El esfuerzo israelí por reverdecer su tierra sufrió un revés en los últimos días. Existe preocupación por un futuro en el que estos eventos podrían ser más frecuentes
T ras cinco días de lucha, cientos de bomberos israelíes y extranjeros lograron poner bajo control los incendios que se iniciaron el 22 de noviembre a lo largo y ancho del país. Un total de 180 personas resultaron heridas y 560 viviendas quedaron calcinadas, según el informe del servicio de emergencias Maguén David Adom (Estrella de David Roja).
Haifa, la tercera ciudad más grande de Israel, sufrió el golpe más duro, con 527 apartamentos que quedaron inhabitables, en tanto que las llamas devoraron vastas áreas de la urbe portuaria. Tres personas sufrieron heridas moderadas como resultado de los incendios: una anciana de Haifa y dos jóvenes de Maalé Adumim; otras 129 sufrieron heridas leves.
Las fuerzas de seguridad arrestaron a varios individuos sospechosos de haber provocado intencionalmente incendios en un acto aparente de terrorismo, así como a otros que incitaron por las redes sociales a perpetrar ataques incendiarios.
Durante el fin de semana (26 y 27 de noviembre), 186 nuevos focos de incendio aparecieron en todo el país; en los días previos se habían iniciado entre 200 y 250 diarios. Las dotaciones de bomberos combatieron las llamas contra reloj durante las veinticuatro horas del día.
Un vocero de la Policía de Israel informó que un tercio de los incendios forestales habrían sido provocados en forma intencional. La fuente precisó que se sospecha que entre 30 y 40 de los 90 incendios que se habían investigado para el 27 de noviembre fueron deliberados, e incluso uno de ellos se captó en video cerca de Belén, Cisjordania.
Sin embargo, la policía no ha encontrado pruebas de que los ataques incendiarios hayan sido coordinados o planificados; su evaluación es que estas acciones fueron “locales y oportunistas”. “Muchos de los incidentes surgieron en forma espontánea, como cortocircuitos. Pero un número de ellos fue provocado”, expresó un vocero policial, explicando que muchos focos de fuego en un área pequeña son un indicador de incendios intencionales. “Hemos creado un equipo nacional para centralizar los detalles locales e intentar encontrar las conexiones”, expresó el vocero. “Estamos intentando entender quiénes estuvieron detrás de los incendios intencionales, para poder atraparlos”.
La policía anunció el arresto de decenas de personas, entre las cuales 18 eran árabes israelíes y 10 palestinos. Dos de los detenidos, domiciliados en Umm el Fahm y Deir Hanna respectivamente, al norte del país, confesaron haber provocado incendios. Cinco personas, tres judíos y dos árabes, fueron detenidas por incitación en las redes sociales, y 45 fueron interrogadas como posibles causantes de incendios. Uno de los presuntos incitadores, Yair Grinshpan, fue detenido por alentar en Facebook a quemar localidades árabes, y luego fue excarcelado bajo régimen de libertad condicional.
Al este de Akko (Acre), los agentes de la policía detuvieron a un joven de 17 años cuando manejaba para alejarse de un incendio forestal en las afueras de la ciudad. El fuego fue apagado desde el aire antes de que se propagara, y el sospechoso fue trasladado para su interrogatorio.
El día 27, las autoridades arrestaron a seis personas de la aldea de Jadeidi-Makr en el norte del país, por presuntamente iniciar un incendio en el cercano bosque de Ahihud.
Estadísticas de un desastre
En total, los bomberos y policías intervinieron en 1773 focos de incendio entre el día 18 (antes de la emergencia) y el 26 de noviembre, según el vocero del Servicio de Bomberos y Rescate de Israel. El fuego quemó más de 20.000 dúnams (2000 hectáreas) de bosques, matorrales y otros espacios abiertos, una superficie similar a la de la catástrofe del Carmel de diciembre de 2010, según informaron el Keren Kayemet LeIsrael y la Autoridad de la Naturaleza y Parques. Más de la mitad de la superficie quemada fue de bosques.
Para apagar los incendios se desplegaron aproximadamente 2000 bomberos, 450 soldados de la Unidad de Búsqueda y Rescate de las Fuerzas de Defensa de Israel (Tzáhal), 69 bomberos chipriotas, 44 palestinos y varios de otros países. Una decena de naciones contribuyó con el esfuerzo de los 14 aviones antiincendios israelíes, que llevaron a cabo un total de 480 misiones.
En la catástrofe del Carmel, que afectó a los bosques de Haifa hace seis años, quedaron abrasados unos 25.000 dúnams y murieron 44 personas, siendo el desastre natural más mortífero en la historia de Israel. En aquella oportunidad, después de iniciarse la conflagración aparecieron numerosos focos de incendio adicionales, varios de ellos provocados.
La reunión del gabinete israelí correspondiente al domingo 27 tuvo lugar en Haifa, en solidaridad con sus habitantes. Al comenzar la reunión, el primer ministro Benjamín Netanyahu informó: “Estamos trabajando en todos los frentes, incluyendo la aplicación de la ley. Todo aquel que inicie un fuego, deliberadamente o por negligencia, o cualquiera que incite a hacerlo, será procesado legalmente”.
El mandatario agregó que trabajará para establecer una fuerza multinacional que coordine las acciones para este tipo de desastres, asigne los recursos necesarios y procure el uso conjunto de aeronaves antiincendio para maximizar la eficacia. “He conversado sobre esto con varios líderes de la región. Debo decir que han mostrado gran interés en la idea, y adelantaremos en esa materia”.
El ministro de Seguridad Pública, Guilad Erdan, agradeció a los bomberos y voluntarios que ayudaron a extinguir los incendios, así como el apoyo de la comunidad internacional. “Gracias a todos ellos logramos, a pesar de las circunstancias, proteger al público y evitar fatalidades”.
Todo ciudadano israelí cuya propiedad haya sido destruida en incendios provocados recibirá apoyo del Estado aunque no cuente con un seguro privado, señaló el ministro de Finanzas, Moshe Kahlon, durante una visita a Nataf, comunidad ubicada en las colinas cercanas a Jerusalén que resultó severamente afectada.
“No abandonaremos a ningún ciudadano. Incluso en los casos en que el fuego no haya sido resultado de actos hostiles, permaneceremos junto a las víctimas para ayudarlas a tratar con las compañías de seguros”, agregó.
El Ministerio de Finanzas y la Agencia Nacional de Impuestos llegaron a un acuerdo para que las aseguradoras paguen a los solicitantes elegibles en forma inmediata. Por el momento, todas las familias que han perdido sus hogares recibirán 2500 shékels (unos 650 dólares) y estadía en hoteles mientras sea necesario; también se suministrarán recursos extraordinarios a las escuelas y centros de salud que fueron evacuados, así como a los bomberos y policías que trabajaron horas extras.
Sin embargo, aún no está claro qué sucederá con los afectados por incendios no provocados, en caso de no tener un seguro privado. El director del Comité de Finanzas, Moshe Gafni, señaló que “los incendios constituyeron nada menos que un desastre nacional; los ciudadanos israelíes no pueden quedar sin respuesta (…) Actuaremos para enmendar la ley, con el fin de que las víctimas de desastres naturales sean compensadas”. Añadió que, a diferencia del incendio del Carmel de 2010, ahora existe un presupuesto especial para ayudar a las víctimas.
El gobierno israelí agradeció la ayuda recibida de numerosos países, en forma de equipo y personal. Los primeros en prestar apoyo fueron Italia, Grecia, Rusia, Turquía, Rumania, Bulgaria, Croacia y Chipre. Estados Unidos envió el mayor “supertanquero” antiincendios del mundo, un Boeing 747 modificado que se empleó en el área de Jerusalén.
Los países vecinos, Egipto y Jordania, también prestaron ayuda enviando helicópteros y camiones de bomberos respectivamente, así como la Autoridad Palestina, por lo que el primer ministro Netanyahu agradeció telefónicamente a su presidente, Mahmud Abbas. La AP envió 44 hombres, y el jefe de su cuerpo de bomberos, Yousef Nasser, fue recibido por el organismo equivalente de Israel, que lo llevó en un recorrido por los centros de comando de Nevé Ilán y Rishon Letzíon, además de visitar a los bomberos palestinos que trabajaban junto a sus colegas israelíes. La Autoridad Palestina informó que sus bomberos también habían extinguido unos 200 focos de incendio en Cisjordania, sobre todo alrededor de las ciudades de Ramala y Nablus. Asimismo, las autoridades palestinas colaboraban con el Shin Bet (Servicio de Seguridad Interior) israelí para localizar y detener a los sospechosos de haber provocado incendios.
En su llamada a Abbas, Netanyahu expresó además su satisfacción por las muestras de apoyo surgidas entre judíos y árabes, que abrieron mutuamente las puertas de sus casas a varias familias afectadas.
Todo esto contrastó con las numerosas expresiones en las redes sociales, en las que árabes de toda la región festejaban los incendios en Israel. Varios comentaristas israelíes compararon esto con la famosa historia del rey Salomón, ante quien se presentaron dos mujeres asegurando que un bebé era su hijo; cuando Salomón propuso cortar al niño en dos para darle la mitad a cada una, supo inmediatamente que la mujer que estaba de acuerdo con matar al bebé no era la madre. Así, quienes se alegraron por la destrucción ocurrida en Eretz Israel demostraron, una vez más, que no les pertenece.
Con información de Aurora, The Jerusalem Post, The Times of Israel, Israel Hayom y Haaretz
Peligros futuros
Los incendios forestales empeorarán en el futuro en Israel, advierten los expertos. La semana pasada, tan solo en las colinas de Jerusalén se quemaron más de 5000 dúnams (500 hectáreas) de bosque. Esas colinas también sufrieron incendios en 2014 y en mayo pasado.
Israel no es el único país que ha experimentado un aumento en el daño causado por incendios forestales. Fuegos de intensidad similar o peor han tenido lugar anualmente en toda la cuenca del Mediterráneo, incluyendo a España, Portugal, Grecia y Francia, así como en otras partes del globo, como California y Australia.
Datos del servicio de bomberos de Israel muestran que el número de incendios forestales no se ha incrementado en los últimos años —y de hecho ha declinado en los últimos dos—, pero la magnitud de los fuegos recientes, especialmente durante el otoño, no tiene precedentes, así como los perjuicios que han causado.
“Esto se relaciona con el cambio climático”, explica Hanoj Tzoref, director regional para Jerusalén del Keren Kayemet LeIsrael. “Los inviernos están empezando más tarde, y los meses de noviembre y diciembre se han vuelto muy secos con fuertes vientos. Estos vientos resecan la vegetación y la vuelven muy inflamable”.
Sin embargo, añade Tzoref, las condiciones de los últimos días han sido excepcionales. “Tengo 40 años de experiencia en las colinas de Jerusalén, y no recuerdo un tiempo como el de la semana pasada. Vientos secos continuos durante una semana entera… No recuerdo nada así”.
Yohay Carmel, profesor de Ingeniería Ambiental, Hídrica y Agrícola en el Tejnión, está de acuerdo en que el cambio climático está causando “cosas que no habíamos visto antes. En 2010 no hubo lluvias significativas hasta principios de diciembre, por lo que la vegetación padeció nueve meses de aridez”. El año 2016 ha sido similar, y “en condiciones como estas no se requieren incendios provocados; cualquier cosa puede prenderle fuego a la vegetación”.
Los incendios de este año también fueron inusuales, porque los vientos provenían del este en lugar del oeste. En el área de Jerusalén esto ayudó a controlar el fuego, pues un viento del oeste habría causado daños mucho mayores.
Otro problema es que los densos bosques de pinos, comunes alrededor de la capital, son particularmente inflamables. Por ello, actualmente el Keren Kayemet siembra menos pinos que en el pasado, prefiriendo otros tipos de árboles, y regularmente reduce la densidad de los bosquecillos de pinos jóvenes.
Fuente: Haaretz