El 7 de octubre de 2023 se produjo la masacre perpetrada por el grupo terrorista palestino Hamás en el sur de Israel. Dicho ataque tuvo proporciones demenciales, al punto de dejar la percepción de un día de Holocausto. De esa manera, las hordas de Hamás sometieron a cientos de personas en un festival de música, y a numerosas familias a las que violaron, torturaron, mutilaron, quemaron y degollaron, y además secuestraron a unos 250, el más joven, un bebé de 8 meses, quien hace pocos días, estando en cautiverio, cumplió su primer año.
Frente a la dimensión y el horror de estos hechos que califican como crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, hemos visto cantidades de declaraciones distorsionadas, descontextualizadas, contradictorias e irreales que, pese a obedecer a una narrativa interesada, son expresiones que más bien hablan mal de quienes las profieren, y en muchos casos se trata de un apoyo político automático de la extrema izquierda que, en vez de beneficiar a los palestinos, resulta en una absurda apología al terrorismo y en claro antisemitismo.
De hecho, desde ese nefasto sábado 7 de octubre hasta el presente, enfrentamos en todo el mundo un estallido brutal de odio antisemita, especialmente proveniente de la extrema izquierda; aquí mencionaremos algunos ejemplos que muestran lo ilógico, inútil e injusto de tales actitudes y enunciados.
Tras dejar en llamas varios poblados israelíes y más de 1200 muertos, terroristas de Hamás se dirigen de regreso a la Franja de Gaza el pasado 7 de octubre
(Foto: AP)
Durante uno de los debates previos al proceso electoral en Argentina, apenas a un par de días de la masacre de octubre, hubo una propuesta para hacer un minuto de silencio por las víctimas israelíes, pero la candidata a presidenta por el Frente de Izquierda, Myriam Bregman, rechazó el gesto, y durante su discurso hizo una pirueta verbal para acusar a Israel por ese ataque. Del mismo partido, la candidata a jefa de gobierno de la ciudad autónoma de Buenos Aires, Vanina Biasi, se mostró con un pin de la bandera palestina, criticó “la propaganda sionista” y siguió con un discurso violentamente antisemita. En esos días, partidos de la izquierda argentina convocaron a “una marcha en apoyo a Palestina”, en la cual los manifestantes portaron banderas y afiches de excelente factura, al punto de preguntarnos quién los financió.
El presidente chileno Gabriel Boric ha puesto en igualdad de condiciones a un país democrático, donde impera el estado de derecho como lo es Israel, frente al terrorista Hamás. Además, personajillos como Daniel Jadue, alcalde de Recoleta y miembro del Partido Comunista, viene dando declaraciones agraviantes en las que es evidente que para él no hay diferencia entre antisionismo y antisemitismo, como lo vemos en un comentario con el que escandalizó a los miembros de su partido: “para mí es una contradicción ser de izquierda y asumirse judío, porque ser judío parte de una concepción que tiene que ver con la concepción supremacista”. También en Chile, la sinagoga más antigua fue vandalizada con grafitis de lemas característicos, firmados por un grupo radical, Movimiento Juvenil Lautaro (MJL).
Otro presidente de la ultraizquierda latinoamericana, Gustavo Petro, exguerrillero del M-19, también ha expuesto su antisemitismo al criticar las acciones defensivas de Israel. Mediante Twitter, ha acusado a Israel de falsas acciones, como el supuesto bombardeo a un hospital de Gaza, pese a la demostración de que fue un misil fallido de la Yijad Islámica disparado contra Israel; también acusó a las FDI de usar fósforo blanco, a pesar de que oficial y públicamente se le explicó que Israel no cuenta con ese material.
Los presidentes de Chile, Colombia y Brasil, electos de forma democrática, tergiversan la realidad y tienen la desfachatez de apoyar al grupo terrorista palestino Hamás, yijadista y genocida por propia confesión
Por su parte, a tan solo unos 10 días del gigantesco ataque terrorista de Hamás, el presidente brasileño Lula Da Silva, del Partido de los Trabajadores, expresó una chocante opinión: “No es porque Hamás cometió un acto terrorista contra Israel que Israel tiene que matar a millones de inocentes”. Su compañero de partido, José Genoíno, pidió boicotear las empresas y negocios de judíos, tal como en su momento hicieron los nazis.
Los presidentes de Chile, Colombia y Brasil, electos de forma democrática, tergiversan la realidad y tienen la desfachatez de apoyar al grupo terrorista palestino Hamás, yijadista y genocida por propia confesión, sin tomar en cuenta que no solo ha aniquilado a israelíes, sino también a los mismos palestinos. No en vano, es obvio que estos tres personajes han traído tragedias a sus países.