Haim Bentolila Cohen (presidente entre 2011 y 2013)
Mis más sinceras felicitaciones a nuestra querida AIV por cumplir sus 90 años. Sin lugar a dudas, una de las más bonitas comunidades de la diáspora.
Tengo que agradecer y felicitar en primer lugar a los fundadores, que tuvieron esa visión extraordinaria. Para mí ha sido y será por siempre un honor el haber podido trabajar en la comunidad por treinta años, y tengo que felicitar a todos los ex presidentes y sus juntas, así como al presidente y su junta actual, que con trabajo y sacrificio han puesto todos su granito de arena para ver hoy, lo maravillosa que es nuestra AIV.
Mis felicitaciones y agradecimiento también a todos los empleados que hoy siguen trabajando en Dirección, Administración, Finanzas, Mantenimiento, y a todos los que han pasado por ahí y hoy no están.
Tengo que felicitar también a todo el Departamento Religioso y a todos los rabinos que hoy siguen en sus labores, así como a todos los rabinos que trabajaron a lo largo de todos estos años.
Deseo de todo corazón que la AIV cumpla muchísimos años más, y que siempre estemos en fiestas y alegrías.
David Bittan Obadía (presidente entre 2013 y 2015)
En ocasión de los primeros 90 años de nuestra querida institución, la Asociación Israelita de Venezuela, que sabemos serán muchos más, no puedo dejar pasar la oportunidad para expresar mis sentimientos por la íntima relación que me une por décadas a ella.
Hoy vienen a mi mente cientos de recuerdos y de historias que me acercan a las distintas etapas y de la AIV. Desde niño, mi abuelo David Bittan Bentolila (Z’L) me hacía acompañarlo a sus oficinas para ayudar en sus labores como Shej de la Hebrá, allí tuve la oportunidad de empezar a conversar y a conocer a Don Gonzalo Benaim Pinto (Z’L), a Don Abraham Sultán (Z’L) y a tantos trabajadores y miembros de las juntas directivas que dieron mucho por nuestra querida AIV. Al Dr. Abraham Levy lo recuerdo siempre como un joven inteligente, elegante y muy respetado, lo mismo que al Dr. Aquiba Benarroch (Z’L), y después de un tiempo me hice compañero de ellos, guardando las distancias, y con los distintos presidentes que manejaron de manera acertada los destinos de esta institución.
Mi experiencia en los cargos que ocupé en las juntas directivas de la AIV, las largas reuniones hasta medianoche en las oficinas de Maripérez en las que se tocaba tanta diversidad de temas (todos de importancia), y las tantas experiencias, no todas agradables, terminaron de marcarme como voluntario comunitario y generaron lazos indisolubles con la más antigua y —con diferencia— la más prestigiosa institución de la comunidad judía de Venezuela.
Con orgullo puedo decir que fuimos un pequeño grupo los que en su momento nos atrevimos a dar un cambio de timón generacional, toda una conspiración en el buen sentido, historia que algún día deberá de ser escrita para dar méritos a quienes lo merecen, y cuyos objetivos se lograron gracias a una magistral estrategia acordada con nuestro querido Moisés Bencid, “El caballero”; obviamente este movimiento fue respaldado por muchos de los dirigentes de la época.
Logramos poner el rumbo de la AIV en manos de una generación de profesionales muy bien formados, con una visión renovada, renovada respetando y reconociendo las sólidas bases de nuestros antecesores, todos ellos visionarios que fueron siempre el fundamento de nuestro norte.
La AIV jamás habría podido llegar de manera exitosa a este aniversario sin haber contado con un personal profesional y de voluntarios, que son los verdaderos artífices de los logros que hemos conseguido.
La AIV es hoy, indiscutiblemente, una de las instituciones judías más reconocidas a nivel mundial en su área. La excelencia ha caracterizado su labor, el servicio al prójimo y la atención individual en todos los aspectos de cada uno de sus miembros la convierten en un ejemplo y modelo a seguir.
No es posible y sería injusto en pocas líneas individualizar reconocimientos a miembros de las distintas juntas directivas, presidentes y tantos integrantes del equipo obrero, profesionales y trabajadores que han pasado por la AIV. Sin embargo, no puedo dejar de expresar lo importante que ha sido contar personas de la calidad de Doña Trudy Spira (Z’L) o nuestra profesora Diana Ponte, todo un lujo; gracias a ellas se pudo avanzar a pasos agigantados.
Nuestro rabinos han sido un factor primordial en la vigencia de nuestra AIV, a ellos nuestros deseos por una larga vida, para que con sus oraciones y sabiduría nos sigan orientando en el camino de nuestras leyes y tradiciones.
Un especial reconocimiento al rabino Isaac Cohen, un amigo personal con el que hemos atravesado tantos compromisos, y al que le ha tocado hacer labores en beneficio de la comunidad, teniendo en muchas ocasiones que abandonar a su propia familia por el compromiso que tiene a sus espaldas.
Estos tiempos no son fáciles, Venezuela atraviesa momentos complicados,” distintos”, y a esta junta directiva liderada por un buen amigo, un hombre correcto justo e inteligente, Edgar Benaim, le está tocando lidiar con los problemas universales más los internos, pero estoy convencido de que él y su equipo lograrán superar todas las vicisitudes.
Es el sentimiento de mi familia, de mis seres queridos y el mío propio el hacer llegar los parabienes en este momento tan importante, y nuestros sentimientos de afecto a todos en esta gran celebración, anhelando porque pronto lleguen tiempos mejores.
Enhorabuena, querida AIV.
Daniel Benhamou Edderai (presidente entre 2015 y 2018)
Hoy, que se cumplen 90 años de la existencia de esta prestigiosa institución que agrupa a todos los judíos de origen sefardí, es un honor tener la oportunidad de felicitar a la Asociación Israelita de Venezuela por su trayectoria, por su solidez, por la entrega para con sus miembros y por todo lo que ella a su vez representa.
Hoy, como ex presidente, puedo decir que me siento orgulloso de haber sido parte de esa historia por casi veinte años, y que me alegra mucho saber que aún en tiempos de incertidumbre y de aislamiento como los que se viven, los miembros de nuestra kehilá pueden seguir sintiendo pertenencia, seguridad, contando con la certeza que solo una comunidad como esta puede brindarles.
Muchos son los retos por venir, y reinventarnos es la clave para adecuarnos de forma eficiente y efectiva a la demanda de nuestros miembros y a la nueva realidad comunitaria.
¡Por muchos años más! ¡Mazal Tov!
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90 años de valiosa presencia en el corazón de la comunidad. Gracias a la extraordinaria gestión de sus directivos lograron adecuar la AIV a las exigencias y retos de las diferentes épocas y momentos.
¡FELICES 90 AÑOS!