C uando la Alemania nazi invadió Polonia en 1939, crearon guetos amurallados en las ciudades más grandes para concentrar a los judíos.
Henryk Ross trabajaba como fotógrafo deportivo en la ciudad de Lodz. Una vez preso en el gueto, el Departamento de Estadísticas lo empleó para tomar fotografías de identificación e imágenes de propaganda de las fábricas que utilizaban mano de obra esclava para producir suministros para el ejército alemán.
Mientras no estaba trabajando, Ross documentaba la horrible realidad del gueto, con un tremendo riesgo personal. Asomando su lente a través de agujeros en las paredes, puertas agrietadas o los pliegues de su abrigo, captó escenas de hambre, enfermedad y ejecuciones.
Mientras decenas de judíos eran deportados desde el gueto hacia los campos de exterminio de Chelmno y Auschwitz, él siguió tomando fotos. También captó pequeñas chispas de alegría, juegos, conciertos y bodas, cada una muestra de resistencia ante un régimen deshumanizador.
Cuando el gueto de Lodz estaba siendo liquidado en el otoño de 1944, Ross enterró sus fotos y negativos en una caja, con la esperanza de que sobrevivieran como un registro histórico. Él sobrevivió y fue capaz de recuperar la caja en enero de 1945, después de que el Ejército Rojo liberó el área. Mucho del material había sido dañado por el agua, pero aproximadamente la mitad de sus 6000 imágenes pudieron salvarse.
Ross testificó en el juicio a Adolf Eichmann en Jerusalén en 1961. Falleció en 1991.
Fuente: Mashable y Wikipedia. Traducción NMI.