En una época, la Internacional Socialista fue una organización extraordinaria. Fundada en 1951 como sucesora de grupos socialistas previos, era firmemente democrática y anticomunista, y jugó un importante rol durante la Guerra Fría. Entre sus miembros hubo luminarias como Felipe González de España y Mario Soares de Portugal, a quienes la IS ayudó, junto a sus partidos socialistas, a restablecer la democracia en sus países. La IS incluía a gente como Willy Brandt y Golda Meir.
Eso fue en los buenos viejos tiempos. Recientemente, en 2013, el Partido Socialista de Alemania (SPD) formó una nueva organización denominada Alianza Progresista. El SPD se quejó de que la IS incluye ahora a muchos partidos no democráticos; la nueva Alianza Progresista cuenta con más de un centenar de partidos y grupos entre sus miembros.
La noticia más reciente sobre la Internacional Socialista es el retiro de sus filas del Partido Laborista de Israel. ¿Por qué? Porque la IS se ha unido al movimiento BDS, que llama a boicotear, desinvertir y sancionar a Israel. A finales de junio, la IS adoptó una “Declaración sobre la Cuestión Palestina” que “pide a todos los gobiernos y organizaciones de la sociedad civil activar el BDS contra la ocupación israelí, todas las instituciones de la ocupación y los asentamientos ilegales israelíes, incluyendo un embargo total de toda forma de comercio militar y cooperación con Israel, mientras continúe con su política de ocupación y apartheid contra el pueblo palestino”.
Y eso no es todo. La declaración denuncia las acciones de Israel en su frontera con Gaza, sin una sola palabra —y mucho menos una condena— sobre Hamás. Solicita “a la administración de Estados Unidos reconsiderar su posición que favorece a Israel”, como si favorecer a Israel estuviese contra la ley internacional. También “Reafirma su compromiso… con buscar un fin definitivo a la ocupación israelí del Estado palestino que comenzó en 1967”. Esta es una afirmación interesante, ya que en 1967 no existía ningún Estado palestino para que Israel lo ocupara: solo había un territorio ocupado por Jordania y Egipto.
La IS tiene una larga historia y continuará existiendo, haciendo un buen o mal trabajo. Pero es triste ver que lo que alguna vez fue un firme defensor de la democracia y los derechos humanos se degrade para permitir la afiliación de partidos no democráticos, y utilice las usuales falsedades de la izquierda. La declaración señala que desea fomentar a las “fuerzas progresistas” de Israel, a lo que el secretario general del Partido Laborista, Yehiel Bar, respondió en forma contundente: “Como secretario internacional del Partido Laborista de Israel, como líder del partido, y en nombre del liderazgo del partido, que es el mayor grupo progresista en el Parlamento israelí, déjenme asegurarles que hasta la completa y formal cancelación de esa pobre, unilateral y miserable declaración, su ‘solidaridad’ no es deseable para nosotros”.
Debo notar que mientras el Partido Laborista de Israel ya no es miembro de la Internacional Socialista, ¿imaginan cuál otro partido de esa región sí lo es? Al-Fatah, el viejo movimiento de Yasser Arafat, ahora dirigido por Mahmud Abbas. Al-Fatah, cuyo liderazgo nunca es electo democráticamente y que manda en Cisjordania sin elecciones, libertad de expresión ni libertad de prensa.
Las acciones de la Internacional Socialista, al hacer que el Partido Laborista de Israel quede por fuera y abrazar a al-Fatah, nos dice todo lo que realmente necesitamos saber sobre su situación actual. Y eso es algo triste.
*Ex funcionario en los gobiernos de Ronald Reagan y George W. Bush en Estados Unidos.
Fuente: Council on Foreign Relations (www.cfr.org). Traducción NMI.