El Ministerio de Relaciones Exteriores israelí ha ejercido un profundo impacto en la opinión pública del mundo musulmán, al mostrar la verdadera cara del Estado judío y sus habitantes
Felice Friedson* y Uri Cohen
“Nací y crecí en Teherán. Todos los días iniciábamos las clases en la escuela recitando ‘Muerte a Israel, muerte a Estados Unidos’. Durante ocho años estuvimos atrapados en Irán tratando de escapar. Hoy interactúo con millones de iraníes en nombre del gobierno israelí; no puedo expresar con palabras la emoción y la satisfacción que siento».
Sharona Avginsaz es una de las diplomáticas más importantes de Israel en la actualidad. Aunque no es embajadora, cónsul y ni siquiera funcionaria agregada, supervisa el vínculo más amplio y sustancial del Estado judío con el pueblo de Irán, como jefa del Departamento Digital en Farsi del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel en Jerusalén (Foto: Wikimedia Commons)
«Estamos lidiando con una nación enemiga y hostil», dice. «Nuestra plataforma es la única forma de estar allí, de comunicarnos con el público iraní, de construir un puente hacia el pueblo de Irán por encima de su régimen».
Avginsaz es parte de un equipo sorprendentemente pequeño de expertos en redes sociales, jóvenes, enérgicos y motivados, que han operado durante los últimos años desde el Ministerio de Relaciones Exteriores en Jerusalén. Armados solo con una computadora, una conexión a Internet, un profundo sentido de patriotismo y fluidez en farsi o árabe, esta banda de guerreros del teclado ha cambiado el panorama de la diplomacia digital en muy poco tiempo.
Su arduo trabajo, generalmente realizado en las sombras, ha salido a la luz en las últimas semanas con la firma de los históricos Acuerdos de Abraham con los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein. Estos acuerdos han puesto de relieve el brazo diplomático en árabe, y han hecho que el trabajo del equipo digital sea más exigente y mucho más importante.
200 millones de seguidores en varias plataformas
«Fuimos pioneros», dice Yiftaj Curiel, quien dirige el Departamento Digital. “Fuimos uno de los primeros países en abrir canales digitales, y hoy tenemos una de las operaciones más grandes del mundo”.
Comenzando con una sola página de Facebook en árabe en enero de 2011, el equipo de diplomacia digital se ha ampliado desde entonces, expandiéndose constantemente tanto en tamaño como en alcance.
El departamento de Curiel se distribuye en cinco plataformas principales: Facebook, Twitter, Instagram, YouTube y Telegram, mientras que actualmente también ejecuta programas piloto en redes nicho como Pinterest, Reddit, TikTok, LinkedIn y otras.
«Somos el primer ministerio en muchos medios», dice, y señala que la actividad digital de Israel incluye más de 800 canales únicos en 50 idiomas, con unos 10 millones de seguidores.
Estos incluyen más de 250 canales oficiales en embajadas y consulados, unas 250 cuentas de diplomáticos israelíes, así como sitios web, cuentas de la sede y más.
«Somos, con mucho, la red digital oficial israelí más grande», afirma.
Cada mes el departamento llega a unos 200 millones de personas. Solo en Irán, sus cuentas en redes sociales obtienen 5,5 millones de visitas semanales. Sharona Avginsaz señala: «Tenemos una página de Instagram muy exitosa que llega cada semana a 3,5 millones de personas». Agrega que esta plataforma es una de las pocas que no ha sido bloqueada por el régimen de los ayatolás. «Telegram también es muy popular en Irán», dice.
Armados solo con una computadora, una conexión a Internet, un profundo sentido de patriotismo y fluidez en farsi o árabe, esta banda de guerreros del teclado ha cambiado el panorama de la diplomacia digital en muy poco tiempo
Avginsaz describe su jornada laboral habitual como una mezcla entre hacer publicaciones en línea de acuerdo con la estrategia del ministerio, reaccionar a eventos en Irán e Israel, y responder a los mensajes de los seguidores. “Los iraníes están muy sedientos de información confiable sobre Israel. No intento ocultar temas controvertidos cuando surgen; mostramos la verdad”, subraya. “También enfatizamos la cultura israelí. La tecnología israelí genera mucho interés en línea. Medicina, música, la diáspora judeo-iraní en Israel. Eso es lo que los iraníes quieren descubrir”.
Yonatan Gonen es el jefe de la oficina árabe del departamento. Como Avginsaz, es un veterano de la rama de inteligencia del ejército israelí. Supo desde muy joven que quería comunicarse y entrar en contacto con sus vecinos musulmanes. “Toda mi vida ha girado en torno al mundo árabe”, relata. “Crecí con eso a mi alrededor. He tenido muchos amigos en la población árabe-israelí. Así que mi sueño siempre fue hablar directamente con audiencias de todo el mundo, simplemente poder hablar sobre nuestra vida cotidiana, que es muy similar a la de otras personas en otros países». Gonen describe a su equipo como «muy diverso», pues está compuesto por judíos, musulmanes y drusos. «Queremos publicar contenido que ejemplifique esta diversidad, que demuestre la coexistencia, la innovación y las contribuciones de Israel al mundo», afirma, haciéndose eco de Avginsaz.
La sección árabe tiene páginas web para países con los que Israel mantiene relaciones diplomáticas, como Jordania y Egipto, así como para aquellos con los que se encuentra oficialmente en estado de guerra. «Iraq, Marruecos, Arabia Saudita, Líbano», recita Gonen. «La actividad y las reacciones difieren de un país a otro, pero sorprendentemente, los ciudadanos de países que no reconocen formalmente a Israel responden mucho más positivamente que otros». Ofrece una posible explicación a esto: “En el pasado hubo grandes comunidades judías que contribuyeron mucho a la vida social, económica y política en esos lugares, y la gente de allí lo recuerda. Además, esos países no han tenido ninguna guerra reciente con Israel».
Miles de solicitudes de asilo cada día
Tanto Gonen como Avginsaz notan un tipo de reacción que aparece repetidamente en sus feeds y bandejas de entrada, a veces miles de veces al día. “Recibimos una avalancha de solicitudes de asilo”, revela Avginsaz. “Algunos incluso lo hacen a plena luz del día, preguntando ‘¿Cómo puedo emigrar a Israel? ¿Es suficiente mi pasaporte iraní? Fui encarcelada por motivos políticos y acabo de ser liberada. ¿Pueden ayudarme a escapar?’”.
“También tuvimos un atleta de muy alto perfil en Irán que acudió a nosotros en busca de asilo”, cuenta. “Al principio yo trataba de responder cada una de esas consultas personalmente, pero ahora las pasamos al Ministerio del Interior. Desafortunadamente, no creo que podamos hacer mucho por ellos”.
Si bien las reacciones en línea a la labor digital de Israel se han vuelto cada vez más positivas, ha habido un cambio abrupto en los últimos meses, después del anuncio de los Acuerdos de Abraham. «Cada publicación sobre los acuerdos atrajo números increíbles de visitantes, lo que honestamente no podía creer al principio», dice efusivamente Avginsaz. «Una publicación promedio puede obtener 1000 o 2000 ‘me gusta’, pero nuestras publicaciones sobre los acuerdos de paz superan totalmente esa cifra, alcanzando en cierto momento de 40.000 a 50.000 likes en Instagram».
“El tren de la paz”, dibujo que representa a los países árabes que han establecido relaciones diplomáticas con Israel. Sudán lo hizo posteriormente
(Imagen: Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel)
Otro cambio reciente es la disposición de líderes de opinión y personalidades de las redes sociales de esos países a hacerse eco y compartir el contenido del ministerio. «Ese es uno de los desarrollos más importantes», enfatiza Gonen. “Cuando no proviene solo de nuestras cuentas, nos permite llegar a mucha más gente. También proviene de sus bocas”, explica. “Vimos eso desde mucho antes del acuerdo de paz con los Emiratos, por ejemplo. Notamos que personas muy cercanas al príncipe heredero compartían nuestro contenido. Esto es realmente emocionante, porque hace solo unos años habría sido imposible”.
El impacto del equipo digital no ha sido ignorado por los medios de comunicación árabes tradicionales, que se han visto obligados a cubrir algunos de los contenidos más virales, incluido un video del ministerio que muestra a los israelíes discutiendo sobre las naciones del Medio Oriente que más les gustaría visitar. Desde entonces, el clip ha obtenido 20 millones de visitas.
Una nueva forma de diplomacia que funciona
Curiel cree que la arena digital ha demostrado ser muy eficaz para el ministerio, porque “funciona bien” con la forma de ser del israelí. “En general los israelíes somos muy creativos. No nos gusta mucho seguir las reglas. Nos gusta hacer nuestras propias cosas, así que le damos a nuestros diplomáticos la libertad de operar sus propios canales en las redes sociales”.
Pero ese no fue siempre el caso.
“Solíamos enseñar a los diplomáticos que uno nunca puede permitirse hacer nada mal, porque representa a su país. Tienes que comprobarlo todo 20 veces. Debes tener cuidado”, recuerda Curiel. Ese enfoque ha sido repensado. “Los errores son inevitables; debemos saber cómo minimizarlos y controlar los daños. Pero si nunca cometemos errores, probablemente será porque no hemos ido lo suficientemente lejos”. Y continúa: “Este es un medio de gran inmediatez. Tienes que ser muy rápido, muy reactivo. Tienes que correr riesgos. Estamos aprendiendo a hacer eso incluso en este ministerio, que tradicionalmente ha sido mucho más conservador».
El cambio a un enfoque más relajado no ha estado exento de errores, admite el director digital. “Claro, tenemos problemas, probablemente cada semana. Va desde asuntos meramente técnicos hasta cosas más serias”, dice Curiel. “Hace algunas semanas alguien se conectó por error a la cuenta oficial de un diplomático y publicó algo inapropiado. Estas cosas suceden cuando manejas las redes sociales desde tu casa”, señala, refiriéndose a las limitaciones de la cuarentena por el coronavirus.
“Mucho antes del acuerdo de paz con los Emiratos, notamos a personas muy cercanas al príncipe heredero que compartían nuestro contenido”
“También hemos tenido incidentes relacionados con personas que no se dan cuenta de los límites entre las opiniones personales y el papel del diplomático. Cuando esto sucede en una conversación privada, tal vez nadie lo sepa nunca. Pero cuando sucede en línea, no importa si lo borras en un minuto porque alguien, en algún lugar, tiene una captura de pantalla”.
Otra razón por la que la diplomacia digital encaja perfectamente con Israel es el nivel de experiencia del país en alta tecnología. «En Israel están presentes muchas de las principales empresas de internet y cibernética del mundo actual, así que tenemos acceso a ello. Nos esforzamos mucho para encontrar aquí a las personas adecuadas que puedan apoyarnos en nuestras actividades».
Más allá del alcance de las oficinas en árabe y farsi, Curiel cree que la diplomacia digital no puede separarse de las relaciones exteriores tradicionales, e incluso califica a las redes sociales como una “actividad clave” para los diplomáticos. “En el pasado era una especie de pasatiempo. El diplomático se dedicaba a su trabajo habitual «serio» de conocer gente, enviar cables y todo eso, y además, tenía una cuenta de Twitter. Hoy, si no tienes una estrategia digital no estás haciendo tu trabajo correctamente”.
Mientras que anteriormente un embajador o cónsul establecía contacto con unas mil figuras destacadas en el país de destino, hoy puede interactuar con decenas de miles. “Puede llegar a establecer nuevos contactos a través de las redes sociales. Y al final del día, todos esos 50.000 aquí y 50.000 allá en todo el mundo se suman a nuestra capacidad para influir”, dice Curiel. “Esta influencia puede ir desde temas ‘suaves’ como el turismo, hasta los más duros: Irán, seguridad nacional, problemas nucleares. Todas esas cosas tienen hoy una dimensión digital».
Si bien Israel ha sido líder en el mundo de la diplomacia digital, otros países no han tardado mucho en seguirlo. El departamento de Curiel ve esto como una oportunidad en lugar de una amenaza. “Hoy estamos llevando a cabo ‘diálogos digitales’, y brindamos capacitación a las cancillerías de otros países”, revela. “Estamos cooperando con una variedad de ministerios. Estamos en contacto muy, muy estrecho con el Departamento de Estado de EEUU, pero también con gobiernos de Europa y Asia». Prefiere no ser demasiado específico, sabiendo que se trata de un tema delicado. “Todos los ministerios de Relaciones Exteriores están muy involucrados en actividades digitales en estos días. Algunos se encuentran en etapas preliminares, otros están más avanzados, pero todos lo están haciendo”.
La cancillería de Israel también coopera con grupos cívicos y organizaciones académicas. “El mes pasado tuvimos nuestra tercera Conferencia de Diplomacia Digital”, dice Curiel. “Recibimos a 27 cancillerías, representantes de Twitter, participantes de la academia. Hablamos de política, de lucha contra el antisemitismo y el discurso de odio. Hay toda una gama de cuestiones relevantes».
Muchos usuarios de las redes sociales de la cancillería mostraron su satisfacción con los Acuerdos de Abraham descargando una aplicación que superpone las banderas de Israel, los Emiratos y Bahrein en sus rostros. El texto dice: “Gracias por ser parte inseparable de este día histórico. Paz entre los pueblos”
(Imagen: Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel)
Queremos hablar de lo que nos une
Más allá de las iniciativas multilaterales, las consideraciones profesionales y los intereses de seguridad nacional, los hombres y mujeres que operan este único brazo diplomático de Israel afirman que están motivados por una vocación superior. “Nuestro objetivo es crear un diálogo directo con personas del Medio Oriente”, señala Gonen. «Siempre he soñado con eso. Queremos romper los estereotipos convencionales y hablar de lo que nos une. Nuestro contenido más viral siempre es el que trata sobre las similitudes entre el Islam y el Judaísmo. Es muy agradable verlo».
Sharona Avginsaz, quien llegó a Israel desde Irán cuando tenía 13 años, está de acuerdo. “Realmente nos acercamos al público en paz, y las relaciones creadas son inmensamente satisfactorias”, señala. «Ves algunos comentarios reconfortantes».
Recuerda el adoctrinamiento de su infancia en Teherán, y la descripción de Israel y Estados Unidos como enemigos satánicos. Si bien no recuerda haber sido perseguida por su judaísmo, recuerda vívidamente los tortuosos ocho años durante los cuales a su familia, como a todos los ciudadanos judíos, se les negaban los pasaportes y no podían salir del país. “Mi hermano ya había emigrado a Israel antes de la revolución islámica de 1979, y mis padres planeaban seguirlo con el resto de nosotros cuando el régimen cambió repentinamente. Cada pocas semanas, algún oficial de la Guardia Revolucionaria Islámica irrumpía en nuestra casa, exigiendo saber dónde estaba mi hermano y por qué no se había alistado. Mi madre tuvo que inventar diferentes excusas. Fue horrible”, relata.
Finalmente, en 1988, después de afirmar que viajaban a Turquía de vacaciones, la madre de Avginsaz logró escabullirse de Irán con sus hijos y llegar a Israel. “Escapamos como refugiados. Ni siquiera nos permitieron llevar un collar, porque se consideraba propiedad del gobierno».
El padre de Avginsaz, obligado a quedarse como garantía para el regreso del resto de la familia, fue encarcelado y luego puesto en libertad. Perdieron la casa. “Se escondió y finalmente escapó a través de Pakistán, en camello y a pie, hasta que llegó a Israel”, narra. “La cuestión es que nuestra historia no es tan extraordinaria ni única. Muchos judíos escaparon de esa manera».
Hace cinco años habría sido imposible encontrar en Iraq muchas respuestas positivas hacia Israel, pero el 99% de los comentarios en la página local de Facebook de la cancillería israelí, que tiene casi medio millón de seguidores, son ahora positivos
Antes de la revolución de 1979, cuando el Sha Mohamed Reza Pahlevi fue derrocado y se instaló la teocracia islámica, Irán disfrutaba de una cálida relación con Israel. “Hay miles de jóvenes que nacieron mucho después de la revolución y ni siquiera saben cómo era la vida en ese entonces, pero dicen que anhelan esos tiempos de paz y amistad”, dice Avginsaz sobre lo que observa en sus redes sociales.
Hace varios años, la agencia de noticias The Media Line realizó una entrevista especial con miembros de la comunidad judía de Irán. Un tema recurrente fue la popularidad de las trasmisiones en farsi de Radio Israel, actualmente fuera del aire por falta de fondos. La emisora, que funcionó durante décadas, era la fuente de noticias más importante para los iraníes de todos los orígenes. Se decía que incluso el líder supremo era un ávido oyente. “Mis padres la escuchaban religiosamente, incluso 30 años después de haber emigrado a Israel”, dice Avginsaz.
A principios de esta semana, la Knesset discutió la posibilidad de crear un nuevo programa en farsi en la radio pública. Sin embargo, por ahora el alcance digital del Ministerio de Relaciones Exteriores sigue siendo la única fuente de información sobre Israel para los iraníes.
Avginsaz cree que se está produciendo un cambio real. “Claro, algunas respuestas siempre serán negativas”, concede. “Algunos de nuestros seguidores apoyan al régimen de los ayatolás. Cuando no se trata solo de palabrotas, insultos raciales o trolling, trato de responder y crear un diálogo. Pero lo positivo siempre supera con mucho a lo negativo. Me gustaría creer que al menos parte de eso es gracias a nosotros».
Gonen ofrece un ejemplo tangible del efecto del ministerio en la opinión pública en el mundo musulmán. «Hace cinco años habría sido imposible encontrar en Iraq muchas respuestas positivas hacia Israel», indica, pero estima que ahora el 99% de los comentarios en la página local de Facebook del ministerio, que tiene casi medio millón de seguidores, son ahora positivos. «Eso se debe a nuestra actividad en las redes sociales», dice con orgullo.
Durante la última década, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel ha tenido que soportar continuos recortes presupuestarios. Diplomáticos y altos funcionarios, pasados y presentes, han expresado reiteradamente su preocupación por el supuesto desprecio del gobierno por la cancillería y sus capacidades. Gonen insiste en que si bien sortear las dificultades presupuestarias ha sido un desafío, no ha obstaculizado significativamente la capacidad operativa de su departamento. “Sobrevivimos a esta situación”, dice. «Si hubiéramos tenido más dinero y personal podríamos haber creado más contenido, seguramente. Pero creo que al final del día depende de quién esté aquí”, dice sobre sus compañeros.
“Realmente queremos trabajar duro y mostrarle al mundo árabe el verdadero rostro de Israel. A veces tenemos que hacerlo sin dinero. Pero lo hacemos por nuestro país, y creemos que es extremadamente importante. Simplemente hacemos nuestro mejor esfuerzo».
*Experta en Comunicaciones; creadora de The Media Line, agencia de noticias de EEUU especializada en el Medio Oriente.
Fuente: The Jerusalem Post / The Media Line.
Traducción NMI.