El título de este artículo refleja el temple, la convicción y la conducta de los mandos militares israelíes, siempre asumiendo la responsabilidad y el liderando a sus subordinados desde el frente de batalla.
Esta tenebrosa guerra a la que Hamás ha incitado a Israel después de la masacre del 7 de octubre, ha demostrado una vez más de qué esta hecho cada uno de los ejércitos, cuáles son sus códigos, sus ejecutorias, sus prioridades.
El liderazgo del movimiento terrorista Hamás, y del pueblo palestino en general, es corrupto, mentiroso y cobarde. En su mayoría viven en otros países, dándose la gran vida a costa de las millonarias donaciones que reciben anualmente; otros viven en palacetes en Gaza o Cisjordania, y otros, cuando la cosa se pone difícil, se esconden en las profundidades de los túneles o se disfrazan para escapar en las caravanas humanitarias. entre la gente que por desgracia fue utilizada como carne de cañón.
Tienen décadas engrosando sus cuentas bancarias, y con el remanente han convertido a Gaza en un fortín militar subterráneo espectacular; más de 500 kilómetros de túneles, amplios y alumbrados, recorren toda la ciudad e inclusive atraviesan fronteras como la de Egipto, para delinquir contrabandeando un infinito arsenal militar, mercancías, depositar rehenes, entre otras menudencias.
El Plan Marshall para reconstruir la Europa devastada por la Segunda Guerra Mundial duró 4 años, imagínense reconstruir gran parte de un continente durante un corto periodo y por una cantidad de dinero relativamente baja, 13.000 millones de dólares para la época, mientras que el liderazgo palestino tiene décadas recibiendo donaciones billonarias, que así serán de cuantiosas que con todo y las desviaciones de un gran porcentaje de las mismas a cuentas personales en el extranjero de los jerarcas palestinos, y que otra gran parte se ha utilizado para la guerra, todavía un pequeño remanente le llega al pueblo que, indagando un poco más, descubrimos que el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de Palestina está ubicado en el puesto 106 de 191 países.
Ese índice es una medición que hace el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y toma en cuenta varios aspectos como esperanza de vida, educación (alfabetización y matrícula escolar), ingreso per cápita, etc.
Bueno, por ejemplo Palestina tiene in Índice de Desarrollo Humano al año 2021 (último informe) de 0,715. Está por encima de 85 países, como lo leyeron, está por encima de 85 países, y como por ejemplo uno de ellos, un país petrolero como la República Bolivariana de Venezuela, que tiene un IDH de 0,691. Increíble.
Con esta información a la mano emanada de las Naciones Unidas, nos preguntamos ¿qué hubiera pasado si el liderazgo árabe en las primeras décadas del conflicto, y después el liderazgo palestino a partir de mediados de los años 60, hubiera aceptado alguna de las cinco propuestas firmes para constituir el Estado palestino y dedicado sus energías y recursos no a destruir a Israel, sino a desarrollar su Estado al lado de Israel en paz?
Si esto hubiese pasado tendríamos un mundo mucho mejor, se habrían podido desplegar lazos con Israel en lo económico, agrícola, hídrico, científico, turístico como han hecho otros países de la región, Palestina habría sido un país próspero, donde la vida y la felicidad debieron haber sido sus ideales, pero escogieron la muerte y el odio como sus principales premisas.
Lamentablemente esas premisas terribles fueron sus paradigmas prioritarios y no solo han destruido su sociedad en Gaza, también han traído sufrimiento y duelo en Israel, como en las poblaciones del Líbano, Siria y Yemen, utilizadas por los salafistas para atacar al Estado Judío.
¿Qué hubiera pasado si el liderazgo árabe en las primeras décadas del conflicto, y después el liderazgo palestino a partir de mediados de los años 60, hubiera aceptado alguna de las cinco propuestas firmes para constituir el Estado palestino y dedicado sus energías y recursos no a destruir a Israel, sino a desarrollar su Estado al lado de Israel en paz?
Es una verdadera lástima, es un pecado que pudiendo vivir en paz hayan siempre elegido la violencia, la muerte; que a niños, niñas y adolescentes se les haya inculcado desde la más tierna edad el odio y la “guerra santa” como norma de vida, convirtiéndolos en shahids, que los llevará a un triste final o a una vida sufrida por una causa absurda, destruir a los infieles, construir un califato en la región y establecer la ley islámica (Sharía) a todos los súbditos, como si estuviéramos en el siglo VII de nuestra era. Leí lo que dijo una mujer que vive bajo el yugo de la Sharía: “Ojalá Dios nunca hubiera creado a las mujeres, nos tratan peor que a animales”.
El mundo debe despertar ante la amenaza real que está infectando a Europa y EEUU, que nos llevará indefectiblemente a la batalla cultural definitiva entre la barbarie y la libertad.
En este último día de Janucá, cuando escribo estas líneas, pido al Creador que haga más cercana la victoria definitiva de Israel, que el Islam radical y sus simpatizantes sean derrotados en todas partes del mundo y donde se presenten, en cualquier confín de la tierra, sean desestimados y abucheados.