Moshé al habla.
“Y recordarás todo el camino por el cual te condujo el Eterno tu Di´s durante cuarenta años por el desierto, para afligirte y examinarte para conocer lo que está en tu corazón, si guardarás mis preceptos, o no. Y te hizo sufrir y te hambreó, y te alimentó con el mán, el cual no sabías de él y no conocían tus padres, para darte a conocer que no solamente de pan vivirá el hombre, sino, de cualquier pronunciamiento verbal del Eterno el hombre habrá de vivir”. (8, 2-3)
Así se transmite al género humano la clave para obtener paz, armonía y tranquilidad en la vida. Saber que el sustento no depende de los medios que utilice para vivir, sino, exclusivamente, de la palabra del Creador del universo.
Es más, las razones por las que Di´s en ocasiones manda al hombre faltas, pérdidas, negocios no exitosos, etc., es únicamente para saber dónde está parado, si a pesar de todo lo que le sucede continúa con su fe inquebrantable, o es meramente circunstancial.
Rabí Eliyahu Dessler, ZT”L, dice: “Una de las formas en las que el alma se compara a Su Creador es, así como Di´s alimenta al mundo entero, de la misma forma el alma abastece al cuerpo. Ya que principalmente la existencia del mundo es por medio del “Espíritu” del Todopoderoso, la influencia hacia éste, y su Voluntad. Como está escrito: “No solamente de pan vivirá el hombre…” Del mismo modo el alma, pues ella es la que da vida, y permite el desarrollo del hombre, el pan viene únicamente como cubierta para ocultar el milagro”.
Durante su estadía en el desierto Israel experimentó la más fuerte y difícil prueba que el hombre pudiera atravesar en su vida. Di´s les proveyó de un tipo de alimento que, de acuerdo a los registros, no era compatible con ningún tipo de organismo. Su consistencia hasta el día de hoy no se conoce a ciencia cierta, su sabor, dicen nuestros sabios, dependía del pensamiento que cada uno pusiera al momento de ingerirlo. No todos tenían el mérito de que les llegara cerca de su carpa, dependía del grado de temor a Di´s que tuvieran; era un alimento que ponía al descubierto el nivel espiritual de cada uno de ellos. Además, dicho alimento no era expulsado, se impregnaba dentro de los órganos, y proporcionaba la vitalidad y energía necesarias para el cuerpo. Y, sobre todas las pruebas mencionadas, no podía guardarse de un día para el otro. Israel debía confiar en que, así como el día de hoy el mán cayó como se esperaba, de la misma manera, y sin lugar a dudas, caerá al día siguiente.
En la actualidad la ciencia comprueba de qué manera cada tipo de alimento beneficia a un distinto sector del cuerpo humano. Los nutricionistas pueden emitir teorías basadas en experiencias y hechos reales. No obstante, si analizamos el funcionamiento del complejo alimenticio y la estructura química de cada una de las vitaminas y minerales que necesitamos para vivir, a final de cuentas ¿Quién dijo que deben funcionar justamente de esa manera? ¿Por qué la vitamina A es buena para la visión y la C nos ayuda a evitar catarros? La ciencia también llega a un punto de quiebre, donde no encontrará explicación a estos cuestionamientos.
¡Bravo! Llegaron a entender el mán
Así como no se puede comprender de qué manera el mán alimentó a Israel durante cuarenta años, de la misma forma debemos llegar a “entender”, que no entendemos de qué manera nuestros esfuerzos nos proporcionan el sustento diario, pues todo es un gran milagro.
Y esta es, en breve, el secreto de la paz y la tranquilidad que tanto buscamos. Ciertamente debemos ocuparnos en nuestra manutención, sin embargo nuestra principal preocupación deberá centrarse en apegarnos a Él – eso sí está en nuestra plena decisión – y dejar en Sus manos la angustia por nuestro sustento
Shabat Shalom