La ola de protestas del año pasado por parte de la comunidad etíope de Israel impulsa la creación del primer conjunto de criterios para decidir la cuestión de qué etíopes podrán hacer aliá
Hanan Greenwood*
Durante los últimos meses, líderes políticos y educativos israelíes han estado trabajando con rabinos y líderes religiosos etíopes para elaborar el primer conjunto de pautas de la nación para resolver la dolorosa cuestión de trasladar a las familias de los inmigrantes etíopes a Israel.
Mientras que muchos judíos etíopes han hecho aliá, los Falash Mura, judíos etíopes y eritreos que se convirtieron al cristianismo, se quedaron atrás y no se les permite inmigrar bajo la Ley del Retorno. Muchos viven en extrema pobreza, según un documento que describe el plan marco.
Líderes de la comunidad etíope de Israel durante un servicio conmemorativo por judíos etíopes que perecieron camino a Israel.
(Foto: Uri Lenz / Israel Hayom)
«Los pasos que el gobierno israelí ha tomado a lo largo de los años fueron una respuesta a las presiones políticas, y tiene dificultades para tomar decisiones sobre las personas que esperan en Etiopía. El gobierno no tiene una política clara», señala el documento. «Hasta ahora no existe una entidad que sepa exactamente cuántas personas esperan en Etiopía [para venir a Israel]. Suman entre 7.000 y 14.000. En vista de esto, las instituciones estatales prefieren evitar el asunto».
Los autores de las directrices prevén presentarlas a la ministra de Absorción e Inmigración, Penina Tamanu-Shata, la próxima semana. En este momento se están haciendo ajustes finales que tienen que ver con los Falash Mura, un tema complejo en la comunidad etíope israelí. El plan pide al gobierno que establezca un organismo público que decida sobre la política para los etíopes que esperan venir a Israel, recopilar sus datos personales y definir los criterios para que hagan aliá.
El plan proporcionará una respuesta oficial para los etíopes a los que se niega el estatus de aliá, lo que aclarará cualquier incertidumbre. Además, los autores del plan buscan que el proceso de inmigración para los etíopes aprobados comience desde Etiopía, donde recibirán instrucción en idioma hebreo y capacitación profesional, así como la preparación para la conversión.
El impulso para el plan fue la violenta ola de protestas del año pasado por parte de israelíes de origen etíope. «Las personas que esperan allá están siendo muy perjudicadas, y el problema no se está manejando adecuadamente debido a su color de piel, además de las preguntas sobre su judaísmo», dice un activista. «El hecho de que esas personas estén allá y no se les diga si pueden o no hacer aliá es una vergüenza. Esta locura tiene que parar», insiste.
Los criterios para aliá incluyen que los solicitantes sean descendientes de judíos, la confirmación de los ancianos de la comunidad o líderes religiosos, membresía a una comunidad reconocida de personas que se vieron obligadas a convertirse a otras religiones o que sufren persecución antisemita, y el deseo de regresar al judaísmo y experimentar la conversión.
*Periodista.
Fuente: Israel Hayom.
Traducción NMI.