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E l etrog o citrón, utilizado para la mitzvá de las cuatro especies de Sucot, es considerado un fruto de cualidades milagrosas.
Existe un rico folklore acerca de lo que se puede hacer con el etrog después de la festividad. Tradicionalmente, una vez que se termina su función ritual, el etrog se entrega a las mujeres para usos posteriores. En The Jewish Holidays: A Guide and Commentary, Michael Strassfeld señala que la fruta tiene una relación especial con las mujeres, y una variedad de prácticas conectadas al embarazo y el parto.
Se aconseja que una mujer que quiera concebir un hijo muerda la punta de un etrog. Una mujer embarazada que haya ingerido dulce de etrog después de Sucot, según el Talmud, daría a luz a un niño “fragante”, expresión equivalente a un “buen” niño. Y una mujer podría aliviar el dolor del parto, se dice, colocando la punta del etrog debajo de la almohada.
El etrog recibió todas las bendiciones durante la semana de Sucot, las cuales son trasmitidas a quien lo consume.
Para elaborar la mermelada se toman varios etrogs, se pelan muy bien, se rebanan y dejan remojar en agua durante tres días para que se les quite el sabor amargo.
Se remueven las semillas y se ponen a hervir; el agua del primer hervor se desecha. Se cuecen con azúcar y canela durante 3 a 4 horas, quedando la fruta cocida en almíbar. Se muele un poco y se deja enfriar. Se envasa, se tapa y se coloca en la nevera. Este dulce dura meses refrigerado.
Fuente: Enlace Judío (México)