T odo parece indicar que Turquía e Israel no están muy lejos de la normalización de sus relaciones diplomáticas. De acuerdo con el ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, por ejemplo, los antiguos aliados están “a una o dos reuniones” de la normalización.
Sin embargo, si Ankara y Jerusalén finalmente se dan la mano después de seis años de guerra fría, será porque Turquía se siente cada vez más aislada internacionalmente, no porque sienta ninguna amistad genuina por la nación judía.
Con toda probabilidad, la “paz” entre Turquía e Israel se verá como la definición de la paz en el Diccionario del Diablo de Ambrose Bierce: “En los asuntos internacionales, un período de trampas entre dos períodos de lucha”.
El 29 de mayo, la ceremonia de una boda judía se llevó a cabo en una sinagoga histórica, en la provincia noroccidental de Edirne, por primera vez en 41 años. Unos meses antes, en diciembre, el año judío 5776 pasó a la historia, posiblemente, como la primera vez en que se llevó a cabo una ceremonia de encendido público de velas de Janucá en la Turquía musulmana en un evento patrocinado por el Estado. Todo esto parece agradable, pero puede ser engañoso.
Hay dos problemas principales que probablemente bloquean una normalización genuina. Uno de ellos es Hamás, y el otro es el aparentemente irreversible antisemitismo de la mayoría de los turcos.
En un artículo que publicó Jonathan Schanzer en el Weekly Standard, recordó al mundo que a pesar de que Saleh Arouri, un líder militar de Hamás, fue expulsado de su base segura en Estambul, “muchos otros altos funcionarios de Hamás permanecen allí. Y su expulsión desde Turquía parece estar en el centro de las demandas de Israel para finalizar las conversaciones para el acercamiento”.
Schanzer cree que diez figuras de Hamás están refugiadas en Turquía, y da los nombres de varios militantes de ese grupo terrorista, incluyendo a Mahmoud Attoun, quien fue encontrado culpable del secuestro y asesinato de un israelí de 29 años de edad. También gozan de refugio seguro en Turquía tres miembros de las brigadas Izzedine al-Qassam. Schanzer añade que “hay un puñado más que puede ser fácilmente identificado en la prensa árabe y turca, y casi todos ellos mantienen perfiles en Facebook y Twitter donde publican regularmente información actualizada sobre sus vidas en Turquía”.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha afirmado más de una vez que Hamás no es un grupo terrorista, sino un partido político legítimo. Ha participado en innumerables reuniones con altos funcionarios de Hamás como Jaled Mashaal, incluyendo el jefe de su oficina política. Además, Erdogan declaró una vez que el sionismo debe ser declarado “crimen contra la humanidad”.
El antisemitismo, como se ha mencionado, es el otro problema. Erdogan ha propagado deliberadamente sentimientos antisemitas a una sociedad ya xenófoba, hasta que decidió callar (relativamente) cuando se dio cuenta de que la guerra fría de Turquía con Israel no era sostenible. Esto no quiere decir que las opiniones suyas y de la sociedad turca con respecto a Israel y los judíos hayan cambiado. A principios de este año, por ejemplo, uno de los principales asesores de Erdogan apareció en los medios de comunicación favorables al gobierno calificando a los rivales políticos como “soldados de los judíos”.
La primera boda judía en la sinagoga de Edirne después de 41 años fue, sin duda, un acontecimiento feliz, tanto para la pareja judía turca como políticamente, pero no logró enmascarar el lado feo de la moneda. A diferencia de una boda normal turca (o, por ejemplo, una boda judía en EEUU), se tomaron medidas de seguridad inusualmente estrictas alrededor de la sinagoga, incluyendo el cierre de las carreteras que conducen a los accesos al templo, y revisión de seguridad a los invitados a la boda, quienes tuvieron que pasar por un detector de metales. ¿Cierre de carreteras y un detector de metales para una boda?
Hay más. Los turcos expresaron sus felices sentimientos en las redes sociales para “celebrar” la boda judía. “Uno de mis mayores sueños es matar a un judío”, escribió un usuario de Twitter. “[Hitler] no lo hizo en vano”, escribió otro. “Hitler era un gran hombre”, “¿Dónde estás Hitler?” y “Todos somos Hitler”.
Esta es la imagen detrás del escenario en un país en el que se casó felizmente esa pareja judía; el mismo país que supuestamente va a “normalizar” sus relaciones con Israel.
*Periodista turco, miembro del Middle East Forum.
Fuente: Aurora.
Versión NMI.