Mientras apenas estamos despertando de la pesadilla terrorista provocada por el ataque terrorista de Hamas, la izquierda vuelve a mostrar su faz más miserable y se niega a condenar el terrorismo
Ricardo Angoso*
Cuando todavía están recientes las heridas del brutal ataque de Hamás a Israel, escucho en las emisoras y leo en los medios progres las críticas por la “desproporcionada” respuesta de Israel, la justificación del asesinato de civiles israelíes inocentes por la “ocupación” de Palestina, y todo tipo de argumentos reprobatorios hacia el Estado hebreo y la justificada respuesta de los palestinos tras décadas de “resistencia”. Resistencia, puede ser, pero heroica no, sino atroz, sangrienta, cruel y cobarde.
Mientras llorábamos a nuestros muertos, buscábamos a los niños que ahora sabemos que están secuestrados y encerrados en jaulas por Hamás, veíamos las terribles imágenes de centenares de inocentes asesinados en sus casas y descubríamos horrorizados a una cuarentena de bebés decapitados por Hamás, la diputada saharaui del partido español Sumar, Tesh Sidi, trinaba: “Con los pueblos y su derecho a la libre determinación. Hoy y siempre con Palestina. Habrá mucha manipulación mediática, tuits de 24 h, pero muchas sabemos que las y los palestinos son asesinados día y noche y nadie condena eso”.
En Colombia, el presidente de la República, Gustavo Petro, se negaba a condenar la acción terrorista, pero iba aún más lejos de lo imaginable y comparaba a Gaza con Auschwitz y a los nazis con los judíos, provocando, con ello, el rechazo de la comunidad judía colombiana y la condena diplomática de Israel, los Estados Unidos y otros países. Al día de hoy, pese a que ya hay asesinados colombianos por Hamás y algún desaparecido, Petro se niega a condenar la acción terrorista y, con su silencio, toma claramente partido por este puñado de asesinos sin alma ni principios éticos y morales. Hamás, por su parte, ha incluido a Petro como uno de sus líderes de referencia mundial por su apoyo.
Mapa que muestra el área de Israel objeto de incursión por Hamás entre el 7 y el 8 de octubre
(Fuente: Wikipedia)
En la misma línea, en España sin ir más lejos, Podemos ha tomado partido claramente por el terrorismo y se negó a condenar las acciones de Hamás. Su ideólogo y fundador, Pablo Iglesias, calificó a esta organización como un partido político legítimo, democrático y que gobierna Gaza de una forma responsable, obviando las matanzas perpetradas por esta organización, la ejecución de homosexuales y la persecución de toda forma de disidencia.
En esa misma línea, la eurodiputada de Podemos, Sira Rego, dijo el mismo día del ataque, cuando aún la sangre estaba caliente: “Palestina tiene derecho a resistir tras décadas de ocupación, apartheid y exilio. Frente a quienes hoy defienden volver al castigo colectivo bombardeando la Franja de Gaza, es urgente defender el derecho internacional. La única solución es el fin de la ocupación”. Ni una sola palabra sobre los centenares de inocentes asesinados, sobre los niños decapitados, nada de nada.
De la misma forma, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, se ha negado a condenar el ataque de Hamás, y argumentando que “somos pacifistas” ha insistido en la manida fórmula de los “dos Estados” para resolver el conflicto, concitando el rechazo de la embajada de Israel en México y de las comunidades judías de ese país, que esperaban una mayor solidaridad del máximo mandatario ante el peor ataque terrorista en la historia del Estado hebreo.
No tienen alma, pedirles un mínimo sentido humanitario con las víctimas es pedir peras al olmo. Nuestra izquierda, la que habita entre nosotros, es antisemita. Tome nota, por favor, señor Shlomo Ben Ami, no sea un tonto útil al servicio de la infausta causa.
A este cúmulo de despropósitos de la izquierda, que revelan su faz más miserable y que darían para un ensayo, se le ha venido a unir paralelamente la campaña de feroz antisemitismo en casi todos los continentes, pero especialmente en Europa, donde abundan numerosas comunidades islámicas. Por ejemplo, en España un canal de televisión, La Sexta, que bajo el nauseabundo titular de “El bulo de los 40 bebés decapitados por Hamás en Kfar Aza”, ha silenciado que, si no todos ellos fueron, efectivamente, decapitados, es porque muchos de ellos fueron disparados o destripados. Y es que este medio de comunicación trata como fuentes informativas, en pie de igualdad, tanto las informaciones de los periodistas y de los soldados israelíes desplegados en la zona como el relato que, de su propia masacre, hace la organización terrorista que afirma que se ha limitado a “atacar al aparato militar y de seguridad israelí”, que es un “objetivo legítimo”.
Pero de la propagación del antisemitismo se pasa rápidamente a la acción, tal como hemos visto con la aparición de pintadas antisemitas y como ha ocurrido con las embajadas de Israel en varios países, entre ellos Colombia, y en algunas sinagogas, como la de Madrid. Las comunidades judías de España llevan años denunciando el aumento del antisemitismo en este país y la permisividad de las autoridades españolas ante determinados comportamientos; no es nada extraño, ya que entre los miembros de su gobierno hay connotados antisemitas, como la inefable Yolanda Díaz, ferviente admiradora del Che Guevara, Nicolás Maduro y los terroristas palestinos.
En España, Podemos ha tomado partido claramente por el terrorismo y se negó a condenar las acciones de Hamás. Su ideólogo y fundador, Pablo Iglesias, calificó a esta organización como un partido político legítimo, democrático y que gobierna Gaza de una forma responsable, obviando las matanzas perpetradas por esta organización, la ejecución de homosexuales y la persecución de toda forma de disidencia
En Alemania, un reportaje de la cadena pública NDR sobre las reacciones al brutal ataque terrorista de Hamás contra Israel ha provocado estupor. “Tras los atentados en Israel, ¿qué piensan los musulmanes de Hamburgo?”, se titula la breve pieza, en la que el reportero pregunta a vecinos de un barrio de la ciudad con una importante población árabe sobre lo ocurrido. Las respuestas fueron sorprendentes. “Me alegro de que hayan logrado eso”, dice sonriente una mujer musulmana ante la incredulidad del periodista. “¿Se alegra?”, repregunta. “Sí, sí, me alegro. Lo hemos celebrado en casa”, afirma. En el reportaje, también hablan musulmanes que responden al reportero que “hay que mirar a los dos lados”. “¿Cuánta gente ha muerto en Palestina en estos años?”, contesta otro. “Si haces algo mal, recibes mal a cambio”, dice un joven.
En lo que respecta a Francia, el periódico israelí Aurora informaba que “Desde el inicio de los ataques de Hamás en Israel el pasado sábado, se han registrado en Francia más de un centenar de actos antisemitas, lo que ha dado lugar a la detención de 24 personas, indicó el ministro del Interior, Gérald Darmanin”. La mayor parte son pintadas, pero también ha habido “actos más graves”, como insultos o personas que han sido arrestadas con armas blancas en la entrada de sinagogas o de escuelas judías o con drones, señaló Darmanin en una entrevista a la emisora France Inter. Francia es uno de los países donde el antisemitismo ha aumentado preocupantemente en los últimos años, lo que ha provocado al emigración de miles de judíos, concretamente algo más de 55.000 en diez años.
*Sociólogo, analista internacional y periodista español.
Fuente: Aurora.
Versión NMI.