La propaganda antiisraelí está llena de mitos y distorsiones que, a cuenta de su repetición, se han convertido en parte del discurso incluso de quienes apoyan al Estado judío. He aquí una serie de elementos que ayudan a comprender la realidad histórica
Sami Rozenbaum
La propaganda antiisraelí se caracteriza por la cleptohistoria: utiliza numerosos hechos y detalles de la historia judía para sus propios fines (como las llaves de sus casas que guardaron muchos sefardíes al verse obligados a huir de España, adoptadas hoy como símbolo para los refugiados palestinos). Este afiche con la frase Help Free Palestine (“Ayudemos a liberar Palestina”) fue empleado por la Organización Sionista de Estados Unidos en una campaña de recaudación de fondos para el futuro Estado judío (1946)
Lejos de ser “indígenas”, buena parte de la población árabe de lo que sería el Estado de Israel llegó a ese territorio en las décadas precedentes.
En efecto, debido a una importante inmigración, la población árabe del Mandato Británico se duplicó en poco más de dos décadas, al pasar de 570.000 en 1922 a 1.140.000 en 1944. Mientras, los británicos hicieron todo lo posible por limitar la inmigración judía para apaciguar a los árabes, sobre todo a partir del “Libro Blanco” de 1939, en vísperas de la Shoá, ley que condenó a muerte a muchos judíos europeos que buscaban desesperadamente hacia dónde huir mientras el mundo les cerraba sus puertas.
“Esta inmigración ilegal de árabes no solo tuvo lugar desde el Sinaí, sino también desde Transjordania y Siria, y es muy difícil afirmar que los árabes de Palestina están viviendo en la miseria, si al mismo tiempo no se puede impedir que sus compatriotas [sic] de los países vecinos sigan llegando a compartir esa miseria”.
Reporte de la Comisión Real para Palestina (“Comisión Peel”), Londres, 1937.
“Más que ser perseguidos, los árabes se han amontonado y multiplicado en el territorio, al punto que su población se incrementó más que lo que todos los judíos del mundo podrían lograr para aumentar la población judía”.
Winston Churchill, 1939
*******************
“Espero personalmente que los judíos no nos obliguen a hacer esta guerra, pues sería una guerra de exterminio y una masacre histórica de la que se hablará igual que de las matanzas de los tártaros o las de las Cruzadas.
“Creo que la cantidad de voluntarios de fuera de Palestina será mayor que la población árabe de Palestina, pues sé que esos voluntarios llegarán desde tan lejos como India, Afganistán y China, para ganarse el honor del martirio a favor de Palestina.
“El árabe es superior al judío, pues acepta la derrota con una sonrisa: si los judíos nos derrotaran en la primera batalla, los venceremos en la segunda, o en la tercera, o en la batalla final, mientras que la primera derrota destruirá la moral de los judíos”.
Abd al-Rahman Azzam Pasha, primer secretario general de la Liga Árabe.
*******************
Fragmentos del libro autobiográfico de Haled al-Azm, quien fue primer ministro de Siria entre 1948 y 1949:
“La llamada de los gobiernos árabes a los habitantes de Palestina para que la evacuaran y se fueran a los países vecinos, después de haber sembrado el terror entre ellos tras el incidente de Dir Yassin, fue un error. Esa huida colectiva ayudó a los judíos, cuya posición mejoró sin ningún esfuerzo de su parte. Imaginemos qué habría pasado si los habitantes [árabes] de Palestina, más de un millón en total, se hubiesen quedado: ¡qué quinta columna habrían constituido, y cuántos problemas habrían podido causar al gobierno de los judíos!
“Desde 1948 hemos estado exigiendo el retorno de los refugiados a sus casas, pero nosotros mismos los impulsamos a abandonarlas. Solo unos pocos meses trascurrieron desde nuestro llamado a que se marcharan hasta nuestra solicitud a las Naciones Unidas para que decidiera su regreso.
“¿Fue esa una política sabia? ¿Existe alguna coherencia en semejante plan? Hemos traído la destrucción a un millón [sic] de refugiados árabes al llamarlos a que dejaran sus tierras, sus hogares, sus trabajos y sus negocios, y hemos causado que estén desamparados y desempleados, aunque todos trabajaban y tenían una fuente de ingresos para mantenerse. Por añadidura, los hemos acostumbrado a mendigar y a sobrevivir con lo poco que la ONU les entrega”.
Memorias de Haled al-Azm, publicadas en Beirut en 1973.
Parte 1, páginas 386-387.
En abril de 1948, Fawzi al-Qawuqji (quien durante la Segunda Guerra Mundial había trabajado en Berlín en la propaganda antisemita nazi), era el comandante del “Ejército Árabe de Liberación”. Su ejército marchó desde Damasco, Siria, hacia Haifa; miles de árabes huyeron temiendo que la ciudad sería bombardeada, lo que en efecto sucedió.
Las fuerzas de al-Qawuqji planeaban “limpiar” Haifa (es decir, asesinar a todos los judíos). Unos 25.000 árabes de Haifa hicieron las maletas y huyeron inmediatamente, en su mayoría al norte, hacia el Líbano o Siria. Sin embargo, la Haganá (precursora de las FDI) recuperó el control total de Haifa. Golda Meir —quien en ese momento era una dirigente importante de la Agencia Judía— acudió personalmente, para intentar persuadir a la comunidad árabe remanente a quedarse y formar parte del nuevo país, asegurándoles donde tendrían los mismos derechos y la posibilidad de continuar con sus vidas, conservar sus hogares y mantener sus negocios.
Lamentablemente, Golda no pudo convencerlos. Los árabes le expresaron su agradecimiento por haber ido a hablar con ellos personalmente, pero explicaron que tenían que irse, o de lo contrario serían juzgados por el mundo árabe como traidores. Esto ocurrió tres semanas antes de que terminara oficialmente el Mandato Británico y los ingleses abandonaran el país.
Un informe de la policía británica de Haifa, fechado el 26 de abril de 1948, señala: “Los judíos están haciendo todos los esfuerzos posibles para persuadir a la población árabe a quedarse y continuar con su vida normal, abrir sus tiendas y negocios y garantizarles que sus vidas e intereses estarán seguros”. A pesar de los mejores esfuerzos de “los judíos” y específicamente de Golda Meir, más de 50.000 árabes abandonaron Haifa antes del final de la guerra.
Hoy en día, entre las mayores ciudades de Israel, Haifa sigue teniendo la mayor proporción de habitantes árabes.
Con información de @CptAllenHistory en X
Árabes provenientes de Haifa desembarcan en Port Said, Egipto, en 1948
(Foto: Keystone)
*******************
Titulares de la prensa estadounidense que informaban sobre la entrada de tropas árabes en el territorio de Israel. La primera plana del Boston Globe es del 1º de mayo de 1948, es decir que dos semanas antes de la salida de los británicos y de la declaración del nuevo Estado judío ya se estaba produciendo una invasión desde Siria, el Líbano y Egipto
*******************
Mapa publicado por The New York Times el 16 de mayo de 1948, mostrando cómo fue el primer día de la Guerra de Independencia de Israel:
El título de la noticia decía “Los ejércitos árabes triunfan en Palestina”. Muy pocos creyeron en ese momento que el recién nacido Estado judío, muy superado en número por ejércitos profesionales desde todas sus fronteras y escasamente armado, podría sobrevivir más que unos pocos días.
La aviación egipcia bombardeó Tel Aviv en los primeros días de la Guerra de Independencia. A la izquierda, autobuses quemados tras recibir impactos directos. A la derecha, caza egipcio derribado en una playa de la ciudad
(Fotos de la revista Life, mayo de 1948)
*******************
La limpieza étnica de judíos en Jerusalén Oriental
La Legión Árabe de Jordania, armada y entrenada por los británicos, logró tomar el control de la “Ciudad Vieja” de Jerusalén. Todos los judíos fueron expulsados, y el antiguo barrio judío fue pronto arrasado. El comandante de las fuerzas árabes declaró, eufórico: “Por primera vez en más de mil años, ni un solo judío permanece aquí”.
En la imagen, judíos huyen de la “Ciudad Vieja” (Foto de la revista Life, junio de 1948)
*******************
La siguiente noticia apareció en Semanario Venezolano, publicación editada por Abraham Stempel en Caracas —en español e idish— entre 1959 y 1964. Esta nota, originada en la Jewish Telegraphic Agency, se publicó en 1959 y resulta muy esclarecedora por los siguientes detalles:
Obviamente esta propuesta nunca se materializó, debido al rechazo de los países vecinos y de la Liga Árabe, más interesados en utilizar a los refugiados como arma propagandística y fuente de milicianos para tratar de destruir al Estado judío. Después de 65 años de estos intentos, es decir tres generaciones más tarde, hace mucho tiempo que aquellos refugiados murieron, pero sus descendientes siguen siendo parias en los países donde residen.
En la siguiente trascripción se han corregido algunos detalles de redacción.
Jerusalén (JTA). Los expertos de la cancillería israelí estarían dando los toques finales a un nuevo plan para el asentamiento de los refugiados árabes, el que podría ser presentado a la actual sesión de la Asamblea General de la ONU.
Se cree que el plan incorpora las propuestas hechas por el arzobispo griego-ortodoxo de Haifa, George Hakim, quien recientemente realizó una gira por varios países árabes y habló con los dirigentes de los refugiados árabes de Palestina.
El plan, según trascendió, ofrecería a cada refugiado árabe compensación individual por la propiedad abandonada en Israel, si el refugiado desiste formalmente de toda reclamación adicional contra el Estado judío. Además otra ayuda financiera, en cooperación con los programas de asistencia por Israel a fin de facilitar la colonización permanente de los refugiados en los países árabes. Tal ayuda suplementaria se haría necesaria a raíz del hecho revelado en la investigación emprendida por la cancillería israelí de que la mayor parte de la propiedad árabe abandonada pertenece a un pequeño grupo de pudientes terratenientes árabes y que la gran mayoría de los refugiados árabes posee poco o nada, y se beneficiaría poco o nada de la compensación individual. El plan, que por primera vez ofrece plena compensación sin condiciones políticas respecto a un arreglo final entre Israel y los países árabes, estaría destinado a demostrar nuevamente la disposición de Israel de participar en la solución del problema de los refugiados árabes.
*******************
Otra nota publicada en Semanario Venezolano por aquellas mismas fechas, sin firma (probablemente sea un editorial del propio Abraham Stempel):
La subsistencia del problema de los llamados refugiados árabes es uno de los pretextos que los países vecinos de Israel utilizan para negarse a entablar negociaciones que puedan conducir al establecimiento de la paz en el Medio Oriente. Como esos países no quieren la paz, los “refugiados” les resultan útiles como argumento para dar una apariencia de justificación a su conducta. No es este el único beneficio que los refugiados les reportan. Al mantenimiento de ellos destina la Organización de las Naciones Unidas elevadas sumas de dinero cada año. El principal contribuyente a la provisión de estos fondos es el gobierno norteamericano. El dinero llega a manos de los refugiados en proporción limitada; el resto se desvanece en el camino o va a parar a manos de árabes que son funcionarios de sus respectivos gobiernos, pero que no son precisamente refugiados. Además, la presencia de refugiados sobre la frontera de Israel sirve como un elemento de amenaza y de agitación que perturba los esfuerzos constructivos del Estado israelí.
Por todo eso, los gobiernos árabes se dedican a cultivar los refugiados en vez de ocuparse de instalarlos, de establecerlos sobre los territorios donde se encuentran y de hacer que se adapten a una vida de trabajo, de producción. Es esto lo menos que los países árabes debieran hacer, no solo para cumplir con la declamada fraternidad del “pueblo árabe”, sino también, en cierto modo, como retribución a los “refugiados” que abandonaron en 1948 el territorio donde vivían para sumarse a los ejércitos árabes que querían destruir a Israel. Este propósito no se realizó, por suerte. Pero quienes más se sacrificaron por el vano intento de realizarlo fueron los “refugiados” que hoy sirven como material de explotación política a los gobiernos que en 1948 quisieron utilizarlos como combatientes contra Israel. Por supuesto que todo esto se calla cuando se habla de los refugiados en las capitales árabes. Lo que allí interesa es mantener un estado de excitación contra Israel y no resolver una situación que sería fácil resolver si hubiera la menor voluntad para ello.
El gobierno de Israel logró establecer en territorio israelí y asimilar a la vida del país a numerosos judíos que fueron expulsados de países árabes o que hubieron de huir de ellos porque la vida se les hacía allí imposible. Sin recursos casi, con un territorio reducido, con una población muy escasa, Israel ha absorbido una elevada cantidad de inmigrantes. Su número es mayor que el número de refugiados que los países árabes deberían absorber en sus territorios extensos y con una población ochenta veces mayor que la población de Israel en el momento en que se proclamó la independencia del nuevo Estado. No se trata de querer convertir un acto de un pueblo civilizador en modelo para actos que debieran realizar los países árabes para con los refugiados. Los países árabes juegan con el tema de los refugiados. Pero, en cambio, las Naciones Unidas no debieran permitir que este juego continúe, como pretenderán, dentro de pocos días, los representantes de los países árabes ante la ONU.
*******************
En su carta fundacional de 1964, la OLP estableció claramente:
“Esta organización no ejerce ninguna soberanía regional sobre la Margen Occidental del Reino Hashemita de Jordania, la Franja de Gaza ni el área de Himmah. Sus actividades se desarrollarán a nivel popular nacional en los campos de la liberación, la organización, político y financiero” (Artículo 24).
Es decir que la OLP fue creada para “liberar” (destruir) el Estado de Israel. Solo en 1967, cuando tras la Guerra de los Seis Días Israel evitó la hecatombe que le preparaban Egipto, Siria y Jordania y extendió su administración a Gaza y Cisjordania, el grupo terrorista de Arafat puso sus ojos también en ellos.
*******************
El poderoso Imperio Romano estaba tan irritado con la pequeña pero rebelde provincia de los judíos, que cuando en el año 70 de la era común sus legiones lograron finalmente destruir Jerusalén y expulsar a buena parte de sus habitantes, el emperador Vespasiano se sintió muy satisfecho y orgulloso. Vespasiano, padre del entonces jefe de la Décima Legión y futuro emperador Tito, ordenó construir un Arco de Triunfo y acuñar una moneda conmemorativa con el lema Iudaea Capta (Judea Capturada), que mostraba a un soldado romano victorioso junto a una palmera y una mujer judía, símbolo de Judea, llorando en duelo.
Para ese momento los romanos aún no habían sustituido el nombre de Judea por “Palestina”, lo que harían varias generaciones después, tras derrotar la rebelión de Bar Kojba en el año 138.
La moneda de la derecha simboliza el renacimiento de la soberanía judía en su tierra ancestral: “Israel Liberado 1948”. Una mujer carga feliz a su bebé, mientras un hombre siembra en Éretz Israel. El Impero Romano es hoy solo una referencia histórica, mientras que el pueblo de Israel vive y prospera de nuevo. ¡Am Israel Jai!
(Foto: City of David).
1 Comment
Feliz día de la Independencia
Am Israel chai 🇮🇱🙏♥️