Con 124,050 puntos, las jóvenes comunitarias obtuvieron medalla de plata por equipo en la categoría Pre-Junior (11 a 13 años)
Y a es todo un lugar común hablar de la precocidad de los jóvenes de hoy. Pero no deja uno de sorprenderse al comprobar tal apreciación en chicas como las que participaron en la disciplina de Gimnasia Artística en los XIII Juegos Macabeos Panamericanos Chile 2015, cuya edad oscila entre los 12 y 16 años.
Para ahondar más en la destacada participación de la delegación de Hebraica, hablamos con su entrenadora Agnedys Muro, quien en compañía de la también entrenadora Thaís Rojas se dieron a la tarea de modelar los cuerpos y también las mentes de esta niñas.
“Antes de viajar a Chile comenzamos a redoblar nuestro entrenamiento con más horas de ejercicios. Al principio agregamos 20 minutos más a las prácticas diarias, luego incluimos los domingos como día de práctica, y después también entrenamos en las vacaciones. Trabajamos fuertemente, con alrededor de 150 horas extras a nuestro entrenamiento rutinario. Las niñas hacían su bitácora de trabajo anotando en un cuaderno sus ejercicios, y así podían cerciorarse de sus avances. También se trabajó con las mamás, con reuniones individuales en las que se les explicaban los avances de sus hijas. Y debo decir que agradezco muchísimo el apoyo de los padres”, resume la entrenadora la etapa previa a las Macabiadas.
Una vez que la delegación venezolana llegó a Chile, las jóvenes tuvieron una sola competencia, a partir de la cual clasificaban las siete mejores gimnastas por país. “No pueden clasificar más de dos por país”, explica Muro; “son las siete mejores, pero solo dos por cada país. Y nosotros tuvimos la suerte de que en salto clasificaron dos, en barra dos, en viga dos, y en manos libres dos. Ganamos la medalla de plata, el segundo lugar por equipo en la categoría Pre-Junior (desde los 11 a los 13 años). Y esa medalla de plata para mí vale oro, dado todo el esfuerzo conjunto que realizamos”.
Y para quienes piensen que las actividades extracurriculares descentran la atención de los estudios académicos, la entrenadora sale al paso diciendo que todas las niñas que viajaron en diciembre a Chile pertenecen al cuadro de honor de su colegio. “Son niñas muy inteligentes, por eso siempre les he enseñado que no deben centrarse en el resultado de las competencias, sino en el trabajo bien hecho”, finaliza la entrenadora.
¿Pero quiénes son estas niñas tan aventajadas? ¿Cuáles son sus expectativas? ¿Cómo resumen su experiencia? A continuación sintetizamos sus inquietudes:
—Nicole Esusy: “Fue una muy buena experiencia compartir con mis amigas y con deportistas de otros países, y también me gustó conocer otro ambiente, darme cuenta de que existe otra Hebraica. Yo no esperaba ganar, pero di lo mejor que pude y el esfuerzo rindió sus frutos. En la primera competencia demostré lo que sabía hacer, y en la segunda me enfoqué en pulir mis errores. Particularmente me gustan dos aparatos: tapete y barra. Uno de mis sueños es participar en las Macabiadas Mundiales de Israel en 2017, por eso sigo practicando y dando lo mejor en los entrenamientos. Siempre digo que a mí me gusta la gimnasia porque es algo elegante que va con mi personalidad”.
—Sophia Feldman: “Participar en los Juegos Macabeos fue una experiencia que valió la pena y que nunca voy a olvidar. Allí conocimos atletas de todas partes de América, tuvimos excelentes puntuaciones, y ganamos el segundo lugar como equipo, cosa que no esperábamos. Debo decir que lo más difícil fueron los nervios antes de la competencia, pero nuestras entrenadoras nos dieron mucho apoyo, y entre nosotras las gimnastas también. Por eso dimos lo mejor, porque estábamos muy compenetradas. A mí me fascina la gimnasia, es mi pasión, por eso espero seguirla practicando mientras pueda. La meta que me tracé es hacer lo que me dé más felicidad, y ya lo hago”.
—Danae Bachenheimer: “De la experiencia en Chile me gustó compartir con mis amigas de gimnasia y con mis profesoras. Eso fue inolvidable. El entrenamiento previo fue bastante duro, y cada día intentaba mejorar lo que había hecho antes. Al principio teníamos un poco de miedo de hacer los ejercicios, pero luego fuimos venciendo nuestros temores, por lo que puedo decir que no tuve nervios en ningún momento. Mi meta es ir a las Macabiadas en Israel en 2017, así que tengo que entrenar duro. Y quisiera aprovechar la oportunidad de agradecer públicamente a nuestras entrenadoras, pues sin ellas, sin su compañía y ánimos, nada de esto hubiera sido posible”.
—Shira Cohen: “Ver el elevado nivel de muchas niñas fue como tener una película en frente tuyo. Pero aquí no solo se trataba de la competencia, sino de vivir la experiencia y ver cómo trabaja cada país. Cuando nos dijeron que habíamos clasificado nos emocionamos muchísimo, porque es muy significativo clasificar al competir con semejante nivel. Conocimos el nivel de otros países y lo que nosotros podemos dar; ahora resta seguir entrenando duro para participar en las próximas Macabiadas de México e Israel. También me gustó conocer de cerca a la comunidad judía de allá y poder compartir con ellos. El viaje me terminó de unir a mis compañeras y entrenadoras, de quienes me siento muy orgullosa por toda la ayuda y el amor que nos dieron”.
—Karina Aserraf: “En Chile conocí una Hebraica de otro país. Fue una experiencia inolvidable compartir con mucha gente igual a mí: judíos y latinos. Aunque fue muy fuerte, yo estaba acostumbrada por el entrenamiento previo que hice cuando fui a las Macabiadas en Israel. El entrenamiento coincidió con mi entrada al cuarto año del Bachillerato Internacional, lo que complicó un poco los horarios; pero cuando a uno le gusta algo siempre encuentra el tiempo para realizarlo, por eso todos los días practico gimnasia. En competencias de este tipo, los nervios quedan aplacados porque la adrenalina está a millón. Por ejemplo, tuve una caída fuerte en una viga, y debí pararme y seguir a pesar de todos los dolores que tenía; pero eso es parte de dejar en alto el nombre de Venezuela”.
Redacción NMI