Mientras algunos temen la desintegración de la Autoridad Palestina, ex altos funcionarios estadounidenses opinan que Israel debería promover su final para que una nueva generación de líderes pueda hacerse cargo
Ariel ben Solomon*
A pesar de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó el plan «Paz para la prosperidad» a principios de este año para resolver el conflicto de décadas entre israelíes y palestinos, queda claro que no hay en el horizonte negociaciones entre las dos partes, debido al boicot palestino a la administración Trump.
Dada esta situación, y las discusiones sobre la posible decisión de Israel de aplicar su soberanía sobre partes de Judea y Samaria, se están planteando preguntas sobre la viabilidad de la Autoridad Palestina, especialmente cuando su líder Mahmud Abbas, de 84 años, ha amenazado una vez más con cortar la cooperación de seguridad con Israel.
Mientras que tanto en el gobierno israelí como en el estadounidense temen el colapso de la AP, ex altos funcionarios de EEUU opinan que Israel debería promover el fin de esa entidad, para que una nueva generación de líderes pueda hacerse cargo.
Según Harold Rhode, antiguo asesor sobre asuntos islámicos de la Oficina de Evaluación del Departamento de Defensa de Estados Unidos, el colapso de la AP «puede presentar una oportunidad para los palestinos tengan un futuro más brillante, con un liderazgo menos opresivo y más joven». Reconoce que ese colapso podría no cambiar muchas cosas en el frente de la seguridad, ya que Israel es el único poder que puede mantener la ley y el orden en Judea y Samaria. De hecho, agrega, «los propios palestinos prefieren el dominio israelí».
El mayor beneficiario de la AP: Mahmud Abbas lleva 15 años en el poder, de los 5 para los cuales fue electo
(Foto: AFP)
El liderazgo de los palestinos está siempre basado en el clan y la familia, ya que esa es la forma en que las cosas se deciden sobre el terreno, dice Rhode. «Los líderes designados por la AP son forasteros. Como dicen los locales, la mayoría de los fondos extranjeros son despojados por la élite de matones que los gobierna, y la gente realmente no recibe casi nada de toda esa ayuda».
Además, el enviado de la ONU al Medio Oriente advirtió recientemente que la Autoridad Palestina está en riesgo del «colapso total» debido al brote de coronavirus. «Los pagos salariales de mayo se retrasaron debido a una reducción del 80% en los ingresos palestinos», advirtió Nikolay Mladenov al Consejo de Seguridad de la ONU. «No está claro si el gobierno palestino tendrá recursos suficientes para los futuros pagos salariales o, de hecho, para continuar desempeñando sus funciones en los próximos meses».
El ministro de economía de la AP, Kahled al-Osaily, negó que estuviera al borde de un colapso financiero y que pudiera pedir prestado a otros bancos para cubrir los gastos.
Al mismo tiempo, parece que la AP está tomando medidas enérgicas contra la disidencia, y los palestinos que apoyan la soberanía israelí están siendo arrestados. Por ejemplo, algunos palestinos que declararon a la televisión israelí que apoyan el plan de Israel fueron detenidos, según informaron AFP y el canal 13 de la TV israelí.
El reporte revela un gran abismo entre lo que dicen los líderes de la AP y lo que los residentes realmente sienten. Como explica, «la comprensión de que esta es una oportunidad para una vida diferente saca a la luz opiniones que antes se escuchaban solo a puerta cerrada, muy silenciosamente».
Una mujer palestina entrevistada por teléfono estimó que en su aldea aproximadamente 80% de las personas preferiría la ciudadanía israelí, pero no lo diría públicamente, según el informe del Canal 13 a principios de este mes.
Establecida en 1994 como parte de los Acuerdos de Oslo entre la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) e Israel, la AP se creó originalmente como un organismo interino de cinco años para gobernar partes de Cisjordania y la Franja de Gaza. Sin embargo, a medida que las negociaciones entre israelíes y palestinos se tambaleaban y finalmente fracasaron a fines de la década de 1990 y principios de los 2000, como resultado del creciente terrorismo y la Segunda Intifada, ha continuado sirviendo como un organismo cuasi-gubernamental. Desde que el grupo terrorista palestino Hamás tomó control de la Franja de Gaza en 2006, la AP se ha limitado en gran medida a Cisjordania bajo el liderazgo de Abbas.
David Wurmser, quien se desempeñara como asesor principal en Medio Oriente del ex vicepresidente de Estados Unidos Dick Cheney y desde entonces fundó el Grupo de Análisis Global Delphi, opina: «La AP es en última instancia un fósil de un concepto creado en la década de 1990 en circunstancias muy diferentes”. «Debe hacerse un examen de la validez de todos los supuestos que llevaron a ese concepto», continúa. «El concepto era que Israel puede reprimir de manera más efectiva y confiable la violencia si se hace a través de una organización palestina, y ninguno se consideraba más ‘auténtico’ que la OLP».
Si bien a Abbas y sus amigos no les interesa poner fin a la Autoridad Palestina debido a los fondos que obtienen de la corrupción y otros lujos, Rhode señala que Abbas continúa cooperando en materia de seguridad y otros asuntos con Israel porque se da cuenta de que le interesa hacerlo, además y lo mantiene en el poder.
Muchos palestinos «prefieren a los soldados israelíes en los controles de carretera, que al menos los tratan con dignidad», dice Rhode, y agrega que «la AP los humilla y exige sobornos».
Al principio Israel pensó que la OLP, y más tarde la AP, sería capaz de controlar la violencia palestina, pero esta suposición terminó siendo errónea. «El precio que se le pidió a Israel, y se esperaba que pagara por subcontratar la represión de la violencia palestina, fue acceder a la demanda palestina de obtener la condición de Estado, que dentro de ciertos límites parecía en ese momento un precio tolerable «, señala Wurmser.
La Autoridad Palestina debía ser como una estación en el camino hacia la estadidad, aparentemente una concesión revocable si las cosas se ponían mal, explica; y agrega que era inimaginable que el débil liderazgo palestino, delimitado entre Jordania e Israel, estaría disuadido de actuar violentamente contra Israel.
La suposición clave era que «la Autoridad Palestina en su debilidad podría usarse como un vehículo para que las estructuras de seguridad de Israel controlaran a los palestinos porque estaba en deuda con Israel, y su autenticidad era lo que Israel necesitaba como cobertura».
Sin embargo, esta suposición no terminó resultando según lo planeado, ya que el liderazgo palestino terminó incitando al terrorismo contra Israel.
Irán y Turquía continuarán entrometiéndose
Ahora, la debilidad de la Autoridad Palestina se ha convertido en su mayor influencia, afirma Wurmser, explicando que esencialmente ha creado una situación de rehenes en la que tiene un arma apuntada a su propia cabeza para obligar a Israel, Estados Unidos y Europa a darle aún más.
En otras palabras, el liderazgo de la AP usó su posición como un poder débil contra Israel, y luego recibió apoyo internacional y fondos para mantenerla en funcionamiento. Pero al final, la AP cooperó con su rival, Hamás, contra Israel.
Desde el principio la AP se convirtió en el habilitador de Hamas, dice Wurmser, y explica que «en parte, esto fue directo, y en parte como un obstáculo para exigir más concesiones y al mismo tiempo forzar la indulgencia hacia su cada vez mayor incitación, acumulación de armamento y, en última instancia, la violencia». Al mismo tiempo «la OLP/AP no puede buscar una resolución final del conflicto, ya que su esencia y autenticidad están ancladas a su legitimidad fundacional».
Por lo tanto la Autoridad Palestina no quiere una solución, pero exige su cooperación a un alto precio, mientras apacigua a Hamás y otros grupos violentos.
Mientras tanto, Irán y Turquía están invirtiendo en un creciente apoyo entre los palestinos. Irán ha respaldado durante mucho tiempo a Hamás y la Yijad Islámica Palestina, mientras que Turquía está financiando un nuevo Centro Islámico cerca del Monte del Templo.
«En ausencia de un plan israelí para impulsar un nuevo liderazgo palestino local, países como Irán y Turquía continuarán entrometiéndose, enfatizando el fracaso del nacionalismo árabe secular, que es débil y corrupto, y promoviendo en su lugar sus propios liderazgos para servir sus propósitos «, añade Wurmser.
Por lo tanto, concluye, el Estado judío debe tomar la iniciativa si la Autoridad Palestina se derrumba, y prevenir el crecimiento de los poderes islamistas en las áreas palestinas: en esencia, «el matrimonio de Israel con la Autoridad Palestina impide ahora a Israel de iniciar una nueva iniciativa estratégica para contrarrestar el peligroso aumento de grupos apoyados por Irán y Turquía».
*Corresponsal para el Medio Oriente de The Jerusalem Post.Fuente: Jewish News Syndicate (jns.org). Traducción NMI.