El pasado 3 de mayo, 21 de Iyar, se realizó en la sinagoga Tiféret Israel un acto al cumplirse treinta días desde la partida de Mercedes.
Hay grandes y pequeñas historias, depende desde qué punto de vista las enfoquemos. Mi hermana imprimió una página de autenticidad, de firmeza, de voluntad y de fe.
Una conocida sentencia del Pirké Avot afirma que la riqueza se define más en la mente que en el estado de cuenta bancario o en el inventario de los activos de cada quién. Dice: “¿Quién es rico? Aquel que se contenta con su parte”.
Una frase que Mercedes solía decir: “Si me ofrecieran la oportunidad de volver a vivir mi pasado, lo haría igual a como lo viví”. Y yo complementaría que no solo su pasado, sino toda su vida; su prioridad: la unión de la familia. ¿Lo logró? Sin duda que sí, y no solo la unión, también el respeto y el cariño. Respeto y cariño que no le impidió hacernos saber perspicazmente lo que consideraba, en su momento, nuestros defectos y fallas. A eso me refiero en cuanto a su autenticidad y firmeza.
Muestra de su voluntad: el empeño y éxito que demostró al practicar el arte de la pintura, superando la dificultad de movilidad de su brazo. Y su fe: la valentía con la que enfrentó dificultades, comunes a cualquiera, siempre confiando en el Chem hitbaraj, como ella decía.
Y así es que construyó la pequeña gran historia de su vida, mi siempre presente y querida Mercedes.
Isaac Gabizón Gabizón
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Preciso y concreto. Asi era mi querida Mercedes Z’L . Ejemplo de vida para mi y para muchos .