Los manifestantes gritan “Muerte a todos los judíos” y “Queremos un solo Estado árabe”, mientras la administración ha mostrado incapacidad para evitar el caos y las agresiones
Cathryn J. Prince*
Tras más de una semana en que estudiantes antiisraelíes han ocupado el jardín oeste de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York, muchos estudiantes judíos han huido del campus, temiendo por su seguridad en medio de una creciente retórica antisemita, amenazas y creciente falta de confianza en la capacidad de la administración para protegerlos.
«La rectora de Columbia, Minouche Shafik, debería decir ‘ya es suficiente’. Francamente, es absurdo y ridículo que se haya permitido que esto continúe», dijo Michael Lippman, un joven estudiante de esa universidad, en declaración telefónica a The Times of. Israel desde su casa en Los Ángeles. Planea regresar al campus al final de la semana.
“Esto” a lo que se refiere Lippman es el campamento no autorizado de grupos propalestinos y antiisraelíes en el campus de la universidad. Fue erigido el 17 de abril, el mismo día en que Shafik viajaba al Capitolio en Washington para testificar ante el Congreso sobre el manejo por parte de la universidad del rampante antisemitismo que se manifiesta desde el 7 de octubre, cuando miles de terroristas liderados por Hamás masacraron a 1200 personas en el sur de Israel y secuestraron a 253 más hacia la Franja Gaza, lo que llevó al conflicto actual en la zona.
Mientras continúa la protesta en Columbia, los estudiantes judíos dicen sentirse disgustados y decepcionados. La mayoría teme por su seguridad, y todos están profundamente desilusionados por lo que califican como la inacción de la universidad con respecto a su seguridad física y las medidas para sofocar el abierto antisemitismo. “Tiene que pasar algo realmente grave para que se hagan algo. Los manifestantes obtuvieron lo que querían: el campus ahora es Judenrein (“libre de judíos” en la jerga nazi). Es territorio ocupado. Lo llaman ‘zona de des-ocupación’ o ‘zona liberada’, pero a los judíos no se les permite entrar”, dice el estudiante Noah Miller desde la casa de su familia en Houston.
En una acción sospechosamente bien coordinada entre muchas universidades estadounidenses, la de Columbia estableció el primer “campamento de solidaridad con Gaza” en el que la principal actividad es proferir lemas antisemitas
(Foto: AFP)
Miller, estudiante de primer año de posgrado en Arquitectura, no piensa regresar al campus hasta el próximo semestre, una decisión que tomó en parte porque no confía en que la administración proteja a los estudiantes judíos.
Si bien los alumnos antiisraelíes han realizado manifestaciones periódicas, muchas de ellas violando la política de conducta de la universidad, esta es, con diferencia, la más grande y sostenida. Durante los últimos días, videos tomados dentro del campamento muestran a estudiantes gritando “No se permiten sionistas aquí”, “Regresen a Polonia”, y otros pidiendo “Diez mil 7 de octubre”.
Desde el 7 de octubre han surgido protestas antiisraelíes y antisemitas en ciudades y universidades de todo Estados Unidos, incluso antes de la campaña militar de Israel en la Franja, pero se han intensificado a medida que esta se prolonga.
Quienes ocupan el jardín oeste de Columbia exigen que la institución rompa sus vínculos financieros y académicos con Israel, lo que incluye poner fin al programa de doble titulación con la Universidad de Tel Aviv. Si bien más de 100 personas fueron arrestadas el jueves pasado acusadas de presencia ilegal, los estudiantes suspendidos desafiaron las prohibiciones y permanecen en el campus.
La administración de la universidad ha mantenido conversaciones con los organizadores del campamento, a quienes Shafik dio un plazo extendido desde la medianoche del martes para llegar a un acuerdo sobre el desalojo del área. Según la universidad, los manifestantes se habían comprometido a desmantelar y retirar un número importante de tiendas de campaña.
Videos tomados dentro del campamento muestran a estudiantes gritando “No se permiten sionistas aquí”, “Regresen a Polonia”, y otros pidiendo “Diez mil 7 de octubre”
Hasta ahora eso no parece haber sucedido, según una estudiante llamada Sabrina que pasó un tiempo en las afueras del campamento y pide que se oculte su apellido para resguardar su seguridad. Según Sabrina, no ha habido cambios aparentes en la cantidad de tiendas de campaña, y los manifestantes imponen una serie de reglas que fomentan el odio. “Hay estudiantes que llevan chalecos amarillos con sus kefiyes, y si ven a alguien conversando con una persona fuera del campamento, lo apartan y le dicen: ‘No tienes permitido hablar con él’. Exclaman cosas como: ‘Maten a todos los judíos’ y ‘Queremos un estado árabe’”, narra.
«De lo que la gente no se da cuenta es que el campus se ha convertido en un foco de antisemitismo radical», agrega Sabrina. “Es como las Juventudes Hitlerianas. Dicen cosas como “Un sionista ha entrado en el campamento”. Nos ven como una entidad que puede ser erradicada. Ahora me siento mucho más asustada que tras el 7 de octubre”.
Por muy asustada que se sienta en el campus, Sabrina se niega a ocultar la placa de identificación con el lema «Tráelos a casa» que lleva alrededor del cuello en recuerdo de los rehenes, o su cadena con la Estrella de David.
Asimismo, Melissa Saidak, quien se graduará de la Escuela de Trabajo Social de Columbia, afirma que la semana pasada fue para ella la más difícil del semestre. Debido a las protestas, Saidak ya no puede bajarse en su estación de Metro habitual, que ha sido ocupada por manifestantes antiisraelíes. Pero ese es para ella solo un inconveniente. El verdadero desafío es la agresión verbal. “Me gritaron porque llevo un pin sobre los rehenes, y me llamaron sionista y asesina”, cuenta. “La gente no habla lo suficiente sobre el antisionismo que se está impulsando en el campamento, y cómo eso normaliza los prejuicios contra israelíes y judíos. ¿Obligar a los estudiantes judíos a denunciar el sionismo? No le hacemos eso a otros estudiantes. No esperamos que los estudiantes chinos denuncien a su gobierno al comienzo de cada conversación”, añade.
«De lo que la gente no se da cuenta es que el campus se ha convertido en un foco de antisemitismo radical. Es como las Juventudes Hitlerianas. Dicen cosas como “Un sionista ha entrado en el campamento”. Nos ven como una entidad que puede ser erradicada. Ahora me siento mucho más asustada que tras el 7 de octubre”
Sabrina, estudiante judía de la Universidad de Columbia
El tema ha atraído la atención internacional. El miércoles, equipos de noticias británicos, canadienses, franceses e israelíes competían por un espacio en la acera frente a la entrada principal de la universidad junto a Diane Perkins, de 54 años, que está de visita desde Tel Aviv. «Así como la gente de Estados Unidos vino a Israel para ver con sus propios ojos lo que pasó, yo estoy aquí para poder contárselo a mis amigos y familiares», dice Perkins, sosteniendo una pequeña fotografía de Emily Damari, de 27 años, a quien los terroristas de Hamás secuestraron en el kibutz Kfar Aza el 7 de octubre.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pidió este miércoles una condena inequívoca. “Las turbas antisemitas se han apoderado de las principales universidades estadounidenses”, expresó en una declaración en video. “Piden la aniquilación de Israel, atacan a los estudiantes judíos, agreden a profesores judíos. Esto recuerda lo que ocurrió en las universidades alemanas en los años treinta. Es inconcebible. Tiene que detenerse. Hay que condenarlo de manera inequívoca, pero eso no es lo que está pasando. No solo exclaman ‘Muerte a Israel’ y ‘Muerte a los judíos’, sino también ‘Muerte a Estados Unidos'».
Nada de esto disuadirá a Nick Baum, estudiante de primer año, de regresar al campus este viernes. “La historia de Pésaj trata sobre vagar por tierras extranjeras hasta llegar a donde debemos pertenecer como judíos”, comenta Baum. “En este momento, Columbia nos hace sentir que no somos bienvenidos. Cuando dicen “No queremos sionistas aquí”, eso significa que nosotros, los judíos sionistas, tenemos que regresar. Es una forma de resistencia”.
*Periodista.
Fuente: The Times of Israel.
Traducción Sami Rozenbaum / Nuevo Mundo Israelita.
Acoso: manifestantes distribuyen información personal de profesores judíos
Manifestantes propalestinos distribuyeron listas de profesores judíos e israelíes de la Universidad de Columbia de Nueva York con su información personal.
El profesor Itsik Pe’er, vicepresidente del Departamento de Ciencias de la Computación de Columbia, declaró que las manifestaciones antiisraelíes en la universidad han generado un ambiente hostil para los estudiantes y los profesores judíos e israelíes. Cuando se le preguntó si se sentía seguro como judío israelí en el campus, Pe’er dijo que no.
Entre los manifestantes antiisraelíes circuló un documento con los nombres y la información de contacto del personal judío e israelí, contó Pe’er. “Pero para mí es importante, a nivel personal, estar ahí para mis estudiantes que buscan el apoyo de los profesores”, expresó al programa de televisión Morning News.
“Las manifestaciones más violentas son a las puertas del campus”, afirmó, pero “esto no ayuda a los empleados de la universidad, que tienen que llegar a su trabajo a través de una estación del Metro que está sitiada”.
Pe’er señaló que si bien se supone que la entrada al campus está limitada a estudiantes y personal, los antiisraelíes están “logrando introducir gente de contrabando” para aumentar el número de manifestantes; es decir, que han fallado las medidas de seguridad implementadas para evitar que personas no autorizadas ingresen al campus.
Sin embargo, Pe’er expresa que muchos de sus colegas no están conscientes de los peligros de las protestas en curso. Algunos profesores de Columbia se opusieron a que se llamara a la policía para desmantelar un campamento de protesta instalado en los jardines. “Piensan que es una cuestión de libertad de expresión. No entienden que las protestas han ido aumentando en intensidad y violencia durante los últimos seis meses”.
Fuente: VisÁVis.