Un momento de la obra de teatro de sombras “El Niño Estrella”
Se trató de un montaje de teatro de sombras, preparado por personal del Prematernal Tip Tipot y madrijim del Departamento Integral del Niño
El pasado 6 de mayo, Hebraica conmemoró Yom Hashoá con un original acto, en el que participaron los jóvenes del Departamento de Juventud y Educación y el talento del Centro Cultural Hebraica Gonzalo Benaim Pinto.
Luego de un minuto de silencio en memoria de las víctimas del Holocausto, se dio inicio a la Marcha por la Vida al son del Himno de los Partisanos, en una caminata de niños y adultos desde la entrada de la institución hasta el Área Social, donde tuvo lugar la solemne conmemoración.
“Yom Hashoá es un día muy significativo que nunca debemos pasar por alto. Por ello estamos hoy aquí, marchando por la vida, recordando y trasmitiendo a nuevas generaciones nuestra historia. Es nuestro deber y nuestro compromiso como jóvenes judíos, siempre recordar para que atrocidades como estas no vuelvan a pasar nunca jamás. En esos momentos de oscuridad, la fe acompañó a cada judio, y ayudó a mantener encendida su luz interior, dándoles esperanzas y fuerzas para sobrevivir; esa luz interior que tuvo, tiene y siempre tendrá cada judío del mundo y lo acompaña en las adversidades”, expresó Arie Cohén, madrij del movimiento juvenil Noar Le Noar para dar inicio al acto.
La “Marcha por la Vida”
A continuación se procedió a encender una vela conmemorativa en memoria de los 6 millones de judíos asesinados en el Holocausto, por parte de Próspero Benarroch, presidente del CSCDR Hebraica; Isaac Benjamín, vicepresidente de la Asociación Israelita de Venezuela; y Eduardo Kuperstein, presidente de la Unión Israelita de Caracas.
Encendido de la vela conmemorativa. Izq. a der.: Próspero Benarroch, Isaac Benjamín y Eduardo Kuperstein
De seguidas se entonaron las oraciones de El Malé Rajamim, a cargo del rabino Oshri Arguane de la AIV, y el Yizkor, por el rabino Eitan Weisman de la UIC.
El corazón de esta conmemoración fue un montaje basado en el cuento “El Niño Estrella”, narrado con la técnica de teatro de sombras, a través del cual se buscó llegar a los más pequeños de la comunidad. Se trata del relato de un niño que está obligado a colocarse la estrella amarilla por ser judío; al principio le gustó y hasta se sintió orgulloso de ser una estrella, hasta que vivió el horror de la soledad, la confusión y la desaparición de sus seres queridos. Al final de la guerra aprende a volver a brillar, y a rodearse de personas que le enseñan que la vida puede volver a ser bella. Este original montaje fue ejecutado por personal del Prematernal Tip Tipot y madrijim del Departamento Integral del Niño (DIN).
El ensamble musical del Centro Cultural Gonzalo Benaim Pinto
Con la interpretación de una emotiva selección de canciones entonadas por las solistas Ellie Shai Kaim, Mia Serfaty y Tali Zeev, junto al coro y el ensamble musical del Centro Cultural Gonzalo Benaim Pinto dirigido por el maestro Harold Vargas, se rindió homenaje a quienes perdieron su vida por el odio y la intolerancia.
Dos sillas vacías: la del embajador de Israel, y la de los rehenes que siguen en manos de los terroristas de Hamás
La Shoá es un episodio trágico de la historia del pueblo judío que es fundamental recordar, para honrar a los seis millones de judíos a quienes apagaron su luz; guardar su memoria es responsabilidad de cada judío del mundo, a medida que los sobrevivientes van desapareciendo de entre nosotros. “Dependerá de nosotros, los que estamos aquí hoy, contar lo sucedido generación tras generación, para que nada como esto vuelva a suceder jamás”, fueron las palabras con las que se dio por concluido el acto.
Temas musicales interpretados en el evento
Karina Anidjar, Departamento de Comunicaciones e Información del CSCDR Hebraica, y Redacción NMI.
Fotos: CSCDR Hebraica y NMI.
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El tributo de Hebraica a las víctimas de la Shoá, «El niño estrella», me conmovió profundamente. Hace unos años, mi nieta Valeria que entonces tenía 6 o 7 años, cuando la llevaba a las clases de música me preguntó: «Abu, ¿qué es un judío?» Contesté con mis palabras adultas y con mis palabras de niña, lo que sabía de la Shoá. Recordé a nombres y presencias en la escuela pública primaria: Sonia y Arianna Hecker, Laufer, y otros más. Pero no me pareció suficiente y, entonces, fuí a la librería Templo Interno en el Centro Plaza. Allí encontré el libro «El niño estrella» y un precioso «Atlas Histórico de la Civilización Judía, desde Adán y Eva hasta nuestros días». Durante un tiempo Valeria, quien hoy tiene veinte años y estudia en la universidad, leía todas las noches «El niño Estrella». Todavía recuerdo el asombro de su comentario cuando juntas exploramos el Atlas: «¡Abu, mira cuántos Premios Nobel han sido judíos!»
Bueno, dejo estos recuerdos entrañables hasta aquí. Am Yisrael Chai.