El 4 de julio de 1776 se firma la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos, aun cuando se sabe que en efecto la separación de las 13 colonias norteamericanas de la Gran Bretaña, ocurrió de hecho dos días antes, el 2 de julio de 1776.
Un dato curioso que vale la pena reseñar es que dos de los firmantes de esa acta de Independencia, que fueron a la postre presidentes de Estados Unidos, John Adams y Thomas Jefferson, murieron el mismo día, el 4 de julio pero de 1826.
Aun cuando James Monroe no fue firmante del acta, se le considera como uno de los padres de la patria y también fue presidente, y murió justamente un 4 de julio pero de 1831, siendo el tercer presidente que en forma consecutiva fallece en esa fecha.
Solo un presidente de dicho país nació ese día, y fue Calvin Coolidge.
En otro 4 de julio, pero 200 años más tarde, se ejecutó la asombrosa operación militar israelí denominada Rescate en Entebbe, cuando un comando de élite del Mossad liberó a más de 250 personas, entre pasajeros y tripulantes, de un avión de la línea Air France que despegó de Tel Aviv rumbo a París y fue secuestrado por terroristas palestinos y alemanes, que luego de obligar a los pilotos a aterrizar en Benghazi, Libia para reabastecer combustible, se dirigieron rumbo a Entebbe, Uganda, dominada para la época por el sanguinario dictador Idi Amin Dada.
El famoso cuadro Firma del Acta de Independencia, de Martín Tovar y Tovar (1876)
Cien comandos de élite israelíes volaron a más de 3500 kilómetros de distancia al aeropuerto de Entebbe, y en 53 minutos de acción lograron rescatar a la gran mayoría de los rehenes, falleciendo lamentablemente tres de los 248 pasajeros y 12 tripulantes que viajaban en la nave secuestrada.
En la operación murió el comandante de la misma, Yonatan Netanyahu, cuyo bendito nombre lleva mi promoción de bachillerato del Liceo Moral y Luces Herzl Bialik. Yonatan era el hermano mayor de Benjamín Netanyahu, quien ha sido primer ministro de Israel en varias oportunidades, e hijo de Benzión Netanyahu, quien formó parte del círculo íntimo de Menajem Beguin en los años previos a la independencia del Estado de Israel.
Esta acción militar de alta inteligencia, talento, capacidad, determinación y valentía, demostró una vez más lo que para Israel significa la vida humana.
A raíz de esta operación única en los anales de la historia militar moderna, Estados Unidos empezó a trabajar en la formación de unidades de élite para ejecutar misiones de este tipo o similares.
Aprovecho esta tribuna para enviar un saludo fraterno a mi buen amigo Ricardo Hirschfeld, quien arribó a sus 64 años desde aquel 4 de julio de 1958, mejorado 120 con salud y sonrisas.
Pasamos al 5 de Julio de 1811, cuando los venezolanos también hicimos historia con la firma del Acta de Independencia, que a su vez convertía a Venezuela en la primera colonia en América que lograba emanciparse de la corona española, promulgando meses después, el 21 de diciembre, la primera Constitución venezolana y de Iberoamérica.
El acta de la independencia fue firmada por siete de las diez provincias que formaban parte de la Capitanía General; por ese motivo, hasta hace pocos años la bandera venezolana llevaba siete estrellas entre otros símbolos.
Este hecho jurídico, de profundo valor histórico, tuvo que esperar para una consolidación real y efectiva de la emancipación y libertad venezolana del yugo español hasta el 24 de junio de 1821 en la Batalla de Carabobo, donde se consagró la patria en un grito libertario y solemne.
Estas dos fechas, 4 y 5 de julio, sin lugar a dudas marcaron para la eternidad los principios que todo ser humano posee desde su nacimiento: su libertad, su dignidad, y el respeto a su vida, y toda nación que se precie debe y está obligada a respetar esos valores esenciales del ser humano, destacando que cuando hablamos de libertad lo hacemos desde la acepción más amplia.
Los derechos arriba enunciados, aunque innatos por pertenecer a la raza humana, son restringidos o violentados por los Estados autoritarios o dictaduras de derecha o de izquierda, por lo que siempre se debe estar vigilantes en defensa y protección de los mismos, porque al igual que la democracia, si no se riega y cuida puede tender a perderse, y el costo de recuperarla puede ser en la mayoría de los casos extenuante.