Un día después de que Netanyahu cancelara su viaje a Bogotá, el presidente saliente Santos reconoció secretamente al Estado palestino. ¿Por qué? ¿Revertirá el nuevo gobierno esta decisión?
La historia del sorprendente reconocimiento de Colombia a Palestina es uno de los episodios más curiosos que la diplomacia israelí ha visto en años recientes. Y puede no haber terminado aún.
Nadie lo vio venir. El país sudamericano, el aliado más cercano de Israel en la región, era el próximo en la lista de naciones que se esperaba mudarían su embajada de Tel Aviv a Jerusalén. El nuevo presidente colombiano, Iván Duque, se había comprometido a mejorar los ya cálidos lazos entre Bogotá y Jerusalén.En lugar de ello, justo un día después de la toma de posesión de Duque el 7 de agosto, se reveló que el gobierno de Juan Manuel Santos había reconocido calladamente el Estado palestino, dejando a los diplomáticos israelíes enojados y perplejos.
Nadie sospechaba nada: Netanyahu y Santos durante su encuentro en el Palacio de Nariño, Bogotá, en septiembre de 2017 (foto: AFP)
¿Qué había ocurrido? Este es un resumen cronológico:
– El 16 de mayo, el candidato Duque declaró durante un acto de campaña que, si era elegido, consideraría “la posibilidad de establecer la sede diplomática en Jerusalén”. Pocos días después restó importancia a su declaración, diciendo que apoyaba la solución de dos Estados y deseabaque Colombia contribuya a los esfuerzos de paz. – El 17 de junio, Duque ganó las elecciones.
– El 29 de julio, el primer ministro Benjamín Netanyahu anunció que asistiría a la toma de posesión del nuevo presidente.
– Menos de una semana después, el 2 de agosto, Netanyahu canceló el viaje citando la volátil situación de seguridad en el sur de Israel. En su lugar despachó al ministro de Cooperación Regional, Tzaji Hanegbi, pararepresentar al país en la toma de posesión de Duque.
– El 3 de agosto la canciller saliente de Colombia, María Ángela Holguín, envió una carta a su homólogo de la Autoridad Palestina, Riyad al-Malki, informándole que su jefe había “decidido reconocer a Palestina como un Estado libre, independiente y soberano”. El gobierno saliente había informado a su sucesor sobre estos planes, pero ambos lo mantuvieron en secreto hasta después de la inauguración del gobierno de Duque.
– El 8 de agosto, la noticia se filtró a los medios.
No tardó mucho tiempo para que el asunto llegara a los titulares internacionales, aunque Jerusalén y Ramala reaccionaron con mucha precaución. Ninguno hizo grandes declaraciones, como si estuvieran conscientes de que este extraño episodio todavía podría terminar de un modo diferente.
Sin embargo, la embajada israelí en Bogotá emitió una iracunda declaración en español, diciendo que estaba “muy sorprendida y profundamente decepcionada”, no solo por el hecho de que el gobierno reconociera a Palestina, sino también “por la forma en que lo hizo”. Esa no era la forma de tratar a un aliado cercano, decía la embajada, exigiendo que el nuevo gobierno revierta la decisión.
Los nuevos vicepresidente y canciller enviaron comunicados señalando que el reconocimiento se había efectuado de manera legal, pero que la administración entrante revisaría la decisión. El canciller Carlos Holmes Trujillo dijo que para ello se tomarían dos aspectos en consideración: la ley internacional y las relaciones exteriores de Colombia.
Inicialmente, el nuevo gobierno pareció sugerir que estaba sorprendido por el hecho de que su predecesor hubiese reconocido a Palestina en sus últimos díasde gestión. Pero Holguín afirmó en una entrevista televisiva que Duque no solo estaba informado, sino que le dio su bendición a la medida. El jueves, el nuevo canciller Holmes Trujillo confirmó que él y Duque sabían al respecto, pero añadió que “en vista de posibles omisiones” sobre la forma en que se efectuó el reconocimiento, el nuevo gobierno “examinará cuidadosamente sus implicaciones y actuará de acuerdo con la ley internacional”.
Ese mismo día, la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez se reunió con el embajador israelí en Bogotá, Marco Sermoneta, escuchó sus reclamos y prometió trasmitirlos a Duque. También reiteró que Colombia valora la “importancia estratégica” de sus vínculos con Israel.
¿Confundido? Así estaba también, aparentemente, el Ministerio de Asuntos Exteriores en Jerusalén, que durante 16 horas se negó a emitir un comunicado de prensa u otra información sobre le decisión colombiana. El hecho de que el vocero de la cancillería, Emanuel Najshon, ni siquiera suministrara a los reporteros una traducción al hebreo del colérico mensaje de la embajada en Bogotá, motivó que la Asociación de Corresponsales Diplomáticos de Israel le enviara una protesta formal. Pocas horas después, Najshon emitió una declaración lacónica: “Estamos sorprendidos por el reporte en los medios, y esperamos explicaciones del nuevo gobierno, que está analizando el asunto”.
Claramente, a Israel lo tomaron por sorpresa. El hecho de que Hanegbi, el ministro que representó a Jerusalén en la toma de posesión de Duque, diera entrevistas en la televisión diciendo que le deseaba “buena suerte” a Santos, fue solo una muestra de cuán desinformado estaba Israel sobre la tormenta que se avecinaba.
Para ser justos, no había razones para sospechar nada. Colombia ha sido durante años el amigo más confiable de Israel en América del Sur. Cuando 138 países votaron a favor de otorgarle a “Palestina” el estatus de observador en la Asamblea General de la ONU en 2012, Colombia se abstuvo. Cuando 128 países votaron para condenar el reconocimiento de Estados Unidos a Jerusalén como capital de Israel el año pasado, Colombia también se abstuvo. De hecho, hasta la semana pasada Colombia era el único país de la región que se negaba a reconocer unilateralmente a Palestina. Como agradecimiento por ese apoyo, en septiembre de 2017 Netanyahu se convirtió en el primer líder del gobierno de Israel que visitó el país. “Bajo su liderazgo, durante los últimos años ha habido una notable alianza [entre Israel y Colombia] de fe y valores, de fe en el futuro”, dijo Netanyahu a Santos en el palacio presidencial de Nariño. Menos de un año después, Santos hizo a un lado al primer ministro israelí al reconocer en forma furtiva a Palestina.
Por qué lo hizo confunde incluso a los observadores más veteranos de las relaciones entre Israel y Colombia. “Dados los estrechos lazos, es sorprendente que Santos haya tomado una decisión tan importante días antes de dejar el cargo, y básicamente en secreto”, dice Leah Soibel, directora ejecutiva de Fuente Latina, ONG dedicada a mejorar las relaciones entre el Estado judío y el mundo hispanohablante. “Colombia tiene una comunidad árabe importante, la mayoría de origen libanés. Muchos tienen posiciones de poder, y algunos participan en la campaña BDS. Este puede haber sido un factor en la decisión de Santos”, especula.
Una fuente palestina, que declaró a The Times of Israel con la condición de mantener su anonimato, ofrece una explicación diferente. “Se trata del legado”, dice. Santos, quien ganó el Nobel de la paz en 2016 por su papel para finalizar la guerra civil colombiana de 50 años de duración, era interrogado con frecuencia sobre su posición respecto al conflicto palestino-israelí. “Sí, Santos es amigo de Netanyahu, pero piensa que este no hace nada por adelantar el proceso de paz. Por eso decidió que era tiempo de reconocer a Palestina”.
La movida de Santos solo generó una débil reacción en Ramala, porque aún no está claro que hará el nuevo gobierno, explica esta fuente palestina. “El nuevo canciller dijo que revisará la decisión sobre la base de la ley internacional. Eso es bueno para nosotros, porque existen suficientes precedentes que muestran que no hay problema en reconocer a Palestina. Pero también dijo que considerará las relaciones de Colombia con sus aliados cercanos, lo que quiere decir EEUU e Israel”.
No es sencillo retirar el reconocimiento a un país una vez que ha sido extendido formalmente. Por otro lado, Israel, y quizá EEUU, podría presionar a Duque para hacerlo. En este momento algo parece claro: cuando los diplomáticos israelíes se recuperen de este shock, harán todo lo posible para persuadir al hombre que hace menos de tres meses hablaba sobre mudar la embajada de su país a Jerusalén, para que al menos restaure el statu quo ante.
*Corresponsal sobre temas diplomáticos de The Times of Israel.
Fuente: The Times of Israel. Traducción NMI.
1 Comment
Es lamentable como nuestros dirigentes politicos, una vez mas, mienten. No solo a sus conciudadanos, sino tambien a paises amigos como Israel. Esto es una verguenza. Ojala el nuevo presidente tenga palabray cumpla lo dicho en su campaña presidencial y traslade la embajada a Jurusalem, Pues Israel es un pais de grandes afectos para la gran mayoria del pueblo Colombiano.