A pesar de las campañas de odio y boicot, los deportistas de Israel están logrando que la bandera judía se ice para que todos la vean, y que el himno del Estado judío suene para que todos lo escuchen
Minsk. Chemnitz. Antwerp. Berlín. Cracovia. Dublín.
¿Qué tienen esas ciudades en común?
El pogrom de Antwerp tuvo lugar el 14 de abril de 1941, cuando 200 habitantes locales pronazis quemaron dos sinagogas, destrozaron los vidrios de las tiendas propiedad de judíos, y hostigaron a la población judía. Desde mayo hasta septiembre de 1942, se sometió a 1.500 hombres judíos de Antwerp a trabajos forzados en el norte de Francia. Los judíos de Antwerp padecieron tres redadas por parte de los alemanes y la policía local en 1942; en total, se masacró a 65% de ellos durante la Segunda Guerra Mundial.
Trasladémonos a abril de 2018. Lidar Dana, Yannai Kalfa, Efi Sach y Daniel Uralevitch, integrantes del equipo masculino de gimnasia acrobática de Israel, hacen su entrada en una instalación deportiva de Antwerp. Su perfecto desempeño hace que el comentarista de la televisión destaque: “Si usted no sabía nada sobre gimnasia acrobática, bienvenido: acaba de ver cómo debería ser”. Estos cuatro jóvenes israelíes superan a China, Rusia, Portugal, Bélgica y Alemania, para obtener el oro. El público de Antwerp se mantiene en silencio mientras observa cómo se iza la bandera israelí, y escucha el himno nacional de Israel, cuya letra describe los dos mil años de anhelo de los judíos por retornar a su tierra.
Hans Frank, el abogado personal de Hitler, dijo que el Gueto de Cracovia se estableció para “limpiar” el barrio judío con el fin de establecer “barrios puramente alemanes” en esa ciudad. Se liquidó al gueto entre junio de 1942 y marzo de 1943; se envió a la mayor parte de sus habitantes a la muerte de Auschwitz.
Adelantemos a julio de 2018. Liel Levitan, de siete años y de la localidad de Tel Hai, viaja a Cracovia con otros 22 israelíes y gana el Campeonato de Ajedrez Escolar en la categoría infantil U7. El público de Cracovia se mantiene en silencio mientras escucha el himno nacional de Israel y se iza la bandera judía.
La ciudad alemana de Chemnitz prohibió que los judíos vivieran en ella en fecha tan temprana como 1539, una proscripción que duró más de 300 años. El 1° de abril de 1933, el boicot nazi contra los judíos se implementó en la ciudad. Estalló la violencia y algunas tiendas de propiedad judía tuvieron daños. En octubre de 1938, se expulsó a 300 judíos. La noche del 9 de noviembre de ese año, los nazis y la juventud local incendiaron la sinagoga ante las aclamaciones de la turba. Saquearon las tiendas judías, destrozaron las ventanas de las casas y arrestaron a más de 170 judíos para llevarlos al campo de concentración de Buchenwald. Entre 1942 y 1945, se deportó a 2.000 judíos, casi todos los que quedaban en Chemnitz, a Riga, Belzec y Theresienstadt, donde pereció la mayoría de ellos.
Julio de 2018. El equipo de baloncesto sub 20 de Israel derrota a Grecia, Rumania, Suecia, España y Francia en el campeonato europeo que se efectúa en Chemnitz, ganando el derecho a participar en el juego final contra Croacia, a la que vencen 80 a 66, obtienendo la medalla de oro. La ciudad de Chemnitz tiene el honor de elevar la bandera israelí y escuchar las hermosas notas del himno nacional judío.
La primera expulsión de los judíos de Berlín tuvo lugar en 1446. Después de que se les permitió retornar, ejecutaron públicamente a 41 en 1510 y desterraron de nuevo al resto. Se les dejó volver en 1530, pero en 1573 volvieron a expulsarlos “para toda la eternidad”. La comunidad se restableció en 1671, pero en 1730 restringieron sus derechos con severidad. El 20 de enero de 1942, la Conferencia de Wannsee, que decidió la “solución final del problema judío”, se realizó en ese suburbio berlinés.
Agosto de 2018. La israelí Lonah Chemtai Salpeter gana la medalla de oro en la carrera femenina de 10.000 metros, durante el Campeonato Europeo de Atletismo en Berlín. Los habitantes de la ciudad —el centro principal de las políticas antisemitas y racistas contra los no-arios— observa a una inmigrante de Kenia envuelta en la bandera de su nuevo país, celebrando su victoria con el Hatikva e izando la bandera israelí muy en alto en el cielo de Berlín.
A los judíos de Minsk, actual Belarús, se les prohibió participar en cualquier negocio en 1606, hasta que ese derecho les fue restituido en 1722. Sufrieron terriblemente durante la revuelta de Jmielnitzki y la Guerra Ruso-Polaca a mediados del siglo XVII. Durante el Holocausto, decenas de miles de judíos de Minsk fueron asesinados en ejecuciones masivas, y arrojados en grandes fosas en los bosques cercanos.
Agosto de 2018. Una adolescente israelí llamada Linoy Ashram regresa a Minsk, donde gana la medalla de oro en el Desafío Global de Gimnasia Rítmica, rompiendo el récord mundial en manejo de varas. La bandera judía es izada para que todos la vean, y el himno del Estado judío suena para que todos lo escuchen.
En mayo de 2018, el alcalde de Dublín, Micheal Mac Donncha, llamó a que la República de Irlanda boicotee el próximo Festival de Eurovisión que se realizará en Israel. “Pienso que el horrible sufrimiento del pueblo palestino necesita destacarse”, explicó, agregando que “la campaña de solidaridad irlandesa-palestina ha recabado los nombres de 500 artistas que han dicho que no trabajarían en el Estado de Israel, que lo boicotearían en protesta por el tratamiento al pueblo palestino”. Su concejo municipal aprobó recientemente dos resoluciones endosando el movimiento BDS y llamando al gobierno nacional a expulsar al embajador de Israel.
Exactamente tres meses después, en agosto de 2018, dos nadadores paralímpicos israelíes, Inbal Pezaro y Ami Dadaon, obtienen medallas de oro en el Campeonato Paralímpico en Dublín. Inbal, una veterana, gana en 200 metros libres, mientras Ami, de apenas 17 años, lo hace en 100 metros. La ciudad, cuyo liderazgo ha mostrado un desprecio tan intenso por Israel, se ve precisada a izar la bandera israelí y escuchar el himno nacional de Israel.
El mundo puede seguir intentando perseguir y silenciar al pueblo judío y a Israel, pero como los últimos seis meses han demostrado, continuaremos prosperando y logrando triunfos sin importar lo que el mundo nos arroje en el camino. La bandera de Israel y su himno nacional acompañarán esos triunfos en todas partes, para que el mundo entero esté muy consciente de nuestro éxito y supervivencia.