El Colegio Moral y Luces “Herzl-Bialik”, la más antigua y emblemática institución educativa de nuestra comunidad, ha asumido el desafío de continuar sus actividades mientras los docentes, alumnos y personal administrativo se mantienen confinados por la pandemia. No ha sido fácil, pero las herramientas tecnológicas disponibles han hecho factible algo inimaginable pocas décadas atrás.
Olga Hanono y Eunice Witschi, directoras de la Primaria y el Liceo respectivamente, describen los procesos que han permitido la continuidad del año y escolar y, muy pronto, su feliz culminación
Sami Rozenbaum
El confinamiento era algo imprevisto. ¿Qué herramientas de trabajo a distancia había desarrollado anteriormente el SEC, que resultaron útiles para afrontar esta situación sin precedentes?
Olga Hanono. En el SEC habíamos utilizado herramientas como Google Drive, de forma opcional, para interconectar los contenidos académicos entre el equipo docente. A partir de segundo grado los niños se iniciaban en el manejo de este programa en las clases de informática, lo que generó una base para afrontar la contingencia actual. Esto permitió compartir el material de estudio con los niños y sus padres, y recibir las tareas y trabajos que elaboraban.
Instagram nos ha servido como herramienta de comunicación para difundir información de manera masiva a la comunidad educativa.
Eunice Witschi. La situación de confinamiento y clases a distancia pareciera ser única y exclusiva de este año 2020, pero no es nueva para el colegio. Esas herramientas comenzamos a manejarlas hace años, cuando se creó la plataforma Secmyl. Y en las muchas oportunidades en las que el gobierno suspendía las clases fuimos preparando el camino, pero no con la suficiente velocidad e intensidad. Pasamos de clases presenciales absolutas a clases a distancia en forma absoluta. En otras oportunidades las combinábamos en forma muy exitosa, esta vez fue realmente difícil.
¿Qué cambios y adaptaciones debieron hacer en sus plataformas y manera de trabajar, para poder seguir operando y cumpliendo sus funciones?
O.H. Hemos tenido que hacer numerosas adaptaciones para niños y adultos, padres y profesionales, de acuerdo a las edades de los alumnos. De este modo hemos estado más cerca de ellos y presentes, aun con la inestabilidad del servicio de internet. Asimismo, hemos trabajado haciendo un equilibrio entre las necesidades personales de los docentes y sus familias con las de nuestros alumnos, ya que los hijos de los maestros reciben a su vez clases virtuales, y no todos disponen de varios equipos. Esta misma situación la viven las familias de nuestro estudiantado: no se dispone de una computadora para cada miembro de la familia.
En Preescolar y Primera Etapa nos hemos apoyado en muchos videos de las maestras explicándoles a sus alumnos las actividades o contenidos que quieran trabajar con ellos, como un banco de propuestas para desarrollar la motricidad fina, una biblioteca en la que los docentes les narran cuentos, y actividades con explicaciones detalladas para que los niños, con el apoyo de sus padres, logren los objetivos.
Con los alumnos de Segunda Etapa estamos trabajando con el apoyo de la plataforma Teachlr, que nos permite impartir clases virtuales, facilitar material de apoyo y recibir las actividades para su revisión. Este esquema se estratifica en tres niveles diferentes de acuerdo a las edades de los estudiantes.
Google Drive, Zoom, Teachlr, videollamadas por WhatsApp y grabaciones de las maestras han sido nuestros principales recursos para este nuevo proceso educativo a distancia.
“Hemos trabajado haciendo un equilibrio entre las necesidades personales de los docentes y sus familias con las de nuestros alumnos, ya que los hijos de los maestros reciben a su vez clases virtuales, y no todos disponen de varios equipos”
E.W. Si el gobierno nos hubiera dado una semana más, habríamos resuelto el 50% de los problemas. Suspender las actividades el 13 de marzo complicó la situación, porque faltaban los trimestrales, y ni los profesores ni los alumnos estaban preparados para resolver exámenes en línea. Hubo que buscar tutoriales, aplicaciones, comenzar a aprender de cero, preguntar a otros con más experiencia. Se tuvo que intentar y fallar, comprender que lo que vivíamos también lo sufrían los estudiantes. Fueron días de aprendizaje mutuo que no habríamos solucionado sin el apoyo de SOPRE.
Además de las clases virtuales y los exámenes, ¿qué otras actividades están realizando?
O.H. Además de lo indicado en la pregunta anterior, hemos generado la mayor cantidad de actividades que pudieran adaptarse a las que estaban programadas; por ejemplo, los niños de cuarto grado tenían planificado participar en el Museo de Cera, proyecto educativo que ya tiene muchos años en el colegio y que no se pudo concretar por la cuarentena. Se resolvió publicando las caracterizaciones de los niños en Instagram.
Actualmente, en la cátedra de inglés se están trabajando propuestas distintas en cada grado para presentar el Show and Tell, y en Preescolar se está desarrollando una investigación sobre los países de América, que se contextualiza en el proyecto educativo Conociendo el Mundo, para después exponerlo en un video. Son algunos ejemplos de adaptaciones sobre proyectos bandera de nuestra institución.
E.W. Además de clases virtuales por Zoom, que son posibles gracias a que ahora tenemos cuentas privadas propias del liceo, y las pruebas, para las cuales se está usando la plataforma Teachlr.com —cedida gratuitamente por ex alumnos del colegio para esta contingencia y que permite colocar tareas, videos, guías de estudio, presentaciones, cualquier cosa que ayude para el aprendizaje—, mantenemos las actividades que se realizaban habitualmente el colegio: reuniones entre profesores, conmemoración de la Shoá, celebración de Yom Haatzmaut, entrega de diplomas, escogencia de los padrinos y nombre de promoción para quinto año.
Lo único que no hemos hecho es la formación de los lunes, no cabemos todos en las cuentas Zoom del colegio…
¿Cuál ha sido el feedback de los alumnos, de los padres y del resto de la comunidad educativa?
O.H. El feedback ha sido variable, dependiendo de la edad de los niños y el número de hijos de cada familia. Las dificultades se han ido solventando en la medida en que, con el trascurso de los días, se han afinado las diversas variables. Al día de hoy el balance es positivo.
E.W. Al comienzo hubo críticas constructivas de parte de padres, alumnos y profesores, porque todos entendieron que teníamos que aprender juntos a tener flexibilidad y mucha paciencia. Pero las fallas de electricidad o internet nos afectan mucho; ese es el mayor obstáculo. Causa mucha angustia, especialmente a los más pequeños cuando deben presentar una prueba o entregar un trabajo.
También desespera a los profesores cuando no pueden comunicarse con los estudiantes por los grupos o correos electrónicos. Aunque gracias al esfuerzo de la Junta Directiva muchos profesores tienen ahora dispositivos que les facilitan la conexión; siempre que no se vaya la luz, por supuesto.
¿Cuáles han sido los mayores obstáculos?
O.H. El primer obstáculo que confrontamos fue la rapidez con la que padres y profesionales tuvimos que aprender a usar herramientas tecnológicas que no manejábamos de manera cotidiana. La falta de equipos actualizados, el número de computadoras disponibles en cada familia, la coordinación de los horarios de niños y adultos, la imposibilidad de imprimir material y las fallas del servicio de internet han hecho que el proceso fluya con interrupciones.
¿Qué nuevas actividades tienen previstas?
O.H. Continuar con una rutina académica que brinde estabilidad, y permita a los niños y sus familias sentirse tranquilos y acompañados en el proceso de educación a distancia.
¿Cómo se efectuarían los actos de graduación si el confinamiento se extendiera durante junio y julio?
O.H. Estamos estudiando la forma mediante la cual podamos ofrecer a los niños una alternativa satisfactoria, en medio de las circunstancias limitadas presentes.
E.W. Esa es la pregunta del millón. Estamos barajando todas las opciones, pero aún no se ha tomado ninguna decisión. Estamos preparando todo lo que habitualmente haríamos: padrinos, nombre de promoción, cordones, medallas, estudios a seguir y universidades de su escogencia, esquelas, y por supuesto a la espera de la entrega de los títulos por parte del ministerio. La decisión se tomará en el momento oportuno, y siempre buscando lo mejor para todos.
Una cosa es segura: salimos con bien en el 2014, en el 2017 y ahora lo haremos en el 2020.