En el verano de 2012, el experto israelí en preparación para terremotos Ephraim Laor reclutó a su compatriota y especialista en construcción ecológica Víctor Haym Hajaj, para crear viviendas para un millón de refugiados de la guerra civil en el Congo.
Hajaj tiene una experiencia única en la construcción de casas rápidas, asequibles y a prueba de terremotos, conocidas como “cúpulas monolíticas”. Así, no tuvo ningún problema para construir las viviendas, pero se topó con un desafío: la falta de infraestructura de apoyo para proporcionar agua, alimentos y energía a sus habitantes.
Después de buscar infructuosamente una compañía que pudiera brindar tales soluciones para áreas rurales alejadas, decidió crearlas él mismo. “Nuestra empresa surgió de la convicción de que todas las personas deberían tener sus necesidades básicas satisfechas”, explica Jonathan Haran, socio de Hajaj en la empresa The Sustainable Group, fundada en 2017.
El proyecto insignia de la empresa emergente es Village in a Box (“pueblo en una caja”), un sistema de infraestructura residencial basado en energía renovable, creado para ofrecer viviendas asequibles y amigables con el medio ambiente, y soluciones limpias y sostenibles para el tratamiento del agua, alimentos, energía y residuos para ciudadanos con pocos recursos.
“Me enamoré de la idea, porque representa una gran esperanza para la humanidad”, señala Haran, anteriormente jefe en Israel de Ingenieros sin Fronteras, ONG que diseña proyectos para mejorar la vida de los ciudadanos en países en desarrollo.
Los fundadores reunieron a un equipo de expertos israelíes en infraestructura, ingeniería y programación, para crear un sistema sinérgico que combine enfoques ecológicos con soluciones de alta tecnología. Actualmente desarrollan una prueba del concepto Village in a Box en la ciudad de Mitzpé Ramón, al sur de Israel. Allí se crearán 200 casas modulares e infraestructura para sostenerlas, incluidas las áreas comunales, industria y agricultura. Además de ser la primera comunidad del mundo totalmente autosuficiente, también generará turismo y nuevos empleos.
Village in a Box fue elegida como uno de los veinte proyectos finalistas, de entre 6000 nominaciones de seis continentes, en una competencia organizada recientemente por Chivas Regal Ventures para empresas de emprendimiento social de todo el mundo.
Para lograr que prospere el proyecto, se alentará a todo residente adulto de la aldea, que se llamará Qayma, a colaborar con ocho horas mensuales en trabajos de agricultura, mantenimiento u otras tareas para la comunidad. Aparte de eso, podrán seguir ejerciendo sus trabajos dentro o fuera de la aldea.
Cada hogar recibirá una canasta semanal de verduras y frutas orgánicas cultivadas en un gran invernadero cerrado y de gran calidad. Por supuesto, los residentes tendrán la libertad de comprar o cultivar lo que quieran. Cada casa tendrá un jardín de 250 metros cuadrados.
Qayma reciclará toda el agua utilizada (las de las duchas y lavaplatos irán a los inodoros), y el sistema completo de tratamiento de desechos creará agua limpia para el riego, biogás para cocinar y calentar, y fertilizante para los cultivos. Los creadores también esperan desarrollar un sistema para la recolección de agua de lluvia.
La aldea estará alimentada con energía eólica y solar. Un sistema de administración computarizado controlará toda la tecnología en Qayma: será capaz de responder a las condiciones climáticas en tiempo real, y a las necesidades de los usuarios, utilizando inteligencia artificial.
Las cúpulas monolíticas que comprenden las casas Village in a Box, cada una de 120 metros cuadrados, se construyen con un globo inflable que se rocía con una capa delgada de cemento. “Cuando se seca, queda una forma arqueada a prueba de terremotos”, explica Haran. “La idea es crear una infraestructura completa y un sistema de construcción como una solución lista para usar, que se pueda enviar en un contenedor con todos los recursos necesarios». También podría ser utilizada para el alivio de desastres naturales.
“Algunas organizaciones, como Natan International Humanitarian Aid, están muy interesadas en lo que hacemos”, agrega.
The Sustainable Group planea construir una planta y zona de pruebas en la región de la Aravá en el Néguev. Allí, su prioridad será diseñar nuevos materiales y métodos de construcción ecológicos. Se invitará a empresas israelíes de tecnología limpia a utilizar el sitio como un centro para probar soluciones innovadoras.
Hasta el momento, esta pequeña empresa de 11 personas ha subsistido con las ganancias obtenidas en varios proyectos de construcción verde. “Queremos despertar la imaginación de la gente sobre las soluciones que pueden implementar para crear un gran impacto en sus vidas y en el planeta”, explican.
Fuente: Israel21c. Versión NMI.