Efraim Zadoff*
Meguilat Ester, libro del Tanáj (en su tercera sección, Ketuvim o “Escritos”) que se lee en la festividad de Purim, es uno de los cinco libros denominados Meguilot o “rollos”, junto con Shir Hashirim (Cantar de los Cantares), que se lee en Pésaj; Ruth, que se lee en Shavuot; Eijá (Lamentaciones) de Tishá BeAv, y Kohélet (Ecleciastés), que corresponde al Shabat de la festividad de Sucot.
En esta Meguilá se narra la historia de un intento de exterminar a los judíos del reino de Persia durante la época del rey Ajashverosh (Asuero) y su salvación. De acuerdo con el texto, ese evento es el motivo para la celebración de la festividad de Purim.
En el centro de la historia está la planificación alevosa por parte de Amán, ministro principal del reino, de aniquilar a los judíos. A él se enfrentan Mordejái el judío y su prima Ester, quien fue elegida al comienzo de la narración para ser reina, es decir la mujer preferida en el harén del rey Ajashverosh. Gracias a su posición y astucia, Ester logra frustrar la manipulación de Amán y los judíos se salvan.
La tradición judía indica que el libro de Ester se lee en las sinagogas en la víspera de Purim al anochecer, y al día siguiente, de un manuscrito en pergamino. Los rollos de Ester han sido en la historia del arte judío objeto de ornamentaciones y creaciones artísticas sofisticadas. Se estima que fue redactado entre finales de la época persa y comienzos de la helénica (400-200 a.e.c.).
Las interpretaciones sobre esta historia son diversas. Hay quienes dicen que es una crónica de hechos verídicos, y los ubican en el reinado de Jerjes (485-465 a.e.c.), bisnieto del rey Ciro, fundador del Imperio Persa que se extendía desde la India hasta África (Kush), luchó contra Egipto y sofocó una rebelión de los babilonios. Otros identifican a Ajashverosh con el rey persa Artajerjes, quien gobernó durante la época helenística.
Pero otros estudiosos plantean que esta es una historia imaginaria, y que Ajashverosh es un personaje literario que representa, en forma estereotipada, a un rey persa.
En esta narración se utilizan muchos conceptos que corresponden a la tradición lingüística persa, como ajshadarpanim, partemim, gnazim, dat, pitgam. Asimismo, incluye información detallada sobre muchas de las costumbres de la corte real persa. Sin embargo, los investigadores encuentran muchas inexactitudes, tanto en el comportamiento de los personajes como en los procedimientos administrativos allí detallados.
Un aspecto interesante es que en la traducción de la obra al griego, realizada en el siglo III a.e.c. y llamada Septuaginta o “Traducción de los Setenta”, hay agregados al texto tradicional. Uno es la presencia de Dios, al que no se menciona en el texto original, y una plegaria de Ester. Se supone que estos añadidos fueron hechos por los traductores para proporcionar a la narración una perspectiva religiosa.
Esta ausencia de Dios ha sido motivo de amplias discusiones y hasta se llegó a plantear, en debates entre los sabios del Talmud, que esta Meguilá trasgrede las normas religiosas, que no fue escrito de acuerdo a un espíritu piadoso, por lo que no se lo debería aceptar en el canon bíblico. Frente a esta posición se desarrolló un corpus amplio de interpretaciones del libro como una forma metafórica de trasmitir mensajes de fe, en las que participaron eruditos como Rabi Akiva, Rabi Meir y posteriormente Maimónides. Entre otros modos de atribuirle santidad, se interpretaron los diferentes ayunos como expresiones de angustia y pedidos de ayuda a Dios de acuerdo con las normas rituales.
El ámbito de las interpretaciones es sumamente amplio, y no pretendo presentar los diferentes análisis y explicaciones que justifican la redacción de este libro y su inclusión en el canon bíblico. Sin embargo, quiero mencionar la interesante y original interpretación que ofrece el rabino Oren Yehishalom.
Las raíces de esta festividad se remontan en la cultura persa a la festividad de año nuevo Norooz, que cae en el primer día de la primavera, el 21 de marzo. Esta celebración dura al menos dos días, y se festeja con ceremonias de fuego, máscaras, fiestas en las calles y regalos a los menesterosos. Al conquistar los musulmanes los territorios persas (siglo VII), intentaron desarraigar esta festividad sin lograrlo.
En muchas de las colectividades judías de la época del Segundo Templo, la festividad de Purim no existía. Por ejemplo, no es mencionada en los escritos hallados en las cuevas de Qumrán, y tampoco en los de Filón de Alejandría, que datan de las postrimerías de esa época (primera mitad del siglo I e.c.). Tampoco existe en la tradición de los judíos de Etiopía, que es anterior a los finales del Segundo Templo.
Se puede suponer que la función de este libro fue crear una tradición que brindara raíces judías y justificara la existencia de una festividad que ya había arraigado en algunos sectores de la población judía. Esta puede ser una explicación convincente de los siguientes versículos del libro de Ester (26-28): “Por lo tanto llamaron esos días Purim. En consecuencia … los judíos decidieron que ellos, sus descendientes y todos los que se les unieran, continuarán observando esos dos días conforme a lo establecido … cada año, y esos días son recordados y observados por cada generación, cada familia, cada provincia y cada ciudad”. Está claro que estas palabras vienen a explicar, a posteriori, la existencia de la festividad.
El rabino Yehishalom continúa su planteamiento señalando diversos aspectos de la narración que son inverosímiles en la vida diaspórica de las comunidades judías, que siempre eran minorías en el seno de sociedades no judías. Por ejemplo, la matanza de 75.000 de sus enemigos en todo el ámbito del imperio persa. Aun si hubiese una exageración del 90% en este número, es sumamente difícil de creer. Es por ello que él propone leer la Meguilá como un escrito humorístico, cuyo objetivo es divertir a sus lectores y audiencia. Ya desde un comienzo nos presentan personajes con nombres ilógicos, hasta grotescos, para judíos. Ester es una deformación del nombre Ishtar, diosa de la fertilidad y el sexo en Mesopotamia; Mordejái es una variación del nombre Murduj, jefe del panteón de Babilonia.
En su análisis, Yehishalom realiza una comparación con pasajes de otros libros de la Biblia como Melajim (Reyes), o de la historia de Yosef (José) en el libro de Bereshit (Génesis), en los que halla una clara similitud con las metáforas y modismos lingüísticos. En su visión, la Meguilá de Ester está llena de imágenes humorísticas, con el claro propósito de divertir al público. El rabino Yehishalom encuentra en este género literario la respuesta a la ausencia de la mención de Dios. No hay aquí referencias solapadas de la presencia de Dios (ayunos y pedidos), y el redactor tampoco es un “laico” cuidadoso de hacer mención a ritos religiosos. El autor, simplemente, consideró que mencionar a Dios en este tipo de creación humorística habría sido una irreverencia.
Deseo que gocemos la festividad de Purim, que nos invita a tomar las cosas que nos ocurren —y a nosotros mismos— menos en serio. Ver la vida con un poco de humor y que nos riamos, ya que esto nos ayuda a mantener una buena salud. ¡Que tengamos un Purim alegre y divertido!
*Historiador de origen argentino radicado en Israel, co-editor de Enciclopedia de la historia y la cultura del pueblo judío (1998) y Shoá – Enciclopedia del Holocausto (2004), ambas en español. Investigador y conferencista sobre temas referentes a la historia y la cultura del pueblo judío.
Meguilá ibérica de mediados del siglo XV donada a la Biblioteca Nacional de Israel
Uno de los rollos (Meguilá) de Ester conocidos más antiguos del mundo fue donado recientemente a la Biblioteca Nacional de Israel en Jerusalén, hogar de la colección más grande del mundo de textos judaicos, donde también se ha puesto a disposición del público en internet.
Los estudiosos han determinado que el pergamino fue creado por un escriba en la Península Ibérica alrededor de 1465, antes de las expulsiones de España y Portugal a finales del siglo XV. Estas conclusiones se basan en evidencia estilística y científica, incluida la datación por carbono 14.
La Meguilá está escrita en tinta marrón sobre cuero, con una elegante y característica escritura sefardí, que se asemeja a la de un rollo de la Torá. El primer panel, antes del texto del propio Libro de Ester, incluye las tradicionales bendiciones recitadas antes y después de la lectura de la Meguilá, y da fe del uso ritual de este pergamino en una comunidad judía ibérica previa a la expulsión.
Según los expertos, existen muy pocos rollos de Ester del período medieval en general, y del siglo XV en particular. Los rollos de la Torá y de Ester de la España y Portugal anteriores a la expulsión son aún más raros. Antes de la donación, este pergamino era la única Meguilá completa del siglo XV en manos privadas.
El pergamino es un obsequio de Michael Jesselson y su familia, y continúa una tradición familiar de larga data de apoyo a la Biblioteca Nacional de Israel y sus colecciones. El padre de Michael, Ludwig Jesselson, fue el presidente fundador del Consejo Internacional de la biblioteca (entonces conocida como la «Biblioteca Nacional y Universitaria Judía»), y un adalid durante décadas en apoyar esa institución.
Según Yoel Finkelman, curador de la Colección Judaica Haim y Hanna Salomon de la Biblioteca Nacional de Israel, la nueva adición es “un testimonio increíblemente raro de la rica cultura material de los judíos de la Península Ibérica. Es uno de los rollos de Ester más antiguos que existen, y una de las pocas meguilot del siglo XV que se conservan. La Biblioteca tiene el privilegio de albergar este tesoro, y de preservar el legado de la judería ibérica previa a la expulsión para el pueblo judío y el mundo.
Fuente: Biblioteca Nacional de Israel (nli.org.il). Traducción NMI.