Acaba de estallar una crisis entre Hamás, Hezbolá e Irán, al descubrirse que una persona que trabajaba para un alto dirigente de Hamás era un espía iraní, según informa Israel Hayom.
Funcionarios de Hamás, el grupo islamista sunita que controla la Franja de Gaza, descubrieron que al menos una persona que trabajaba con Musa Abu Marzouk, quien dirige las relaciones exteriores de la organización terrorista, era un agente iraní, probablemente reclutado a través de Hezbolá, sus “colegas y amigos” terroristas chiítas.
Ismail Haniye, líder de Hamás, y Hassan Nasrala de Hezbolá, quien le sembró un espía a su colega
(Fotos: Reuters y AFP)
Según el Canal 12 de Israel, el espía iraní vigilaba de cerca a Marzouk, informando sobre cada uno de sus movimientos y conversaciones al régimen de los ayatolas. Marzouk, indignado, se quejó directamente al líder de Hamás, Ismail Haniye, quien a su vez le planteó personalmente el problema al líder de Hezbolá, Hassan Nasrala, y altos funcionarios iraníes.
Lo que sucede es que Marzouk, quien vive en Catar, se ha opuesto abiertamente a los crecientes vínculos de Hamás con Irán, lo que al régimen de Teherán obviamente no le resulta muy simpático.
Aunque Irán apoya a los sunitas de Hamás con dinero, armas y logística desde hace años, los gobernantes de Gaza al parecer no están muy cómodos con los ayatolas como benefactores, conscientes de que los vecinos árabes como Egipto y Turquía ven a Irán como una amenaza regional y eso los puede perjudicar.
Según los informes, el espía huyó a Sudán al ser descubierto.
Sami Rozenbaum