El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, anunció hace pocos días que, en una “operación secreta”, el Mossad (servicio de inteligencia exterior) logró recuperar un reloj de pulsera que perteneció al legendario espía Eli Cohen.
En efecto, el Mossad dedicó considerables recursos y esfuerzos para obtener ese pequeño y deteriorado objeto. El motivo es que Eli Cohen es un héroe nacional en Israel, un símbolo del arrojo y capacidad de sus servicios de inteligencia.
Nacido en Egipto en 1924, Eli Cohen hizo aliá en 1957 en medio de las persecuciones del dictador Gamal Abdel Nasser contra la otrora importante comunidad judía egipcia. En 1960 ingresó en la inteligencia militar. Su principal misión fue trabajar en Siria como agente encubierto, haciéndose pasar por un próspero empresario gracias a su aspecto oriental y dominio de la lengua árabe. Hizo muchos contactos entre la élite económica, política y militar, lo que le permitió obtener valiosa información; como dice un reportaje publicado por el diario argentino Clarín, “pudo proporcionar al Mossad información exhaustiva sobre prioridades militares, ubicación de fortificaciones, relaciones de Siria con la Unión Soviética, habladurías parlamentarias y luchas de poder dentro de la dirigencia gubernamental”. Estos datos fueron clave para la victoria israelí en el frente norte durante la Guerra de los Seis Días de 1967.
Pero el espía se confió demasiado: empezó a trasmitir mensajes con un equipo telegráfico desde su propia casa, que quedaba justo enfrente de las oficinas del Estado Mayor del ejército sirio. Estas trasmisiones fueron detectadas. Lo arrestaron y torturaron, y finalmente lo ejecutaron en un estilo típico del mundo árabe: lo colgaron en plena calle el 19 de mayo de 1965, en la plaza Marjeh del centro de Damasco, en medio de una fiesta popular; su cuerpo permaneció allí durante horas. El caso de Eli Cohen se considera “uno de los mayores triunfos y fracasos del Mossad”.
Las autoridades sirias se han negado durante más de medio siglo a entregar su cadáver, y de hecho lo han cambiado de ubicación varias veces para impedir que sea localizado. En 2004 el Mossad emprendió un plan para tratar de recuperarlo, sin éxito hasta ahora. Pero durante la investigación supieron que un hombre relacionado con la investigación se había quedado con el reloj de Cohen, y se lo había dado a otra persona.
Entonces, como en una película de espionaje, los funcionarios de inteligencia trabajaron durante 18 meses, en medio de la guerra civil que desgarra a Siria, para localizar a esa persona y recuperar el reloj. Luego se ha verificado que, en efecto, perteneció al famoso espía; se trata de un Eterna-Matic Centennaire 61, una pieza costosa que Cohen compró en Suiza durante uno de sus viajes como “hombre de negocios sirio”.
El reloj es todo un símbolo, pero la búsqueda de los restos de Cohen continúa.
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Los funcionarios de Tzáhal responsables del desarrollo del software que se utiliza para detectar los túneles terroristas que penetran en territorio israelí desde la Franja de Gaza recibieron el Premio de Defensa de Israel 2018.
Como informa el portal JewishPress.com, este es el galardón más prestigioso que otorga el establecimiento de defensa israelí, y fue creado para destacar los proyectos que contribuyen a la seguridad del país desde un punto de vista operacional y tecnológico.
Durante el acto, el ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, dijo que la tecnología que se emplea para detectar los túneles es “casi de ciencia-ficción”, sin entrar en detalles. “No existe nada como esto en el resto del mundo; representa un punto de inflexión en la campaña para acabar con la amenaza de los túneles”.
Lieberman continuó: “Gracias a las personas que trabajan aquí eliminamos el arma estratégica de Hamás, en la que había invertido mucho de su presupuesto militar, cientos de millones de dólares. Los túneles de ataque se han convertido en túneles de sepultura para ellos”.
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Y hablando de túneles, una noticia que circuló profusamente en estos días fue la de los 12 niños y su entrenador de fútbol que permanecieron más de dos semanas atrapados en una cueva inundada en la provincia tailandesa de Chiang Rai. Su rescate, afortunadamente exitoso, mantuvo en vilo a todo el planeta.
Uno de los factores que dio esperanza a los niños y a sus familias durante el difícil procedimiento fue la posibilidad de comunicarse por video, y esto fue posible gracias a un sistema desarrollado por la firma israelí Maxtech Networks.
Como señala el portal israelnoticias.com, se trata de una serie de dispositivos pequeños similares a radios portátiles, que se trasmiten comunicaciones inalámbricas entre sí, permitiendo la conexión en lugares donde existen obstáculos (como las rocas) que impiden la operación de los equipos de radio comunes.