto a una escotilla armenia; una otomana muy decorada junto a una sencilla creación cristiana; un marco en forma de estrella de David unido a un arco árabe. A medida que cae la noche, un conjunto de luces trasforma la instalación en un brillante faro de color.
“Hay idiomas, voces y culturas que no siempre se llevan bien. Pero nos unimos para crear una casa que tuviera más ventanas abiertas que paredes cerradas”, dicen Paloge y Peled.
Los visitantes pueden escuchar podcasts sobre la historia de Yoram Amir en hebreo, árabe e inglés. Además, cada miércoles el sitio alberga actividades artísticas y musicales.
El pasado 4 de septiembre, la casa de Amir, situada no lejos de la obra, se abrió al público para mostrar un video que describe la vida y obra del artista. También se realizó un festival en su honor, tanto en “Historias de ventanas” como en otros espacios por toda la ciudad.
Con información y foto de Israel21c. Versión NMI.