La institución ha invertido 50 millones de dólares en exposiciones de alta tecnología, y con pantallas interactivas, maquetas impresas en 3D y objetos originales, busca atraer a las nuevas generaciones
Anat Lev-Adler*
En el interior de una antigua muralla de Jerusalén, que pervive desde la Edad Media, se alza el Museo de la Torre de David, que alberga la historia de uno de los lugares más sagrados del mundo.
El museo acaba de atravesar profundas obras de renovación. Tras una inversión de 50 millones de dólares, abrió sus puertas al público el 1º de junio y presenta a los visitantes importantes cambios que narran la historia de Jerusalén de forma fascinante, educativa e interactiva.
Cuando comparto lo emocionada que quedé con la visita a Eilat Liber, directora y conservadora del museo, sonríe victoriosa. «Ha merecido la pena, y no eres la única que se siente así», responde. «Escucho lo mismo de mucha gente que no tiene conexión con Jerusalén, la visita los afecta. La conexión con un lugar determinado se alimenta de todas las experiencias que hemos tenido en él, y visitarnos es sin duda una experiencia reparadora para muchos a los que Jerusalén no les importaba mucho», comenta.
Pantallas interactivas atraen a los niños y jóvenes a explorar la historia de Jerusalén
«Esta es una ciudad vibrante que lleva años en conflicto, sufriendo cambios demográficos, y quienes se van no suelen ir difundiendo nuestras cosas positivas», explica Liber al hablar de la Ciudad Santa. «Sabemos que Jerusalén tuvo un pasado y un futuro, y tenemos respeto por ella y por todas sus capas, tanto las de tiempo como las de las personas, religiosas, demográficas y arquitectónicas. Y ese es precisamente nuestro papel, ser el ‘museo de la ciudad’ y contar su historia. Es una ciudad que tiene un significado profundo y una riqueza infinita de dimensiones que se remontan a miles de años».
La Torre de David, donde se encuentra el museo, es un magnífico conjunto de representaciones arquitectónicas de todos los periodos históricos de la ciudad. Sus torres y murallas del período helenístico, la monumental torre herodiana, construcciones bizantinas, una antigua torre redonda musulmana, murallas de la época de las Cruzadas, estructuras musulmanas y su patio otomano.
Desde los griegos hasta los romanos, pasando por los musulmanes, cristianos y, por supuesto, los judíos, todos gobernaron esta ciudad en un momento u otro de su historia, acrecentando su santidad e importancia. Ahora, el museo cuenta la historia de Jerusalén usando tecnología moderna, adaptada a la era digital.
Por ejemplo, se puede encontrar un holograma realizado por Ari Folman, creador de la premiada película de animación Vals con Bashir, que representa diversos períodos históricos de la ciudad a través de cómics. Las pantallas táctiles interactivas muestran el mapa de Jerusalén a través del tiempo, incluidos los monumentos que han cambiado con el paso de los años. Además, hay maquetas de edificios emblemáticos de Jerusalén que parecen cobrar vida ante los ojos de los visitantes.
Entre las exposiciones únicas del museo se incluye un muro interactivo que presenta acontecimientos que abarcan 4000 años de la historia de Jerusalén junto con otros importantes acontecimientos mundiales. Fue desarrollado en colaboración con Jake Barton, fundador de la empresa «Local Projects» de Nueva York, quien también creó el Museo Memorial del 11 de Septiembre.
El modelo transparente e iluminado del Segundo Templo, impreso en 3D, permite conocer cómo era su interior
Otra exposición presenta un globo terráqueo interactivo en el que los visitantes marcan su país de origen, que luego mostrará la distancia desde allí a Jerusalén, y un modelo trasparente e iluminado del Monte del Templo de la época del Segundo Templo, que se creó con una impresora 3D.
Otro punto digno de mención es el esfuerzo conjunto del Departamento de Conservación de la Autoridad de Antigüedades y el Ayuntamiento de Jerusalén, que trasformaron la fortaleza medieval que alberga el museo en una estructura accesible para visitantes con necesidades especiales. Por este motivo, el museo recibió el Premio Israel de Accesibilidad 2023 y una mención internacional de accesibilidad en Viena.
El recorrido del museo gira en torno a tres ejes principales: Judaísmo, Cristianismo e Islam. En cada espacio, los visitantes aprenden sobre la ciudad y su historia a través de tres áreas de conocimiento: figuras, ethos y lugar. La figura puede ser Jesús, Mahoma o el rey David, y el ethos representa la característica de cada uno de ellos, mientras que el lugar sigue siendo Jerusalén.
«Junto a las pantallas interactivas que permiten sumergirse en los distintos períodos de la ciudad, también mostramos artefactos auténticos conservados a lo largo de su historia», explica Liber. «Por ejemplo, sellos oficiales del período del Primer Templo con nombres escritos en hebreo. En el mundo en que vivimos hoy, es importante ver algo auténtico», sostiene Liber, llamando la atención sobre varios objetos que pertenecieron a la guarnición romana que estuvo estacionada bajo el general Tito. «Si saltamos cientos de años hacia adelante, tenemos una carta de David Ben Gurión enviada a un niño durante la Guerra de Independencia de Israel, en la que le asegura que al final todo terminará bien», añade.
Una maqueta de la Ciudad Vieja, creada hace 150 años, expuesta en el museo
Luego se pasa a la sección dedicada a la vida judía en Jerusalén, y a la que presenta la historia del Islam en la ciudad, ubicada en un edificio que fue mezquita hace 800 años y sirvió de fortaleza militar bajo el dominio jordano.
El museo también ha recibido un nuevo nombre, «Museo de la Torre de David de Jerusalén», con el apoyo de la Fundación Clore Israel, la Fundación Patrick y Lina Drahi, el Ayuntamiento de Jerusalén, el Ministerio de Turismo y el Ministerio de Jerusalén y Patrimonio.
El museo también enseña los procesos de santificación de la ciudad a lo largo de los siglos, con la ayuda de tres galerías. «Una galería presenta mil años de Judaísmo, centrándose en sus dos Templos, empezando por la decisión del rey David de hacer de Jerusalén la capital en lugar de Hebrón».
Leiber señala una maqueta bien iluminada del Segundo Templo, y nos sumergimos en películas de animación que cuentan la historia de la ciudad, creadas por artistas contemporáneos como Folman, David Polonsky, Lena Guberman y otros. «También queremos que la historia de la ciudad llegue a las generaciones más jóvenes, por eso incluimos las películas junto a los modelos en 3D y las pruebas arqueológicas», explica Liber.
«La tecnología es una herramienta excelente. Es un lenguaje contemporáneo, y con su ayuda realzamos el pasado y lo hacemos accesible. Por ejemplo, hay un mapa antiguo gigante de Jerusalén que, al pulsarlo, muestra animaciones que parecen reales. Las reacciones de los niños son asombrosas», concluye.
*Escritoria, reportera y artista plástica.
Fuente y fotos: Ynet (ynetespanol.com).
Versión NMI.