Elías Farache S.
El viernes 5 de febrero, corrió la noticia que la Corte Penal Internacional ha determinado que tiene jurisdicción para investigar los alegatos de crímenes de guerra presuntamente cometidos por Israel en Gaza, la Margen Occidental y Jerusalén Este. Tales demandas por crímenes de guerra podrían presentarse contra el primer ministro Benjamín Netanyahu, los ministros de Defensa y cualquier otro funcionario de alto nivel involucrado en dicha actividad desde el 13 de junio de 2014. Los soldados y comandantes también podrían ser blanco de ataques.
Naftali Bennet y Gideon Saar, ambos candidatos a primer ministro de sus partidos Yamina y Nueva Esperanza respectivamente, han rechazado inmediatamente la decisión de la Corte. Ambos partidos son de la llamada derecha israelí, y ambos son acérrimos opositores al primer ministro, también candidato a repetir.
El rechazo a la CPI será seguido por todos los partidos sionistas de Israel, de derecha o de izquierda. Porque Israel ha actuado siempre en defensa propia, y porque ha tenido que combatir a terroristas. Sí. A enclaves que disparan cohetes contra poblaciones civiles, a quienes apuñalan ciudadanos, atropellan a otros. A quienes se resguardan dentro de colegios, hospitales y toda clase de escudos de carne y hueso inocentes.
Sede de la Corte Penal Internacional en La Haya, Países Bajos
(Foto: Wikipedia)
Resulta contradictorio. La llamada derecha israelí se llevará en las próximas elecciones la gran mayoría de escaños al Parlamento. Sin embargo, es probable que no logren formar una coalición de gobierno. Las divisiones entre los partidos y sus escisiones no les permiten ponerse de acuerdo. El motivo de campaña es Sí-Bibi, o No-Bibi. Por supuesto, la izquierda y centro-izquierda se afianzan en la posición No-Bibi.
La rancia disputa electoral se da en medio de la pandemia y su tratamiento por parte de las autoridades. A pesar del récord de Israel en cuanto a ser el país con más población ya vacunada, la opinión pública y los voceros de los partidos políticos, así como los distintos sectores del país, están muy divididos en cuanto al manejo del gobierno respecto a la pandemia: los cierres, la paralización de la economía, las medidas de contención de la propagación. En Israel cada ciudadano es un potencial primer ministro, y como tal considera su opinión válida y correcta.
En un panorama de profunda división y enfrentamientos, la decisión de la Corte Criminal Internacional es un buen elemento para los israelíes, y para el debate del país. En primer lugar, una vez más los pone a todos de acuerdo respecto a un tema incontestable para Israel. Las Fuerzas de Defensa de Israel son una vaca sagrada, y sus principios éticos no se ponen en duda. En esto hay consenso mayoritario.
En medio de profundas divisiones internas, la decisión de la CPI es un llamado a la reflexión, un recordatorio a lugar. Israel tiene en sus manos la responsabilidad de defenderse, y ha de ser atacado por ello en muchos foros internacionales
En segundo, y no menos importante lugar, el tema de la defensa de Israel no es susceptible de discusión ni de ataques. Israel ha estado sometido al terrorismo, y su defensa es responsabilidad nacional. La decisión de la CPI es rechazada por injusta y por desconocer el perfil de terroristas que han atacado a Israel en los eventos que se pretenden investigar.
Sí. En medio de profundas divisiones internas, la decisión de la CPI es un llamado a la reflexión, un recordatorio a lugar. Israel tiene en sus manos la responsabilidad de defenderse, y ha de ser atacado por ello en muchos foros internacionales. Conviene no concentrarse demasiado en las contradicciones internas, ni abstraerse del fenómeno del antisionismo, antisemitismo y deslegitimación de Israel. Ni olvidar la negación de muchos del derecho a la autodefensa del país y sus ciudadanos.
Sí. Es quizás oportuno agradecer a la Corte Penal Internacional.
Fuente: Aurora.
Versión NMI.