Las FDI y el Shin Bet han hallado abundante información de inteligencia de Hamás que revela una eficiente organización, instrucciones sobre cómo tratar a los miembros LGBTQ, justificación religiosa para su brutalidad y antisemitismo sistemático
Amir Bohbot*
Las FDI y el Shin Bet (Agencia de Seguridad de Israel) han descubierto un tesoro de información de inteligencia de Hamás, que abarca montones de documentos, archivos y computadoras, incluyendo directrices sobre qué hacer si alguien es sospechoso de ser parte de la comunidad LGBTQ y un glosario de palabras hebreas para ayudar a los terroristas a comunicarse con sus víctimas israelíes, con frases como «Quítate la ropa».
Entre los hallazgos hay tablas operativas, listas de equipos, mapas clasificados e instrucciones sobre qué hacer en caso de ser capturado, lo que lleva a la conclusión de que el ala militar de Hamás se trasformó en un ejército profesional bajo las narices de la inteligencia israelí. «La cantidad de información de inteligencia acumulada hasta ahora en manos del Shin Bet y la Inteligencia Militar nos permitirá desmantelar a Hamás desde dentro», dice un alto funcionario de seguridad que tuvo acceso a los documentos.
Túnel de “nivel estratégico” de Hamás, de 4 kilómetros de largo que llegaba a 50 metros de profundidad
(Foto: FDI)
A lo largo de los años, las FDI y el Shin Bet señalaban que Hamás había trasformado a su ala militar en un ejército. Sin embargo, a medida que los analistas de inteligencia profundizan en los materiales reunidos, descubren el alcance de esa trasformación y el nivel de profesionalismo alcanzado por la organización terrorista.
La información incluye tablas de Excel que indican los niveles de preparación de las unidades especiales, compañías, batallones y brigadas, el alcance de su entrenamiento, las armas y la munición. También comprende documentación sobre las órdenes en las distintas unidades y la revisión de las listas de equipo para cada combatiente, protocolos de las reuniones, las discusiones y el proceso de toma de decisiones en los niveles superior e inferior.
Los funcionarios de seguridad afirman que el nivel de organización ha sido una sorpresa significativa para la comunidad de inteligencia. «Cientos y miles de interrogatorios a terroristas y altos dirigentes no habrían proporcionado una información tan íntima sobre sus métodos de organización en un período tan corto», comenta un oficial militar que ha tenido acceso al material.
El orden y organización impuestos por Hamás se basaban en un «libro de reglas», no accesible para todos y mantenido por el alto mando, que emitía las directivas y operaciones en toda la Franja de Gaza.
Los funcionarios de seguridad afirman que el nivel de organización ha sido una sorpresa significativa para la comunidad de inteligencia. «Cientos y miles de interrogatorios a terroristas y altos dirigentes no habrían proporcionado una información tan íntima sobre sus métodos de organización en un período tan corto», comenta un oficial militar que ha tenido acceso al material
Por ejemplo, durante las maniobras terrestres se encontraron documentos oficiales de la organización terrorista que incluyen procedimientos sobre los sospechosos de ser parte de la comunidad LGBTQ. El «libro de reglas» revela un comportamiento brutal hacia cualquier persona sospechosa de pertenecer a esa comunidad; se encontró documentación y testimonios sobre agresivos interrogatorios centrados únicamente en las preferencias y orientaciones sexuales, e indicaciones de que los sospechosos de ser parte de la comunidad LGBTQ enfrentan un solo destino: la muerte.
También se recuperaron documentos con planes detallados de Hamás sobre cómo operar en regiones como Europa, Jordania, Egipto y EEUU, que estaban lejos de los ojos de las organizaciones de inteligencia extranjeras y por debajo del radar de los medios de comunicación. Los documentos revelan que Hamás desarrolló planes adaptados a la población de cada país.
Otro documento detalla un plan para enardecer el malestar en Cisjordania y socavar a la Autoridad Palestina, infiltrándose en sus mecanismos de seguridad y alentando la rebelión interna, para derrocar y tomar gradualmente el control de la AP.
La División de Inteligencia de las FDI ha reunido diversos equipamientos militares, como armas de Rusia, Corea del Norte, Irán, Egipto, Libia y otros países, para rastrear no solo su uso sino también para conocer sus rutas de adquisición. Entre los artículos encontrados hay más de 150 camionetas y más de 350 motocicletas chinas, contrabandeadas a través de túneles bajo la “Ruta Filadelfi” desde Egipto, que fueron utilizadas por más de 4000 terroristas desde 75 puntos de infiltración para atacar los asentamientos y puestos militares en el Néguev occidental el 7 de octubre.
También se encontró literatura del sistema educativo de Hamás. Entre los artículos descubiertos hay aproximadamente 1500 libros antisemitas, lo que indica un proceso sistemático de inculcar el odio y promover el terrorismo contra Israel desde el primer día de educación en el sistema de Hamás.
Libros infantiles enseñan a asesinar judíos atropellándolos o apuñalándolos, también se encontró un libro de Mahmoud al-Zahar, alto funcionario de Hamás, titulado El fin de los judíos, y otra literatura que atribuye toda la responsabilidad de las guerras en el Medio Oriente a Israel, y aboga por el asesinato de todos los judíos.
Además se hallaron folletos sobre terroristas de alto rango, así como documentación especial de campamentos de verano de Hamás financiados con donaciones extranjeras, y fotos de bebés en sofás hogareños junto a granadas de metralla y piezas de mortero.
Libros antisemitas hallados en Gaza y mostrados por el presidente de Israel, Itzjak Herzog, durante la Conferencia de Seguridad de Munich en febrero de este año
(Foto: GPO)
Otro procedimiento que llevó a cabo la Inteligencia Militar fue vincular los planes de Hamás con los documentos y armas encontrados en territorio israelí después del 7 de octubre y en Gaza durante la operación terrestre. El material militar indica la idea operativa de una presencia prolongada en territorio israelí, incluyendo equipo médico, armas para amputar miembros utilizando fusiles Kalashnikov con bayonetas o machetes, fusiles de fuerzas especiales (Kalashnikovs rusos) y otros para el resto de las fuerzas.
Entre los documentos encontrados en los cuerpos de los terroristas había permisos de trabajo israelíes, así como mapas de las poblaciones y las bases de las FDI, que marcaban puntos importantes como la ubicación de las oficinas de los altos funcionarios, armerías, clínicas y más.
El mapa más destacado es el de la base aérea de Tel Nof, que detalla la ubicación de escuadrones y oficinas de comandantes, y de kibutzim como Nahal Oz y Beeri, incluyendo la localización de los comedores, donde los terroristas inicialmente planeaban concentrar a la mayoría de los rehenes antes de trasladarlos a Gaza. Uno de los terroristas rompió el mapa de Beeri en pequeños pedazos, pero un soldado observador lo notó y entregó los fragmentos al personal de inteligencia, que lo volvió a ensamblar.
Libros infantiles enseñan a asesinar judíos atropellándolos o apuñalándolos, también se encontró un libro de Mahmoud al-Zahar, alto funcionario de Hamás, titulado El fin de los judíos, y otra literatura que atribuye toda la responsabilidad de las guerras en el Medio Oriente a Israel, y aboga por el asesinato de todos los judíos
La exactitud de la información sobre las bases y los centros poblados, que incluían descripciones del estilo de vida en ellos, indica que Hamás reunía información de inteligencia de alto nivel y de manera sistemática.
Algunos documentos también revelan la corrupción dentro de Hamás, mostrando cómo no solo acumulaban activos sino que también los utilizaban. Los apartamentos de la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (UNRWA) estaban registrados a nombre de la esposa del líder militar de Hamás, Mohamed Deif.
Se descubrió que los apartamentos de Mohammed Sinwar, hermano del líder de Hamás, Yahya Sinwar, habían sido recibidos de la UNRWA y luego alquilados a palestinos, según muestran los contratos de alquiler en posesión de la Inteligencia Militar. También se encontró documentación de agentes de Hamás que trabajaban para la UNRWA.
Algunos documentos también revelan la corrupción dentro de Hamás, mostrando cómo no solo acumulaban activos sino que también los utilizaban. Los apartamentos de la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (UNRWA) estaban registrados a nombre de la esposa del líder militar de Hamás, Mohamed Deif.
«Después de consolidar toda la infraestructura de Hamás en la Franja de Gaza, basándonos en lo que vimos en los mapas y documentos y lo que se descubrió, está claro que Gaza fue convertida en una gran base militar, abarcando jardines de infantes, escuelas, clínicas, hospitales y mezquitas», dice una fuente que examinó los documentos, y agrega: «Pretendían infiltrarse en un gran número de bases de las FDI, incluso las bases de la Fuerza Aérea».
En los cuerpos de los terroristas, con etiquetas con sus nombres, fotos y números, se halló el «libro de frases» para comunicarse en hebreo con civiles y soldados durante la invasión. Incluía expresiones como: «Quítate la ropa», «Desnúdate», «Quítate los pantalones», «Niños aquí y mujeres allá».
Fuentes militares indican que Hamás integró sistemáticamente una justificación religiosa para sus actos brutales en todos sus libros, panfletos, discursos y cuadernos, utilizando versos coránicos y fatwas (dictámenes religiosos), incluso sobre mutilar cuerpos y hacer amputaciones.
Además, documentos e interrogatorios revelan que los comandantes de batallón recibieron autorización religiosa para escribir fatwas bajo el título de jeque, para justificar sus acciones contra la población y los soldados israelíes, indicando a los terroristas que no había contradicción entre las órdenes recibidas y el Islam.
Armas y equipos hallados en el hospital Shifa, el más importante de Gaza
(Foto: FDI)
Esto explica por qué Hamás asesinó a todo el que se cruzara en su camino durante su invasión del 7 de octubre, incluyendo a los beduinos, que fueron calificados como «colaboradores», y los trabajadores tailandeses, etiquetados como «infieles».
En la ropa del comandante de la incursión en Sderot se encontró una nota manuscrita en la que afirmaba que, según el Corán, sus almas ascenderían al cielo y, a cambio de sus acciones sádicas contra los soldados y los civiles como la tortura, serían acogidos en el paraíso. También se hallaron en los cuerpos de los terroristas cuadernos de bolsillo influenciados por Abdullah Azzam, uno de los fundadores de al-Qaeda, donde declaraba que matar purifica el alma.
Otro esfuerzo sistemático que se revela en el análisis de la información recopilada, tanto en los territorios palestinos como en Israel, incluye el trabajo de recopilación y documentación de combate. Esto tenía como objetivo no solo recabar información militar y de precisión operativa, sino también infundir terror, crear una impronta sicológica de miedo en el lado israelí, socavar la confianza pública en el ejército y las instituciones estatales, y crear una sensación de caos e inseguridad.
Las técnicas incluyeron manchar con las manos empapadas de sangre las paredes de las casas de los rehenes y las víctimas, y dejar notas y grafitis amenazando con que «volverían el año que viene».
El esfuerzo de recopilación y documentación abarcaba la rutina y los tiempos de guerra, lo que explica por qué todos los combatientes de Nukhba entraron con cámaras GoPro en la cabeza. «Hamás quería que las atrocidades y la propagación del miedo permanecieran en la memoria israelí. Si aún no queda claro, el 7 de octubre y durante las semanas posteriores los ciudadanos israelíes temían que los terroristas llegaran a sus hogares porque vieron los videos. El propósito de los videos era crear un impacto sicológico. Invirtieron mucho aprendizaje, práctica y esfuerzo en ello», explica una fuente de seguridad.
Fuentes militares indican que Hamás integró sistemáticamente una justificación religiosa para sus actos brutales en todos sus libros, panfletos, discursos y cuadernos, utilizando versos coránicos y fatwas (dictámenes religiosos), incluso sobre mutilar cuerpos y hacer amputaciones.
Además, documentos e interrogatorios revelan que los comandantes de batallón recibieron autorización religiosa para escribir fatwas bajo el título de jeque, para justificar sus acciones contra la población y los soldados israelíes, indicando a los terroristas que no había contradicción entre las órdenes recibidas y el Islam.
También es importante destacar que el esfuerzo de recopilación de inteligencia incluyó un proceso sistemático de doctrina militar, entrenamiento y adquisición de equipos avanzados similar a las unidades de élite del Ejército de EEUU y las FDI, como se vio en los años previos a la guerra. Un folleto describe actividades como emboscadas, observaciones encubiertas, operaciones abiertas visibles para el enemigo (FDI) y actividades de documentación durante la incursión en Israel.
Israel subestimó las intenciones de Hamás y la calidad de su ala militar en comparación con los combatientes de Hezbolá, pero Hamás se organizó como un ejército profesional.
Además de incorporar esas fotografías en los folletos de instrucciones, se encontraron imágenes que muestran actividades de las fuerzas, la infraestructura militar y los activos como tanques, vehículos blindados y jeeps, que las FDI clasifican como «alto secreto».
Durante la fase de formación de sus fotógrafos, Hamás hizo hincapié en dos puntos clave. En primer lugar, el fotógrafo operativo «debe ser preciso, tácticamente disciplinado, paciente, no apresurado, capaz de guardar secretos sobre su papel, evitar los chismes y asegurarse de que sus misiones sean desconocidas, lo que le facilitará moverse sin levantar sospechas». La otra condición, destacada en el folleto, señalaba que «es aconsejable preparar con antelación carnets de prensa pertenecientes a un medio de comunicación real o ficticio, siempre que no esté claramente afiliado a ningún grupo considerado hostil al enemigo. Su uniforme militar puede incriminarlo, así que téngalo en cuenta. [Si es capturado] mantenga la calma y actúe como si estuviera a punto de sufrir un largo período de cautiverio, ya que esto le ayudará a mantener la cohesión sicológica y reducir los sentimientos de frustración o falsas esperanzas, que es una de las formas más rápidas de debilitar su determinación».
Una condición para los fotógrafos de Hamás señalaba que «es aconsejable preparar con antelación carnets de prensa pertenecientes a un medio de comunicación real o ficticio, siempre que no esté claramente afiliado a ningún grupo considerado hostil al enemigo. Su uniforme militar puede incriminarlo, así que téngalo en cuenta”
Según los documentos, la dirección del ala militar de Hamás definía el acto de fotografiar como una tarea central y estratégica, tan importante como el entrenamiento para la guerra, pues tenía el objetivo de influir en el enemigo y generar propaganda para el público palestino y los partidarios de Hamás. Esto incluía la guerra electrónica, las operaciones en redes informáticas, operaciones sicológicas, el engaño militar y la seguridad operativa. Su formación abarcaba fotografiar escenarios que simulaban la atmósfera de batallas y operaciones militares, hasta con sonidos de disparos y explosiones, tanto en áreas abiertas como en entornos edificados.
*Analista militar y de Defensa.
Fuente: The Jerusalem Post.
Traducción Sami Rozenbaum / Nuevo Mundo Israelita.