La compañía de tecnología israelí Cellebrite dejará de vender sus servicios a clientes en Hong Kong y China, anunció la compañía el 7 de octubre.
La decisión se produce a consecuencia de las nuevas regulaciones estadounidenses que restringen la exportación de tecnología al régimen de Beijing para presuntos usos civiles, pero que luego es utilizada por sus fuerzas armadas y con fines de vigilancia.
El director ejecutivo de Cellebrite, Yossi Carmil, dijo que la compañía «permite a las agencias y empresas encargadas de hacer cumplir la ley que las comunidades sean más seguras, al proporcionar soluciones que ayudan a adquirir legalmente evidencia digital en investigaciones criminales y procedimientos civiles».
Pero los activistas a favor de la democracia de Hong Kong dijeron que las fuerzas policiales de esa ciudad utilizaron Cellebrite para piratear sus teléfonos, y un documento de la policía de Hong Kong lo demostró.
Las autoridades de Hong Kong utilizaron ampliamente la cibervigilancia para aplastar a los disidentes
(Foto: Getty Images)
Joshua Wong, destacado activista cuyo teléfono fue hackeado, se unió a la solicitud del abogado israelí de derechos humanos Eitay Mack en julio pasado, para que los ministerios de Defensa y Economía de Israel impidieran a Cellebrite exportar a Hong Kong. Después de la aprobación de la «Ley de Seguridad Nacional» del 30 de junio, en la que Beijing esencialmente sometió a Hong Kong al control del Partido Comunista de China y prohibió toda actividad política, los activistas argumentaron que el sistema de Cellebrite es un producto de doble uso contra los residentes de la ciudad.
Esa solicitud fue firmada por 37 activistas de derechos humanos israelíes, quienes dijeron que el sistema Cellebrite se utilizó para intervenir los teléfonos de 4.000 ciudadanos de Hong Kong. Otra petición en línea que solicitaba a la empresa dejar de trabajar con la policía de Hong Kong reunió más de 36.000 firmas.
Eitay Mack declaró este jueves que está muy feliz de saber que Cellebrite dejará de vender sus productos a China y Hong Kong. La fecha establecida para su petición al tribunal de bloquear las ventas a China y Hong Kong era marzo de 2021. «Más vale tarde que nunca», dijo. «Es bueno que Cellebrite haya elegido lo moral y legalmente correcto, sin la intervención del tribunal».
El abogado señaló que la ley estadounidense requiere que Cellebrite no solo deje de vender a China y Hong Kong, sino que también apague los dispositivos existentes.
Una carta del director ejecutivo de Cellebrite, Yossi Carmi, publicada en el sitio web de la compañía la semana pasada, dice que «la tecnología digital juega un importante papel en la creación de comunidades más seguras [y] permite a las fuerzas del orden sacar a los criminales violentos de las calles». La principal prioridad de la compañía, dijo, es trabajar con «agencias responsables de la seguridad del público», y el 97% de los casos penales de hoy involucran evidencia en al menos un teléfono inteligente. Al mismo tiempo, agregó, «defendemos la protección de los derechos humanos y la privacidad».
Por otra parte, Mack y un grupo de activistas presentaron una petición al Tribunal de Distrito de Tel Aviv el mes pasado para impedir que Cellebrite venda su producto a Rusia, que dicen que lo está utilizando para la persecución política. También ha solicitado a los tribunales que detengan las ventas de la empresa a Venezuela y Bielorrusia.
Cellebrite vendió tecnología al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos y al Ministerio de Justicia de Arabia Saudita, según señalan los medios.
Fuente: The Jerusalem Post.
Traducción NMI.