En el Centro Cultural Chacao este fin de semana
Asdrúbal Blanco como Antonio, y Juan Carlos Grisal en el papel de Shylock
(Foto: elestimulo.com)
La figura esencial de esta obra de Shakespeare es el prestamista judío Shylock, cuyo comportamiento parece reflejar viejos prejuicios medievales: si el importante préstamo que le otorgó al mercader no podía ser honrado, exigió como cláusula penal “una libra de tu carne”. Esta exigencia absurda y cruel motivó que la pieza haya sido considerada antisemita a lo largo de los siglos. José Tomás Angola, director de este nuevo montaje, y Juan Carlos Grisal, quien la versionó y representará a Shylock, opinan sobre la controversia y el enfoque que le están dando a la obra
Sami Rozenbaum
NMI. ¿Cómo decidieron montar esta obra tan polémica?
José Tomás Angola. El proyecto original lo plantea y origina Juan Carlos Grisal. El Mercader de Venecia es una de las obras más controversiales, complicadas y, vamos a decirlo así, obviadas de Shakespeare, por una percepción, la mala utilización y manipulación que se le hizo a esta pieza. Me parece que hay que darle una oportunidad, porque históricamente ha sido malinterpretada, calificada como antisemita porque el villano, digámoslo así, es judío, pero entonces tendríamos que decir que Shakespeare era también antibritánico, porque Ricardo III es un personaje horrible, Macbeth es un personaje horripilante. Además, cuando Shakespeare escribió esa pieza, nunca en su vida había visto un judío, pues hacía dos siglos que los judíos habían sido expulsados de Inglaterra.
José Tomás Angola —en primer plano— trabajó la puesta en escena sobre un concepto de Juan Carlos Grisal
¿Entonces cuál es el enfoque que le estás dando?
El tema que tiene mayor fuerza dentro de la obra es: ¿Qué es la justicia humana? ¿Es realmente justicia? ¿Hay verdaderamente una búsqueda de justicia? ¿O en todo caso, lo que se le opone es la misericordia? ¿Es la misericordia una respuesta a la justicia humana? ¿Cómo podemos parecernos a la justicia divina?
Ese es el manejo que hago de la pieza, que además me permite explorar la dimensión humana. Todos los personajes reflejan la ambigüedad de sus vidas; en el caso de Antonio, es un cristiano que se considera como tal, pero es hipócrita, porque siendo cristiano y manteniendo los criterios de que “la usura no es buena, tienes que amar al prójimo”, es un tipo que maltrata, veja y humilla a Shylock, y lo usa para solicitarle un préstamo, aunque él considera indigno el pago de interés, la usura y todo aquello. Entonces es un personaje hipócrita, esa es una denuncia. Y Shylock lo que está exigiendo es totalmente justo: el cumplimiento de un contrato que se firmó con toda conciencia y claridad de parte de Antonio.
José Tomás Angola dando instrucciones a los actores Asdrúbal Blanco, Juan Carlos Grisal y Absalón de los Ríos
El personaje de Porcia dice algo que me parece bellísimo: si Dios, que es la justicia perfecta, solo fuese justo, nadie entraría en el cielo. Solo podemos entrar porque es misericordioso. La justicia humana es diminuta, falsa, porque lo que podemos es castigar los actos, no los corazones. Entonces deberíamos parecernos más a la justicia divina, y la única forma de lograrlo es ser misericordiosos.
En el fondo, Shakespeare hace el primer alegato de humanización de un personaje judío en la historia de la literatura occidental: “¿Es que acaso el judío no tiene ojos? ¿No tiene manos? ¿Si me pinchas no sangro? ¿Si me haces cosquillas no me río?” Creo que ese monólogo es una de las joyas de la literatura occidental, donde se humaniza a ese personaje, pues él dice: “Soy igual que ustedes”. Lo que ocurrió fue que esta obra ha sido utilizada con saña, con maldad y manipulación. Nosotros queremos, de alguna forma, restaurar la visión original que tenía Shakespeare.
¿Cuál ha sido tu experiencia en la dramaturgia?
Este año estoy cumpliendo 33 años en el teatro. Me decanté por la literatura, fundamentalmente como dramaturgo, pero también tengo libros de cuentos, poesía, trabajo universitario como profesor, etcétera, y con una especial vocación hacia el teatro clásico. Por eso quizá no soy un tipo tan famoso ni económicamente rentable, porque siempre he mantenido la bandera de que el teatro no puede verse como un negocio. Yo abogo por un teatro de arte, un teatro que haga reflexionar al espectador, que le dé herramientas para pensarse, para verse, para reconocerse, para entenderse, porque son oportunidades que no ocurren hoy en día.
NMI. ¿Cómo ideaste este montaje?
Juan Carlos Grisal. Durante la encerrona de la pandemia tuve la oportunidad de hacer un par de talleres online de dramaturgia, y uno de los ejercicios era tomar una historia y hacer una adaptación; es decir, agarrar un texto y reescribirlo, que dijera lo mismo pero con otras palabras. Entonces se me ocurrió El Mercader de Venecia, que siempre me ha llamado la atención. Lo que hice fue eliminar personajes y escenas que me pareció que no tenían ninguna significancia dentro de la obra, y dejé lo que es realmente medular, que son estas dos historias, estas dos tramas. Se lo presenté a José Tomás y le encantó, le gustó mucho.
Juan Carlos Grisal caracterizando a Shylock durante un ensayo
¿Ya habías trabajado en dramaturgia?
No, yo soy principalmente músico, cantante. Me dediqué durante muchos años al área publicitaria, pero la música me ha acompañado desde la infancia. He cultivado la música tradicional venezolana y la música trovadora hispanoamericana, son los géneros que más me gusta interpretar; pero soy muy estudioso con distintos géneros, como la música sefardí, que interpreté recientemente en un evento en Hebraica. La actuación vino después, estudié y me formé como actor. La primera vez que entré en un proyecto de Shakespeare fue en la obra Medida por Medida, dirigido también por José Tomás Angola, donde hice el papel del trovador. En este montaje soy el productor, el versionista y uno de los protagonistas.
Shakespeare siempre me atrajo porque trata temas universales. A pesar de que esta obra fue escrita hace más de 400 años, sigue vigente porque toca temas del amor, la lealtad, la nobleza de la amistad. Shakespeare nos acostumbró a que en sus piezas estén representadas todas las pasiones humanas, todos los sentimientos; todos sus personajes están plasmados con sus diferentes registros. Por eso digo que en esta pieza no hay héroes ni villanos. Todos tenemos nuestros lados luminosos y nuestros lados oscuros.
¿El Mercader de Venecia se había montado antes en Venezuela?
Se hizo en la década de 1940. Y tengo entendido que la montaron también hace como 20 años, pero no conozco los detalles.
¿Cómo serán la escenografía y el vestuario?
Gran parte de la escenografía es virtual. Hay mucha proyección de videomapping, un recurso tecnológico que José Tomás Angola usa mucho en sus montajes. Entonces vas a ver la casa de Shylock, que en realidad serán unas ventanas proyectadas, y también se proyectará un jardín por donde viene caminando Porcia con su doncella mientras conversan.
El vestuario no es de época, no es histórico, es contemporáneo pero al mismo tiempo atemporal; tiene mucha plasticidad, y la paleta de colores es muy neutra: blanco, negro o gris. El único elemento de color va a estar en las proyecciones, y en la kipá roja que usan tanto Shylock como su amigo Tubal. Es un montaje muy expresionista.
Dos momentos de uno de los ensayos
¿Siempre pensaste en ser Shylock?
Sí. Apliqué aquello que le escuché a algún director: “Si quieres interpretar un personaje no esperes que te toque a la puerta, que venga alguien y te diga ‘Mira, tengo un personaje para ti, el personaje de tu vida’”. No, eso no existe. Si quieres hacer un personaje procúratelo tú mismo, escríbetelo, entrégatelo, trabájalo y haz el personaje que tú quieres hacer.
El Mercader de Venecia se presentará en el Centro Cultural Chacao el viernes 31 de mayo a las 6:00 pm, y el sábado 1º y domingo 2 de junio a las 4:00 pm.
Las entradas estarán a la venta en taquilla y en la plataforma liveri.com.ve
ELENCO
Asdrúbal Blanco: Antonio, el mercader de Venecia
Juan Carlos Grisal: Shylock, rico prestamista
Absalón de los Ríos: Bassanio, el mejor amigo de Antonio
Rut Gruber: Porcia, la rica heredera
Julio César Arana: Graciano, amigo de Antonio y Bassanio
Virginia Rivero: Nerissa, doncella de Porcia
Miguel Ángel Treccia: Lorenzo, amigo de Antonio y pretendiente de Jéssica
Karla Mosquera: Jéssica, hija de Shylock
Gerardo Soto tiene tres papeles: Príncipe de Marruecos y pretendiente de Porcia; Príncipe de Aragón, pretendiente de Porcia; y Tubal, amigo de Shylock
Edisson Spinetti: Salarino, amigo de Antonio. Narrador de Venecia
Carlos Abbatemarco: El Duque, gobernante de Venecia
FICHA TÉCNICA