Miguel Truzman Tamsot
Los latinoamericanos tenemos una especial predilección por la ciudad de Miami, quizás porque de alguna forma recoge las condiciones de nuestro país: el idioma, el clima, la comida; la gran multiculturalidad e integración latina que se vive en la ciudad es asombrosa.
A raíz de la pandemia se ha incrementado su importancia por su situación geográfica, lo que ha provocado un aumento considerable en los precios de los inmuebles, derivado de la migración de residentes de otros estados hacia la ciudad del sol, lo que también ha impactado positivamente en las finanzas, comercio, entretenimiento y arte.
Inclusive gran parte de la migración de la comunidad judía venezolana se radicó en Miami, por las condiciones que ya hemos mencionado, adicionalmente a la gran cantidad de sinagogas, colegios y productos kosher que se consiguen en variedades importantes.
Por otro lado, los venezolanos tenemos el recuerdo fresco de aquel “ta’barato dame dos” en aquella década de 1970-80, cuando nuestro signo monetario era robusto y tenía gran capacidad de compra. Carlos Andrés Pérez le había ganado las elecciones presidenciales a Lorenzo Fernández en 1973, año de la Guerra del Yom Kipur, en la cual Israel fue atacada una vez más por un grupo de naciones árabes; pero esta vez fueron más allá, intentando destruir la nación judía en su día más sagrado. Por supuesto, volvieron a ser derrotados, y eso provocó que la OPEP iniciara un embargo petrolero a los países aliados de Israel, lo que trajo como consecuencia un incremento exponencial del precio del petróleo, que inundó las arcas del tesoro venezolano creando una imagen de riqueza para todos, que al no ser administrada, invertida y ahorrada en la forma correcta, se convirtió en un boomerang de necesidades para el pueblo al cabo de unos años.
Bueno, me desvié del tema, cosas que pasan, pero como les comenté en el titulo, el estado de la Florida es mucho más que Miami; incluso la ciudad de Orlando, que alberga gran cantidad de parques temáticos, siempre ha sido una segunda opción de visita para los latinoamericanos, sobre todo para los chamos o parejas con hijos pequeños, que quieren disfrutar de la magia del Magic Kingdom, Epcot, Universal Studios, entre otros.
Cuando uno toma el carro y empieza a recorrer el estado, se encuentra con maravillas como la ciudad de San Agustín, destino obligado para los interesados en la historia. Se dice que es la ciudad más antigua de los Estados Unidos, de una majestuosa arquitectura colonial española con su Castillo de San Marcos, fortaleza hispana del siglo XVII.
En uno de mis viajes antes de llegar a San Agustín pasamos por Daytona, y conocimos la famosa pista donde se corren las 500 millas y la serie Nascar, así como sus extraordinarias playas; en el recorrido pasamos por Cabo Cañaveral, para conocer las instalaciones del Centro de Actividades Espaciales, que funciona allí desde el año 1950.
En nuestro último recorrido por Florida, esta vez nos dirigimos a San Petersburgo, pero no aquella importantísima ciudad rusa, adonde hace varios años llegamos en un crucero desde Londres; esta es una ciudad que queda en la costa del Golfo de Florida y forma parte de Tampa Bay, nos llevó (a Chera, quien piloteaba) unas 4 horas en llegar, con un torrencial aguacero que fue amainando apenas llegamos a la ciudad.
La atracción más importante, y por la cual decidimos conocerla, es el Museo Salvador Dalí, que tiene una de las colecciones de obras y pinturas de ese autor más grande del mundo fuera de España, su país natal. El museo es impresionante, altamente recomendado; las obras transitan la metamorfosis del artista a través de toda su vida, 96 óleos, más de 100 acuarelas, dibujos, fotografías, esculturas y otros objetos artísticos y, como si fuera poco, contiene siete de sus dieciocho obras maestras. Dénse un salto los que residen o están de paso por Florida.
Después de conocer la ciudad y correr alrededor de su muelle, rodeado de unos jardines fantásticos, fuimos a la ciudad de Sarasota para conocer la famosa playa Siesta Beach, que es inmensa, con una arena blanquecina y súper fina, para hacer otro toque en la ciudad de Naples, que es exuberante, elegante y refinada. Su muelle Naples Pier, construido en 1888, es el emblema de la ciudad.
No hay nada mejor que conocer nuevos lugares, gente, cultura, gastronomía. La vida hay que vivirla, porque se nos va entre los dedos como la arena de Siesta Beach.