Eric Benatar:
Una anécdota mía de Janucá es que cuando era pequeño mi mamá organizaba unas mesas de manualidades relacionadas con Janucá, y todos los años hasta que mis primos y mis hermanas se fueron a la universidad las hacíamos todos juntos. Mi mamá también ponía una piñata con juguetes y chuches para que mis primos y yo la rompiéramos.
Elinoi Coriat:
En unas vacaciones con mi familia en Aruba estábamos prendiendo la Januquiyá. Estábamos en un hotel. Era el día 5 y prendimos las velitas, pero se subió la llama demasiado. Todos nos asustamos muchísimo. Mi papá sacó la januquiyá al balcón y mis hermanos y yo salimos al pasillo. Empezó a sonar la alarma y vinieron los de la secretaría y terminaron de apagar el fuego. Todos estábamos muy asustados, luego mis hermanos y yo entramos en la habitación, nos calmamos un ratito y después nos fuimos a dormir. Al día siguiente cuando prendimos la januquiyá tuvimos más precaución y no pasó nada.
Galiana Ravachi:
Janucá, ¿cómo describir Janucá? Una de las más bonitas y mi fiesta favorita del año. 13 años llevo celebrándola, y cada vez con una sonrisa en la cara junto a toda mi familia. Siempre me ha encantado festejar junto a mis seres queridos y celebrar festividades de mi religión. No siempre he tenido una gran fiesta, solo sentarme con mi familia a cenar y prender las velas cada día era suficiente para mí.
Cuando yo tenía diez años mi familia decidió mudarse de país, y después de tantas vueltas y discusiones, nos fuimos a vivir a Colombia. Al llegar allí, como todos los niños, tenía miedo y estaba muy nerviosa por conocer nueva gente, un nuevo colegio y una nueva ciudad. Fue difícil el cambio porque estaba muy acostumbrada a mi vida en mi país. Y llegó Janucá, mi familia y yo estábamos juntos y luchando por este nuevo estilo de vida, por este nuevo reto. Janucá ese año fue especial, de alguna manera, podría decir que mágico. Toda mi familia se unió más, después de tanta tristeza, yo adaptándome al colegio, y mis papás luchando para que mi hermana y yo seamos felices. Esa Janucá en verdad me mostró la verdadera razón de ser feliz, reunirse con la familia y aprovechar el tiempo juntos. Janucá nos enseña el milagro de la vida, y reaviva la chispa de luz que está escondida en el alma de cada uno de nosotros, y esa Janucá revivió la luz en mis ojos, y me hizo ver lo feliz que estaba con mi familia y lo que me estaba perdiendo de aquella. Ese fue mi mejor recuerdo de Janucá.
Nethanel Mishali:
Recuerdo una experiencia muy especial que tuve en Janucá hace dos años, cuando mi papá inventó una canción linda y graciosa de Janucá, el sevivón la cantábamos todos los días y era lo mejor. La llamó “sevihan” y fue una experiencia muy especial para mi familia y para mí.
Jessica Melamed:
El año pasado estaba con mi familia en Margarita y era Janucá, pero a nosotros se nos había olvidado traer una Januquiyá, entonces a mi papá se le ocurrió la idea de poner unos vasos de vidrio que estaban en la habitación al revés y colocar las velas ahí, y para el shamash puso un vaso con una chapita para que fuera más alto, y así pudimos hacer una “Januquiyá” y cumplir con el encendido de las velitas.
Naomi Sarli:
Una anécdota fue que cuando tenía 3 años, estábamos prendiendo las velas de Janucá y yo pensé que era el cumpleaños de alguien, pregunté de quien era el cumpleaños y empecé a cantar “cumpleaños feliz”.
Aaron y Susana Chocrón:
Cuando nosotros estábamos en Preescolar, un día en una actividad hicimos una januquiyá muy bonita de arcilla y otros materiales. Esa Januquiyá siempre la llevamos de viaje en todos los diciembres. Esa Januquiyá ha recorrido Miami y Orlando en Estados Unidos, Aruba, España, Panamá, entre muchos otros países. Siempre nos acompaña y la encendemos cuando viajamos.
Daniel Benaim:
Para mi Janucá es la fiesta más especial de todo el año, es época de recuerdos con mi familia, mis padres (especialmente con mi papá que hice la primera januquiyá), época de luces, regalos y sufganiot…
El encendido de la primera noche me emociona, y días previos también, asegurarnos que no falte nada y podamos cumplir la mitzvá a cabalidad. Si nos vamos de viaje, nos quedamos en casa o vamos a casa de los abuelos, esa Januquiyá siempre viene con nosotros, y tiene historia: ha viajado a Nueva York y a Miami también, y todos saben que la hice con mi papá. Encenderla es hacer que todos esos recuerdos vengan a mí, una y otra vez, durante todos los días que cumplimos con la mitzvá del encendido de las velas.
Sarah y Sofía Mishkin:
Muchas veces nos ha tocado celebrar Janucá fuera del país, en esas ocasiones siempre nos da mucha risa ver a nuestros padres sacando la januquiyá y las velitas, corriendo por el hotel buscando un encendedor o unos fósforos para poder prenderla y decir las berajot, y poder celebrar en familia, aunque no estemos en la casa.
Arie Cohen Darwich:
En el evento de los 40 años del rabino Cohen, cuando vino el Rab Shlomó Amar de Israel, yo me iba a quedar en casa de David Farache (un amigo mío). Nosotros quedamos en que cuando terminara Shabat me iba a ir de una a su casa, pero a él y a toda su familia los invitaron a la casa de Rab Shlomó Amar a prender la primera vela de Janucá. Cuando terminó el rezo en la sinagoga me encontré con David para ir a su casa, y cuando estábamos en el carro veo que se desvían y no entendía a dónde íbamos. Cuando llegamos a casa de Rab Shlomó Amar yo me sorprendí mucho, pero no solo de estar en su casa, de lo que más me sorprendí fue de la gran januquiyá que tenían. Pasaron 5 minutos y veo que están empezando a prender la vela, pero algo que también me sorprendió mucho fue el tiempo que duró y la kavaná que le puso Rab Shlomó Amar en decir las Berajot antes de prender la vela.
Nathaly Broner:
La fiesta de Janucá es muy importante para mí, porque como mi familia materna vive fuera del país, siempre da la casualidad de que vamos a visitarlos el primer día de Janucá, y para nosotras es como una tradición en la cual nuestros tíos nos compran cosas temáticas de la fiesta como pulseras, medias, suéters, lazos (como un tipo de cotillón). De hecho, una anécdota es que podemos hacer como un disfraz (de la cabeza a los pies) de todo lo que nos han dado a mi hermana y a mí en los últimos años. Esto es muy importante para nosotras, porque son recuerdos muy bonitos donde la pasamos muy bien con nuestra familia, ya que la festividad de Janucá me recuerda el tiempo en familia.
David Benhamou:Mi anécdota de Janucá es del año 2016. Fue un diciembre en que fuimos a Aruba y ya se acercaba la noche y el primer día para prender las velas de Janucá, pero no encontrábamos la Januquiyá aunque buscamos por todos lados, hasta debajo de la cama, y pensamos que nos la habían quitado en el aeropuerto. Seguimos buscando hasta que justo un minuto antes de prender las velas yo encontré la januquiyá en la parte derecha de la maleta. Y la reflexiónque me deja esta experiencia es que siempre hay que creer en Hashem.
Véase también: