Aún no se han construido las barreras protectoras que Tzáhal ofreció en 2014
P ortales de internet del grupo terrorista islámico Hamás informan sobre víctimas fatales y desaparecidos al colapsar un túnel en el norte de la Franja de Gaza.
El diario Al Quds afirmó que se ha perdido el contacto con ocho miembros del ala militar de Hamás, la Brigada Izz Ad Din al Qassam, en un túnel en la parte noreste de la ciudad de Gaza.
Aparentemente, el túnel se derrumbó debido a las fuertes lluvias y las inundaciones. Otros reportes indican que entre seis y once personas han muerto en el incidente.
Durante la Operación Margen Protector, en el verano boreal de 2014, Tzáhal descubrió y destruyó 32 túneles que Hamás había construido, un tercio de los cuales se adentraba en territorio israelí, y que fueron utilizados para atacar a soldados y civiles en el área.
Oficiales de la División Gaza del Ejército de Defensa de Israel han reportado haber visto excavar túneles a un kilómetro y medio de la frontera israelí. Según reportes de inteligencia, Irán y otros países han suministrado fondos a Hamás para reconstruir su red subterránea, que incluye depósitos y otras complejas instalaciones.
Numerosos residentes del moshav Pri Gan, ubicado cerca de la frontera con la Franja de Gaza, aseguran que los nuevos trabajos de excavación han llegado tan cerca de sus hogares que hacen vibrar el piso.
El intendente del Consejo Regional Eshkol, Gadi Yarkoni, señaló a Radio Israel que los habitantes del sector están “decepcionados” por el hecho de que Tzáhal no ha construido las barreras protectoras que ofreció tras el último conflicto. El costo estimado de la obra, de 2800 millones de shékels (unos 700 millones de dólares), no está incluido en el presupuesto de defensa, según reportó del diario Haaretz hace varias semanas. El ministro Moshe Kahlon aseguró a los líderes locales que estos recursos se pondrán a disposición del ministerio.
Poco antes de la Operación Margen Protector, el entonces intendente de Eshkol y hoy miembro de la Knesset, Haim Jelin, había declarado a The Times of Israel que los sonidos de palas que los habitantes de la región decían escuchar en aquel momento eran “ruidos fantasmas” motivados por su temor. Poco después se comprobó que esos “fantasmas” eran muy reales.