Reflexiones de una adolescente israelí
A medida que continúa la guerra de relaciones públicas entre los proisraelíes y los propalestinos, me doy cuenta de que la izquierda radical ha abandonado sus valores para apoyar el antisemitismo propalestino
Dana Ries*
Cuando piensas en un antisemita, ¿en quién piensas? ¿Un extremista nazi de derecha? Bueno, eso es lo que yo, una judía israelí, solía pensar. Generalmente son los políticos de extrema derecha los que odian a las minorías como nosotros, y la izquierda progresista es la que tiende a protegerlas. Así que ahora, cuando las grandes protestas propalestinas contra los judíos se llevan a cabo en el lado izquierdo del espectro político, me pregunto: ¿cuál es mi lugar dentro de este movimiento político que me odia tanto?
Manifestantes propalestinos en la entrada de una estación de tren que lleva al aeropuerto Kennedy de Nueva York
(Foto: Reuters)
A medida que continúa la batalla mediática de relaciones públicas entre los proisraelíes y los propalestinos, pienso en la forma en que los movimientos de izquierda, especialmente la izquierda radical, ha abandonado sus valores y su brújula moral en favor de los antisemitas propalestinos. Pidiendo el asesinato de israelíes, y por extensión de judíos en todo el mundo, solo para ayudar a los “palestinos pobres, débiles y oprimidos” sin tener en cuenta al pueblo israelí, pidiendo que sea asesinado mediante los ataques terroristas que justifican. Esto hace que muchos israelíes y yo nos cuestionemos y cuánto podemos alinearnos con este movimiento.
Este conflicto interno que yo y muchos otros vivimos ahora se complica más con la respuesta de la extrema derecha política israelí. Algunos incluso nos han llamado traidores, y han culpado a la izquierda política de “participar en la propia demolición de Israel”, diciendo que queríamos esta guerra y la pedíamos. Esto hace que el dilema político sea más difícil, ya que estoy exactamente tan devastada por esta guerra como cualquier otro israelí (de derecha o no), y también soy igual de proisraelí. A todos nos afectó la masacre del 7 de octubre. Independientemente de la etnia, religión u opinión política, todos corremos a los refugios durante las innumerables alarmas por cohetes, todos conocemos a personas que sirven en las FDI, y todos tememos por nuestros rehenes que aún se encuentran en Gaza. Pero mis opiniones políticas progresistas y de izquierda todavía me llevan a alinearme con los izquierdistas globales, excepto por el hecho de que me quieren muerta y que mi país desaparezca.
Independientemente de la etnia, religión u opinión política, todos corremos a los refugios durante las innumerables alarmas por cohetes, todos conocemos a personas que sirven en las FDI, y todos tememos por nuestros rehenes que aún se encuentran en Gaza. Pero mis opiniones políticas progresistas y de izquierda todavía me llevan a alinearme con los izquierdistas globales, excepto por el hecho de que me quieren muerta y que mi país desaparezca
Como resultado de todas esas presiones y conflictos, el movimiento de izquierda israelí y todos los que participaron en él están siendo atacados desde todos los frentes: el resto del espectro político israelí nos culpa por la guerra, y la izquierda global nos denuncia, lo que nos deja alienados, sin aliados y en conflicto, con una decisión difícil que tomar.
¿Renuncio a mis opiniones políticas y lo que creo que es correcto para mi país y mi comunidad? ¿O sacrifico mi identidad judía israelí y todo lo que aprecio para que mis valores y puntos de vista se escuchen con claridad? Creo que solo el tiempo lo dirá.
*Dana Ries es una estudiante de 15 años de Ganéi Tikvá, Israel, que participa en el Centro Israelí para el Liderazgo Joven (ICYL).
Fuente: The Jerusalem Post.
Traducción Sami Rozenbaum / Nuevo Mundo Israelita.